Más Información
Rosa Icela Rodríguez se reúne con próximo titular del INM; “arrancaremos el 2025 con mucho trabajo”, asegura
SSa llama a tomar medidas preventivas ante bajas temperaturas; pide proteger salud por temporada invernal
Oposición tunde diseño de boletas de elección judicial; “la lista definitiva la harán Monreal y Adán Augusto”, dice Döring
Padres de normalistas de Ayotzinapa marchan a la Basílica de Guadalupe; exigen cárcel para los responsables
3 de cada 10 veces que se vende bacalao en México es carne de otras especies: ONG; llaman a CONAPESCA a rastrear productos
En enero de 1931 los cineastas soviéticos Serguéi Eisenstein , Grigori Alexandroff y el fotógrafo Eduard Tissé se encontraban en México para filmar una cinta sobre el país y su cultura.
A mediados del mes un fuerte terremoto sacudió a Oaxaca , en cuanto se enteró el equipo de cineastas, tomaron un vuelo al estado para ser testigos de la catástrofe. Volando a baja altura, fue como pudieron filmar una cinta sobre los daños que dejó el sismo.
“Son los primeros testigos que presencian los destrozos causados por el terremoto”, se lee en las notas publicadas en EL UNIVERSAL. Entonces Eisenstein reportó a este diaro -a través de una entrevista- los daños y cómo los habitantes de Oaxaca se enfrentaban a esa destrucción.
En ese momento, Eisenstein, Alexandroff y Tissé también compartieron una de las primeras fotografías de los daños a esta casa editorial.
Así fue la llegada de Eisenstein a México y su cobertura del terremoto de 1931 en Oaxaca.
Still del corotmetraje de Eisenstein sobre el terremoto de Oaxaca, en 1931. Foto: Especial
Viene un ruso a filmar películas en este país
3 de diciembre de 1930
Sólo pide que se le deje trabajar.-No desea alguna del Gobierno
De Rafael Ibarra, especial para EL UNIVERSAL
LOS ANGELES, diciembre 2.- Serge Eisenstein, de nacionalidad rusa, informó hoy que pasado mañana saldrá con destino a México, con el propósito de filmar una película de ambiente netamente mexicano, y que para el efecto lleva de su propio peculio, la cantidad de cincuenta mil dólares.
Einstein dice que ha sido director cinematográfico en Rusia y que trabajara en México, como lo ha hecho en su país, es decir, que no lleva argumento, ni lo pedirá a nadie, sino que él con su camarita impresionara lo que le parezca mejor, para lo cual piensa ir directamente a los campesinos a fin de lograr la película, conforme se presenten los motivos, asegurando que la terminará en un plazo probable de cuatro semanas.
Los estudios Paramount habían contratado a este señor, pero presumiéndose que, debido a su procedencia y tomando en cuenta su filiación comunista, pudiera no ser persona grata, el Gobierno, al saberlo, le impidió trabajar y así permaneció por seis meses en Hollywood sin tener ninguna oportunidad de hacer nada.
Eisenstein dice que no solicitará ninguna ayuda pecuniaria al Gobierno, ni la aceptará de particulares, pero en cambio, sí pide que se le dé completa libertad para sus trabajos, de acuerdo con sus intenciones, deseando viajar solo por todas partes, especialmente por los campos y los centros obreros.
Lee también: El Circo erótico de Eisenstein, a la venta en Kurimanzutto
Un director de películas
9 de Diciembre de 1930
Arribó ayer Sergio Eissenstein, que produjo “El Crucero Potemkin” y “Octubre”.- Hará una cinta con ambiente mexicano el famoso artista ruso
El director cinematográfico de la empresa productora de películas rusas “Sovkino” que nos presentara hace algún tiempo las cintas más realistas de la época, como “El Crucero Potemkin” y “Octubre”, ha llegado a México para hacer una obra sobre tema mexicano, en la que se seguirán los mismos lineamientos de la técnica cinematográfica soviética innovadora por excelencia.
Se trata del señor Sergio M. Eisenstein, Ed. Tissé, su ayudante, y el operador G.V. Alexandroff, a quien estuvo encomendada la impresión en celuloide de las escenas de las cintas mencionadas. Llegaron los viajeros procedentes de Hollywood, donde permanecieron algún tiempo, y se encuentran alojados en el Hotel Regis.
“Vengo a México -nos declaró al entrevistarlo anoche- a hacer una película sobre este país, de cuyo pueblo y de cuyo arte soy un gran admirador; una película que muestre al mundo entero las maravillas que aquí se encierran. En estos momentos existe en Europa gran interés por México, y quiero mostrarlo tal cual es, para lo cual espero obtener la cooperación del pueblo, y para el desarrollo de mi proyecto deseo entrar en contacto desde luego con artistas, fotógrafos,etc.
Caricatura publicada en EL UNIVERSAL el 12 de diciembre de 1930. Imagen: Hemeroteca El Universal
“Durante un mes aproximadamente me dedicaré a estudiar el ambiente mexicano, y después procederé a la manufactura de la película basada en un asunto local. Tras este estudio decidiré si la obra la basamos en un argumento determinado o en una exposición fiel del país, de sus costumbres y de su pueblo, documentándome previamente en visitas que realizaré al Distrito Federal y regiones inmediatas al Istmo de Tehuantepec y a Yucatán, pues no omitiré por ningún motivo las famosas ruinas de Chichén Itzá, y mi interés por el folklore local es enorme.
“En la película seguiremos la misma técnica empleada en “El Crucero Potemkin”, es decir, un realismo absoluto, sin emplear “Estrellas” ni artistas profesionales. Iremos al campo, a los centros industriales, a los círculos sociales, a todos aquellos sitios que se hagan necesario como lo hacemos en las cintas rusas”.
Las estrellas no son lo mejor
Y nos explicó que, en su concepto, el uso de artistas profesionales consagrados no son, ni con mucho los elementos de que debe echarse mano para una buena película. Las “estrellas” sólo buscan su lucimiento personal en las cintas, distan mucho de reflejar la realidad de las cosas. A esto se debió que durante su estancia en Hollywood no pudiera filmar una película basada en la técnica Sovkino, como trató de hacerlo, pues los grandes productores deseaban que figuraran allí “astros de primera magnitud” y el señor Eisenstein deseaba ir a la vida real para imprimir las escenas, cosa contraria a la costumbre seguida actualmente en el país vecino y no fue posible llegar a un acuerdo.
En México no tropezará con esas dificultades, y cree que dentro de cuatro meses estará terminada la película, llevándola primeramente a Moscú para exhibirla y después se le hará la sincronización adecuada y ya están en México los aparatos necesarios.
Nos refirió, por último, que se les han ofrecido toda clase de facilidades para la impresión de la cinta y que la industria cinematográfica rusa sigue desenvolviéndose rápidamente, dándose ya los pasos necesarios para la fabricación de películas habladas.
La catástrofe de Zimatlán
18 de enero de 1931
Los señores Sergio Eisenstein, G. Alexandroff y E. Tisse, cinematografistas rusos de la casa “Sovkino” que fueron a Oaxaca a bordo de un avión para impresionar una película de la catástrofe ocurrida allá, tomaron esta interesantísima fotografía del estado en que quedó la parroquia de Zimatlán, cuya cúpula al derrumbarse, causó la muerte del presbítero Nabor Ramos, que oficiaba en esos momentos, y la de otras muchas personas más. A su gentileza debe EL UNIVERSAL poder darla a conocer a sus lectores, antes que ningún otro periódico capitalino.
Fotografía de Eisenstein para EL UNIVERSAL. Foto: Hemeroteca El Universal
Esta tarde regresaron procedentes de Oaxaca, Sergio Eisenstein, G. Alexandroff y E. Tisse, los dos primeros de la compañía cinematográfica rusa “Sovkino”, y el tercero es fotógrafo, quienes se hallan con nosotros desde hace algún tiempo impresionando una cinta de México, según dimos oportunamente.
Los señores, tan pronto como noticia de la seria perturbación telúrica ocurrida en Oaxaca contrataron un avión y partieron para ese lugar, para tratar de impresionar una cinta de la catástrofe, que será relato de la magnitud de una de las más grandes catástrofes que registra nuestra patria.
Son los primeros testigos que presencian los destrozos causados por el terremoto.
Ningún edificio se escapó
Momentos después de su llegada a México, fueron entrevistados por uno de nuestros redactores y nos dieron un porcentaje estadístico revelador de la magnitud de la catástrofe: el de cincuenta por ciento de las (...) Oaxaca quedó inservible y que el cincuenta por ciento restante resultó con daños graves, que puede decirse (...) de incurrir en exageración (...) no hubo una sola casa que escapara de la furia del terremoto.
Volaron con poca altura durante algún tiempo impresionando interesantísimas escenas, tales como la caída de nuevos edificios, ya cuarteados por el anterior terremoto, y las escenas de pánico en la plaza principal donde la mayoría del pueblo está viviendo.
Tomaron tierra al concluir el temblor y se dedicaron desde luego a recorrer la ciudad y los pueblos cercanos. filmando una película con extensión total de dos mil pies que dentro de pocas semanas será exhibida.
Mr. Eisenstein nos refirió que los oaxaqueños, temerosos de la repetición de los ya múltiples temblores, se han dedicado a vivir al aire libre, en las plazas y a campo descubierto, algunos en tiendas de campaña y otros, los que carecen de recursos, a la intemperie. Los restaurantes y cafés se han instalado también al descubierto, y son contadísimas las personas que, haciendo gala de un valor casi temerario se aventuran a pasar algunos momentos bajo las casas cuarteadas. En suma, en Oaxaca se come, se duerme y se pasa la vida al aire libre.
Por lo que toca al número de víctimas nos dijo que no puede ser fijado todavía, pues los escombros siguen siendo removidos por las cuadrillas de salvamento, pero se calcula que, al hacerse el balance final de la hecatombe, ésta arrojará un saldo no menor de doscientos muertos y multitud de heridos.
La magnitud del movimiento puede juzgarse también por el hecho de que el río que pasa por Oaxaca se vació con el temblor y diariamente centenares de personas lo visitan, contemplando aterradas el espectáculo del cauce seco.
Still del corotmetraje de Eisenstein sobre el terremoto de Oaxaca, en 1931. Foto: Especial
Nos relató también con vivos colores la macabra escena del derrumbe de una cripta del panteón que dejó al descubierto los cadáveres allí sepultados, y a los que hubo necesidad de incinerar inmediatamente, tal como da cuenta nuestro corresponsal en sus mensajes de ayer.
En las calles de la ciudad, hasta el viernes por la noche, pudo restablecerse el alumbrado eléctrico, aminorándose con esto notablemente el lúgubre aspecto que presentaba la ciudad después del obscurecer. Sin embargo, el servicio de luz en las casas no ha podido restaurarse.
Lee también: Cuando la reina Isabel II paseó en el mercado y bailó "La Cucaracha" en México
Los daños en los poblados
Terminada su tarea en Oaxaca, los cinematografistas rusos salieron a los poblados de los alrededores para seguir impresionando las escenas de desolación que se observan por doquier.
El movimiento se dejó sentir con mayor intensidad en el poblado de San Pablo Guelatao, que quedó casi completamente destruído. Allí perecieron cincuenta y una personas y otras muchas resultaron heridas.
Los supervivientes con encomiable actividad se dedicaron a recoger a los muertos y heridos, y a esto se debe que ya se tenga la cifra exacta del número de víctimas.
Estuvieron también en Zimatlán, donde se derrumbó la parroquia mientras se celebraban unos maitines. Allí se nos informó que además del sacerdote que oficiaba en esos momentos, presbitero Ramos, resultaron alrededor de veinte muertos, mujeres en su mayor parte, y numerosos heridos.
No podrían, nos dijeron por último nuestros entrevistados, hacer ellos un relato tan exacto como quisieran, de la hecatombe oaxaqueña, pero afortunadamente cuentan con la extensa película impresionada allí, que constituirá el más elocuente relato de lo ocurrido.Ya está siendo acondicionada la película para su exhibición y dentro de pocas semanas, podrán contemplarla los capitalinos.
Nos pidieron, además, que hiciéramos constar su agradecimiento a las autoridades oaxaqueñas que les dieron amplias facilidades para el cumplimiento de su labor, a pesar de que tienen en estos momentos dedicadas todas sus energías a ayudar a los damnificados.
Las víctimas son numerosas
Sergio Eisentein, quien con un grupo de fotógrafos regreso a esta capital hoy por la tarde, procedente de Oaxaca, primer testigo de la catástrofe sísmica ocurrida allí que llega a México, declaró que la magnitud de los daños causados por los temblores es superior a todo lo que se ha dicho hasta ahora.
Hasta estos momentos no han sido rescatados de entre los escombros todos los cadáveres, pero estima que la totalidad de ellos puede llegar muy bien a doscientos. Manifestó también que cincuenta y una personas perecieron instantáneamente en el derrumbe de la iglesia de San Pablo Guelatao y muchas resultaron heridas.
Los últimos temblores ocurridos antenoche causaron pánico entre los oaxaqueños, pero no originaron mayores desgracias personales, sino que solamente se derrumbaran muchos edificios que ya habían quedado cuarteados por los primeros sacudimientos terrestres.
Still del corotmetraje de Eisenstein sobre el terremoto de Oaxaca, en 1931. Foto: Especial
El señor Eisenstein agregó que siguen recibiendo en la ciudad de Oaxaca noticias de las poblaciones cercanas hablando de derrumbes de casas y mayores pérdidas de vidas.Una persona llegada de una de tales poblaciones dice que el poblado quedó totalmente destruído y la mayoría de sus moradores resultaron muertos o heridos.
Sin embargo, hasta esos momentos no ha sido dada a conocer oficialmente la cantidad total de muertos y heridos.
Por lo que hace a Oaxaca, la mitad de los edificios resultaron destruídos y muchos otros con serios desperfectos.
La catedral no sufrió daños graves, pero otros templos sí sufrieron daños.