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En su serie de exposiciones “Siembra”, la galería Kurimanzutto presenta “Jornada laboral”, de Damián Ortega, con una serie de obras sobre bordados y otra serie de máscaras que, en tiempos de pandemia, recuperan por una parte el trabajo directo del artista con los materiales; y por otra, prácticas ancestrales como el bordado; también, el ejercicio de crear con residuos y con lo que se tiene a la mano.
Damián acude a lo manual, pero también trabaja en esta exposición el tema del tiempo, su valor, y muchas ideas que el confinamiento le dejó.
“Traducir la tragedia a un momento privado”, así resume el artista el trabajo de minutos, horas, días, semanas, bordando, creando las portadas con bordado, que integran las piezas de esta exposición en Kurimanzutto.
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“Quería buscar dónde estaba mi tiempo, cómo lo había perdido; eran muchas horas en el teléfono… y dije: ‘voy a dedicar un tiempo, una hora, 10 minutos, a bordar, para que quede una memoria’. Empecé a hacer un registro, líneas, una materialidad. Registros de una hora, una semana, un mes y son estos calendarios”, dice en referencia a las obras bordadas, sobre portadas de un periódico, que dan nombre a la serie “Jornada laboral”.
“En la pandemia vino el momento de estar confinados y comencé a llevar el registro de esto tan impactante, de esto que se veía en las noticias”. Tomó portadas del periódico La Jornada e hizo bordados, a modo de un calendario, un registro de lo que sucedía en la pandemia.
Parte de este trabajo, cuenta, fue estudiar la historia del textil, las características en distintas regiones, la industria, y su historia en la humanidad. Hace varios años que trabaja el tema de los textiles: “Cuando era niño, aprendí en Oaxaca que los textiles tenían información cifrada, implícita o que en las pirámides muchas de las figuras geométricas labradas eran registros para saber lo que se podía trabajar cada día. Es interesante pensar cómo estos patrones decorativos, en realidad son sistemas numéricos”, dice.
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Junto a estos bordados, expone máscaras de animales, creadas con materiales de la basura del taller: “Fue inventar nuevas caras con residuos, canalizar, improvisar, sacar algo más alegre, libre, crítico, juguetón”.
Estas referencias al mundo natural también están asociadas a esa nueva relación, con frecuencia de desconfianza hacia la naturaleza, que la pandemia causó en la sociedad.
Pero más allá de eso, Ortega considera que la pandemia ha significado “un momento de replanteamiento, de reinventarse, de generar un conocimiento, una memoria. Fue trabajar con lo que había. Fue buscar soluciones dentro de lo que uno vive y uno tiene”.
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Para él, bordar es una actividad íntima, cotidiana y silenciosa, en la que el movimiento de las manos genera una estrecha relación entre lo digital, lo manual, y el transcurso tiempo.
La exposición es parte de la muestra Siembra que en Kurimanzutto reúne obras de artistas de la galería y de otros invitados. Se podrá visitar hasta mediados de junio. La galería está ubicada en Gobernador Rafael Rebollar 94, en la colonia San Miguel Chapultepec.