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Ciudadanos de Cuauhtinchán , uno de los 217 municipios de Puebla, señalaron que el Conjunto Conventual de San Juan Bautista que resultó afectado por el sismo de 2017, atraviesa por una restauración “agresiva” y que han pedido la intervención del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), pero “nos han ignorado”, lo que “deja sospechas de corrupción ”.
“A lo largo de los trabajos hemos contado con visitas de especialistas quienes con gran preocupación han expresado que la intervención es demasiado agresiva ya que está eliminando aplanados y argamasas históricas importantes que forman parte de los muros exteriores del templo, tanto los que forman parte del ábside como los de la torre”, dijeron los pobladores en una carta.
Señalaron que para su comunidad el Conjunto Conventual, monumento histórico del siglo XVI conformado por un templo, un exconvento y una parroquia, son muy importantes “y la experiencia del sismo del 2017 ha sido francamente negativa, poco clara y deja sospechas de corrupción. Hablando claramente, la parroquia se intervino mal, quedaron zonas con filtraciones y la empresa que llegó medio trabajó y se retiró; afectó parte de los bienes muebles que se encontraban en el interior porque no protegió como era debido”.
La misiva firmada por más de 50 personas y con fecha de 2 de febrero del 2022 fue enviada a Alejandra Frausto , secretaria de Cultura, y Diego Prieto, director del INAH, “con el fin de expresar nuestra preocupación al respecto de los trabajos que se vienen realizando en nuestro convento franciscano”.
Explicaron que en diferentes ocasiones el exconvento ha atravesado por diferentes trabajos de conservación y restauración, así como los objetos que ahí se resguardan, y en todos esos momentos se han involucrado: “Todo lo anterior se ha logrado con base a una comunicación transparente y clara sobre lo que se pretende realizar y posteriormente, sobre lo que se realiza”.
A raíz del sismo de 2017, en el exconvento se registraron afectaciones y por ello acudió el INAH: “Inicialmente la arquitecta Catalina Castilla elaboró un proyecto para la intervención de las afectaciones que presentaba nuestro inmueble, pero este proyecto fue negado de forma verbal por el INAH y la arquitecta Castilla decidió retirarse”.
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“Con el fin de poder contar con un proyecto para poder buscar el financiamiento federal para su ejecución, procedimos a buscar a otro arquitecto que elaborara el proyecto que permitiera atender los daños causados por el sismo. Establecimos contacto con el arquitecto David Vazquez quien se comprometió a trabajar con nosotros de la mano y mantener una comunicación constante para que estuviésemos claros de las acciones que implicaban el proyecto que presentaría al INAH con el fin de poder encontrar el financiamiento que permitiera su ejecución”, indicaron.
Gracias a Vázquez, dijeron, tuvieron conocimiento de algunas de las acciones que se emprenderían como parte del proyecto; sin embargo, “el arquitecto comentó que no podían presentar a la comunidad el proyecto que aún no había sido autorizado por el INAH y que no contaba aún con el financiamiento federal, pero que arriesgando sus recursos propios, iniciaría con los trabajos, en espera de poder ingresar su proyecto a los programas de financiamiento federal”.
Aún así, la intervención inició con la supervisión del Centro INAH Puebla, aunque después de dos temporadas “nos siguen dando largas”, lo que ha desembocado en un “distanciamiento y falta de comunicación que tensa las relaciones de la comunidad de la empresa y con el INAH”.
Agregaron que han acudido al INAH para que atienda sus “preocupaciones técnicas, pero desafortunadamente, el director del Centro INAH Puebla, mtro. Manuel Villarruel Vázquez, y el arquitecto responsable de esta obra, Dr. Marco Mario Torres de la Luz, nos han ignorado. Incluso en la última reunión sostenida en nuestro templo el día 11 de noviembre de 2021, no nos permitieron participar, cerrando la puerta a la comunicación y dejando claro que pretenden que no seamos partícipes de los trabajos que se ejecutan en el patrimonio de nuestra comunidad”.
Por todo lo anterior pidieron a las autoridades su comprensión y que externaron su desacuerdo por la actitud del INAH: “Nos confunde y sorprende la posición actual del INAH y su errónea pretensión de hacernos a un lado como si lo fundamental de la restauración fuesen el edificio y los objetos y no la comunidad que hace uso del mismo, que lo mantiene vivo y que está sumamente preocupada porque se conserve y restaure de la mejor manera posible”.
Hasta el momento ni el INAH ni la Secretaría de Cultura han hecho público algún posicionamiento.
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