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Desde el día que la pintura Yo y mis pericos, de Frida Kahlo, salió de la casa de la artista en la calle de Londres, Coyoacán, nunca más regresó a México. Por eso, entre otras razones, resulta inverosímil la historia de que la obra, pintada por Kahlo en 1941, fue robada hace unos días en la colonia San Miguel Chapultepec, en la Ciudad de México.
Es inverosímil también porque Yo y mis pericos, la pintura que supuestamente robaron a un “coleccionista de arte” que interpuso la denuncia ante la Fiscalía de la CDMX, se encuentra hoy en el Museo Whitney de Nueva York, al que fue prestada para ser exhibida en Vida Americana, exposición que se inauguró en febrero pasado y que hoy, desafortunadamente, no está abierta al público porque la pandemia por Covid-19 obligó al cierre de museos.
La pintura continúa en ese recinto neoyorquino; es más, esa pintura nunca ha salido de Estados Unidos desde 1941, así lo confirma Mireya Escalante, curadora de la colección Stream, que es dueña de la obra desde el mismo año de su creación, cuando Mattilda Geddins Gray vino a México a conocer al “pintor famoso” que había atrapado incluso a Rockefeller.
Mireya Escalante, curadora de arte, precisa que la familia vino al país para que Diego retratara a la joven Mattilda y entonces encontraron que la esposa del pintor era genial. Ellos adquirieron esa pintura de Frida y varias de Rivera.
Aunque la pintora hizo otros cuadros con pericos, “todos esos cuadros tienen una ubicación muy clara” y “no hizo una versión de la misma”, confirma el curador e investigador Juan Coronel Rivera.
La denuncia
La obra de Frida Kahlo no fue muy amplia; creó alrededor de 146 pinturas que, en general, los investigadores tienen muy ubicadas. Pero como dicen los directores de museos y galerías, “Frida pinta más muerta que viva”, pues son numerosas las historias de personajes que argumentan tener un Kahlo producto de una herencia, como es el caso de esta historia.
La Fiscalía local (FGJ-CDMX) hoy investiga el robo del cuadro de Kahlo, así como el de una pintura de Rufino Tamayo, ambos en hechos ocurridos en la vivienda de un supuesto coleccionista de arte, en la colonia San Miguel Chapultepec. De acuerdo con la denuncia del hombre, una pareja entró a su casa, lo “gotearon” y perdió el conocimiento; dijo que cuando despertó se percató que no tenía las obras de arte, así como platería, joyas y dinero.
De acuerdo con la indagatoria, los hechos ocurrieron el 28 de junio, cuando un hombre y una mujer se presentaron en la casa, supuestamente para comprar los cuadros ofrecidos en venta; el denunciante aseguró que los había dejado pasar pues “estaban bien vestidos”; añadió que pasada una media hora, y tras beber alcohol, él perdió el conocimiento.
La FGJ-CDMX solicitó al propietario documentos que avalaran la legal procedencia de las piezas, y el denunciante alegó que las obras -según dijo, valuadas ambas en 7 millones de dólares- las obtuvo de una herencia familiar.
Aunque los especialistas han documentado cuántas son y dónde están las obras de Frida Kahlo, es frecuente que aparezcan pinturas de la artista que muchos quieren negociar -el antecedente más reciente es el de La mesa herida, que hace un mes se reportó en Europa, y que hace años se vio en Michoacán y luego en Morelos.
Si este ciudadano fue o no víctima de un robo y un engaño es otra historia, pero es un hecho que Yo y mis pericos no fue robada.
Es curioso que aparezca la noticia en la semana en que se conmemora el cumpleaños y el aniversario de la muerte de la pintora (Frida Kahlo nació el 6 de julio de 1907 y murió el 13 de julio de 1954, en la Ciudad de México).
Foto: Nickolas Muray
La historia de la obra
Frida Kahlo hizo varios autorretratos con sus mascotas, fue el caso de sus changos y pericos. Existen fotografías donde se ve a la artista con el cuadro Yo y mis pericos, junto al fotógrafo Nicholas Murray.
Esta pintura está incluida en el Catálogo Razonado de las obras de Frida Kahlo (Frida Kahlo, Das Gesamtwerk), que es obra de los especialistas Helga Prignitz-Poda, Andrea Kettenmann y Salomon Grimberg. En esta publicación, que data de 1988, se reporta que Yo y mis pericos fue adquirida en 1941 por Mattilda Gray, quien estaba en México en esos años para que Diego Rivera le hiciera un retrato.
“Hasta donde sé, no existe un boceto de esta obra y Frida no hizo una versión de la misma. Hay otras pinturas con pericos, pero todas tienen una ubicación muy clara -dice Juan Coronel Rivera-. La obra de Frida Kahlo Yo y mis pericos, efectivamente está ahora en la exposición Vida Americana. No aparece reproducida en el catálogo. En la lista de obra de la exposición aparece descrita como Me and my parrots, 1941, Oil on canvas, 32 5/16 X 23 3/4 in. (82 x 62.8cm). Private collection.”
Otro especialista entrevistado, que pidió omitir su nombre, consideró que estos hechos son una estafa, que quienes conservan obras de artistas como Frida Kahlo tendrían documentación, historia de la procedencia y, evidentemente, la pieza estaría asegurada.
Acerca de la situación de estas obras de Frida Kahlo y Rufino Tamayo, supuestamente robadas, EL UNIVERSAL buscó información con el Instituto Nacional de Bellas Artes. Juan Carlos Pereda, subdirector de colecciones del Museo Tamayo, dijo que no se tenían datos de la obra de Tamayo que se alega que fue robada. “Sin la información sobre el cuadro, el nombre y lo que implica, bordamos en el vacío”, señaló.