El acueducto que forma parte del complejo hídrico de la Zona Arqueológica Tetzcotzinco, que se encuentra en el Estado de México, resultó con daños severos en 143 metros cuadrados, luego de que el sitio fuera intervenido con maquinaria pesada de construcción, por lo que el INAH y el municipio de Texcoco levantaron una denuncia ante la Fiscalía General de la República.
El arqueólogo Antonio Huitrón, director del Centro INAH Estado de México, explicó que la tarde del 15 de julio recibieron una denuncia vía telefónica en la que les notificaron de posibles afectaciones a los monumentos arqueológicos que diseñó Nezahualcóyotl y que datan del 1200 al 1521 d.C.
Tras la denuncia solicitaron apoyo al Ayuntamiento, que envió a la policía local para acordonar la zona. Después, el arqueólogo David Ramírez encabezó un equipo que inspeccionó el sitio afectado ubicado en el ejido de Santa Catarina del Monte, al sur poniente de la Zona Arqueológica Tetzcotzinco, que está inscrita en el Registro Público de Monumentos y Zonas Arqueológicos e Históricos como Caño Quebrado.
“Constatamos que se trata de un sitio arqueológico a través de evidencias de un sistema constructivo caracterizado por piedras medianas que sirvieron para la nivelación artificial que soportaba el acueducto prehispánico de Tetzcotzinco. Ahí ubicamos afectaciones a través del uso de maquinaria pesada para remoción de suelo y excavaciones de capas subyacentes en 143 metros cuadrados”.
Los daños, dijo Huitrón, son severos, por lo que la denuncia se interpuso contra quien resulte responsable y al tratarse de monumentos que datan de al menos del siglo XIV, “cualquier afectación además de lamentable es irreparable”.
El arqueólogo precisó que todos los elementos afectados se encuentran ubicados en el mismo predio, porque “la mayoría fueron utilizados para poder hacer muros de contención ahí mismo”, y que se valora la conveniencia de que sean trasladados a otro espacios.
Con los restos se buscará que el acueducto sea reconstruido; sin embargo, como parte del proceso legal que ya se emprendió, se espera que el responsable sufrague los gastos de todos los trabajos, en tanto, el INAH “ha generado las condiciones para que a través del seguro se pueda tener recursos suficientes para el proceso de restauración”.