Los arquitectos creadores del diseño para el museo del niño que se construye en Iztapalapa –se trata de los despachos Mendoza Partida, con sede en Barcelona, y SPRB Arquitectos , con sede en Guadalajara— se alegran porque la obra que ellos propusieron se está realizando, porque su idea de que el museo dialogara con el entorno, el barrio y la ciudad es la que ha retomado la actual administración. Sin embargo, piden a la jefa de gobierno, Claudia Sheinbaum , que los invite a la inauguración, que los mencione de vez en cuando en sus conferencias; en suma, que les dé crédito como autores del proyecto que ahora se llama Museo Infantil y Juvenil Yancuic (MIJY).
Y hay algo más, todavía se les adeuda a los arquitectos alrededor de 30% de sus honorarios profesionales por desarrollar el proyecto ejecutivo. Este es un dinero que les tendría que pagar el Museo Interactivo Infantil , AC. ( Papalote ), con quien el despacho SPRB Arquitectos firmó el contrato, sólo que cuando se firmó, en marzo de 2016, el nuevo museo iba a ser concesionado a Papalote. Hoy es otro gobierno el que lleva la obra, y la idea de la concesión fue cancelada: Papalote no tiene nada que ver con el proyecto. La deuda ha derivado en una demanda penal justo contra la AC de Papalote.
A finales de 2019, en diálogo con el abogado de los arquitectos, Joaquín Mendoza Brik, el jurídico de la Secretaría de Cultura de la CDMX había abordado la posibilidad de buscar una solución. Pero era otro el secretario de Cultura, y había una pandemia que todo lo cambió.
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Periplo
En noviembre de 2015, el despacho MX_SI, integrado por Mara Partida, Boris Bezan y Héctor Mendoza (hoy este grupo de arquitectos están separados en Mendoza Partida y BAX Studio), y el despacho SPRB Arquitectos, formado por Laura Sánchez Penichet y Carlos Rodríguez Bernal, por unanimidad ganaron, entre 171 propuestas, el Concurso Nacional de Arquitectura Papalote Museo del Niño en Iztapalapa. La idea era que el museo sería concesionado a la AC. del Papalote; el proyecto ejecutivo se desarrolló para un espacio de 19 mil 966 metros cuadrados, y el presupuesto que anunció el gobierno de Miguel Ángel Mancera era de 424.9 mdp. El título de la concesión no se concretó durante la administración Mancera. Y el nuevo gobierno canceló todo con la AC. de Papalote.
Proyección del recinto, cuya idea es que dialogue con el entorno, con el barrio. Se trata de un espacio abierto en la planta baja, una especie de plaza urbana, de acuerdo con los arquitectos. La inversión del gobierno actual será de 529 mdp. Foto: CORTESÍA SPRB ARQUITECTOS
Ya antes de tomar posesión, Claudia Sheinbaum dijo no al proyecto de concesionar el museo. Por medio de un comunicado, de diciembre de 2018, los directivos del Museo Papalote se enteraron de la cancelación del proyecto. En todo caso, la construcción de la obra continuó.
Hace dos semanas, en conferencia de prensa, Sheinbaum dijo que el ahora Museo Infantil y Juvenil Yancuic tiene un avance de 85%, que estará concluido en abril y que la inversión de este gobierno será de 529 mdp. Agregó que la propuesta es que se inaugure en septiembre. En la conferencia, sin embargo, ella no citó a los autores del proyecto; nunca lo ha hecho y la obra continúa sin que a ellos, como autores, se les tome en cuenta.
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Los arquitectos Mara Partida y Héctor Mendoza, desde Barcelona, y Carlos Rodríguez Bernal, desde Guadalajara, hablaron con EL UNIVERSAL sobre su propuesta, el momento actual de la obra y de su relación contractual. Describen que el lema de su proyecto “Hagamos ciudad”, planteó abrir el museo al espacio público. Creen en el diálogo con todas las partes y, a pesar de que no les da crédito, felicitan a Claudia Sheinbaum por hacer este ambicioso proyecto.
La arquitecta Mara Partida describe la propuesta que hicieron: “Es un museo que busca hacer ciudad y activar una zona que necesitaba de la cultura y del uso del espacio público. Pensábamos que era importante que Iztapalapa, con tan altos índices de población infantil, pudiera apropiarse del edificio de manera natural; quisimos hacer un proyecto que fuera sensible a la zona, que activara el entorno”.
“Nuestra propuesta se abrió al espacio público. Es la idea que usa el gobierno; nos gustaría que saliera nuestro nombre por ahí. Sería lo correcto”
Héctor Mendoza, arquitecto
Detalla que la propuesta era la de un edificio muy abierto, con una fachada hacia la calle que no fuera cerrada y ciega, sino diáfana, permeable al espacio, donde la planta baja fuera una suerte de plaza urbana. “Ese ha sido el espíritu que ha permitido que el museo continúe y que esté construyéndose ahora”.
El arquitecto Héctor Mendoza destaca que Papalote hizo un concurso; que no fue, de manera unilateral, el que decidió quién era el ganador, y que en el certamen hubo un jurado de los mejores arquitectos y que concursaron grandes despachos. “Nuestra propuesta ganó, precisamente, por esta visión de ciudad. La relación de un museo y un centro comercial era muy rara, y nuestra propuesta negó al centro comercial y se abrió al espacio público. Ése es el estandarte que hoy usa el gobierno, y esa es idea nuestra; nos gustaría que saliera nuestro nombre por ahí. Eso es algo que sería correcto”.
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Mancera invita
El gobierno de Miguel Ángel Mancera invitó (sin licitación de por medio) a la A.C. del Papalote a desarrollar la propuesta de un museo de Papalote en Iztapalapa ; sería un museo público –el terreno y el edificio como propiedad de la ciudad— y la operación del museo le sería concesionada. Así, la AC. Papalote asumió la convocatoria del Concurso y, luego, el desarrollo del proyecto ejecutivo.
“Desde las bases del concurso que se nos entrega a todos los participantes se veía que el museo iba a ser parte de una operación urbana de mayores dimensiones. Era el Cetram de Constitución de 1917 (estación terminal de la línea 8 del Metro), y una parte sería el museo (otra parte era un centro comercial)”, explica Carlos Rodríguez.
Durante 2016, cuando desarrollaban el proyecto ejecutivo, se cambió el nombre del museo; primero iba a ser Papalote Museo del Niño en Iztapalapa, y luego fue Museo Interactivo Infantil de Iztapalapa.
Carlos Rodríguez refiere que firmaron contrato el 1 de marzo en 2016. “Entregamos el proyecto terminado entre noviembre-diciembre de 2016. La obra se licitó en diciembre de 2016 y empezó hasta marzo de 2017. Estuvimos yendo a la obra todo 2017 y todo 2018, hasta que a principios de 2019 nos comunicó Papalote que les habían cancelado la concesión”, dice.
Héctor Mendoza, Mara Partida y Boris Bezan (arriba), y Carlos Rodríguez y Laura Sánchez Penichet. FOTOS: CORTESÍA SPRB ARQUITECTOS
Acerca de los avances que se alcanzaron a hacer en la obra, Mara Partida explica que se retrasó mucho el trabajo de cimentación porque fue muy compleja, y que a inicios de 2019 –al cancelarse-, estaban colando la planta del segundo piso. “Diría que la estructura quedó casi en 60%”, añade Carlos Rodríguez.
Lo que ahora sucede, explica Mara Partida, “es que a la fecha no nos han acabado de pagar nuestro trabajo, hay una deuda por cubrir; estamos esperando que se resuelva”. Lo que les deben, de acuerdo con el arquitecto Héctor Mendoza, es 30% de sus honorarios profesionales.
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La única comunicación con autoridades de la ciudad fue a finales de 2019, cuando el entonces secretario de Cultura, Alfonso Suárez del Real , llamó al arquitecto Carlos Rodríguez: “Nos propuso dos temas, uno, que el gobierno de la ciudad de México ofrecía hacerse cargo de los adeudos con nosotros --en el entendido de que Papalote había donado el proyecto a la ciudad y que el proyecto no se había pagado completamente--, y la segunda oferta era que querían que regresáramos a asesorarlos durante la obra. Pero no se ha concretado ninguna de las ofertas, no hemos tenido más comunicación a la fecha ni con Cultura ni con el gobierno de la Ciudad de México”.
Después de esto, el abogado de los arquitectos en la Ciudad de México, Joaquín Mendoza , tuvo una reunión con el jurídico de la secretaria de Cultura, pero nunca se concretó nada y, por otra parte, continúa la deuda de Papalote:
“La relación comercial de los arquitectos fue con la gente de Papalote. Y no se pagó el dinero. Eso nos obligó a presentar una demanda ante el Tribunal Superior de Justicia que es entre el despacho SPRB Arquitectos, y el Museo Interactivo AC., coloquialmente conocido como Papalote. Son alrededor de 2 millones de pesos, y costos financieros de un millón 55 mil pesos, aproximadamente. Papalote contestó y decidió negar la deuda. Hoy (ayer) teníamos una audiencia, pero no hay tribunales; se ha diferido. Hay contratos, pero la A.C. ha incumplido”.
Acerca de la reunión con el jurídico de la Secretaría de Cultura de la CDMX, el abogado explica que propusieron resolver el problema y que lo asumiera el gobierno. “Sí hicieron la oferta de asumir la deuda que tenía Papalote, pero no sabían como hacer; estaban buscando un mecanismo y ahí se quedó”.
Hay un segundo tema que el abogado señala y es el de los derechos de autor: “El problema para el gobierno de la ciudad es que, como todo creador que realiza una obra, hay aquí una propiedad intelectual. El jurídico de Cultura dijo que la jefa de gobierno tenía el mayor interés en resolver las cosas de la mejor forma, pero se quedó en el tintero. La autoridad está detentando una obra que pertenece a otros, una obra por contrato, y necesitaría de los arquitectos…”
La posición de los arquitectos
“Cuando ves cómo presenta el museo la jefa de gobierno –dice la arquitecta Mara Partida- nos hace ilusión, pero nos queda pendiente que se reconozca nuestro trabajo. Lo que nos causa tristeza es que no se nos dé nuestro crédito. La vía del diálogo es la manera de arreglar las cosas y también creemos en los derechos que cada uno juega en este proyecto, y nos gustaría que se respetaran esos derechos”.
Dado que Sheinbaum habló de que hacían ajustes en la obra, el arquitecto Carlos Rodríguez pide que ellos puedan tomar decisiones para que las adecuaciones sean lo más apegadas al proyecto original. “Nos interesa y preocupa, por supuesto el tema de la autoría. Nos gustaría platicar con la jefa de gobierno; aun podemos ser de utilidad para resolver las dudas y planteamientos que tengan. Es un proyecto de nuestra autoría y que nos gustaría que nos involucraran, que se nos mencionara; la Ciudad de México está haciendo uso de un proyecto que tiene temas pendientes en cuanto a un contrato que en su momento se hizo para este proyecto. Entendemos que proyectos de esta escala e importancia para una ciudad se pueden extender en el tiempo y que haya cambios administrativos y del partido en el poder, pero no vemos por qué los proyectistas originales deban ser desvinculados del proyecto por una cuestión administrativa; como pudimos resolver el proyecto para otra administración podemos seguir colaborando con la actual adaptando el proyecto a las nuevas circunstancias”.