Antologar la obra de David Huerta, que es una gigantomaquia verbal, afirma Hernán Bravo Varela, es una labor compleja por los distintos tonos, recursos, miradas, perspectivas formales, temáticas y estilísticas, sin embargo, el discípulo y amigo logró contener 50 años de su trabajo poético en 50 poemas reunidos en la antología "Antes de decir cualquiera de las grandes palabras", con la que Ediciones Era rinde homenaje al poeta fallecido el 3 de octubre de 2022.
“Lo que propuse fue 50 poemas que trataran de dar cuenta de 50 años de escritura, medio siglo en medio centenar de poemas”, afirma el antologador al dar cuenta de la confección de esta antología que está por comenzar a circular y que presentarán el próximo miércoles en la Feria Internacional del Libro de Guadalajara.
Bravo Varela asegura que la propuesta con la selección de estos 50 poemas fue incluir toda la riquísima gama formal, estilística y verbal de David Huerta, desde su primer libro El jardín de la luz hasta El viento en el andén, que es el último libro que publicó en vida, de tal manera que son 50 años de trabajo, de 1972 a 2022; “incluye poemas unitarios, pero también fragmentos de su obra magna, el poema de largo aliento Incurable, donde traté de hacer una especie de resumen ejecutivo o de guión entresacado de distintos momentos de ese poema total para que aparecieran aquí, y que ya habían sido incluidos antes en una antología donde celebramos los 30 años de la publicación de Incurable en 2017”, afirma Bravo Varela.
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La antología incluye poemas que seguro Huerta no hubiera seleccionado, pero que dan cuenta de amplia gama de registros poéticos, por ejemplo “El fumador”, que Hernán considera un poema extraordinario escrito en tercetos dantescos, pero sin rima ni metro, donde David penetra en las oscuras y turbulentas aguas de la revelación personal, autobiográfica y subvierte aquello con todo el poderío que le caracteriza.
Se trata de una obra amplia y diversa, “esta antología está destinada a los lectores mexicanos e hispanohablantes, y en especial a mí me gustaría que se leyera como una puerta de entrada a las nuevas y viejas generaciones que no han tenido aún la envidiable fortuna de conocer el mundo, la obra de David. Este es un muestrario de todos los registros y todos los teclados que llegó a tocar tan virtuosamente David a lo largo de 50 años”.
Aunque, cuenta Bravo Varela, en algún momento pensaron en cerrar la antología con algunos de los poemas que David dejó inéditos, desecharon la idea porque después vendrán otras antologías y libros con mucho de lo que está pendiente a publicarse del enorme material inédito que dejó David.
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“Esta antología abre y cierra con la obra publicada en vida, la obra edita y ya lo que aparezca después pues naturalmente seguirá incrementando la fama y el nombre de los trabajos de David, pero creo que esta sobre todo es una buena puerta de entrada y a mí me gustaría que los lectores la vieran como grandes éxitos”, dice.
La antología deja ver el rigor y la estricta vestidura del verso que escribió Huerta, “A David siempre lo caracterizó un rigor formal y un virtuosismo lingüístico notabilísimo, pero también la manera de adoptarse una serie de máscaras, formales y genéricas“.