Los mecanismos de la mente del adicto, la codependencia, el viacrucis ante la ley y la son los temas alrededor de los que gravita "La mordida", de Malcolm Lowry; la novela póstuma y pieza valiosa para reconstruir la legendaria estancia del escritor inglés en México vio la luz hasta 1996 en una edición crítica de Patrick A. McCarthy y, hace un par de semanas, en abril, su primera versión al español, fruto del trabajo de María Vinós, salió de imprenta bajo el sello editorial de Random House.

Vinós, quien trabajó poco menos de un año en la traducción de "La mordida", abunda: el ya citado editor de esta versión crítica consideraba que no era un proyecto tan viable, en parte, por la complejidad de descifrar el manuscrito.

La  mordida, una historia de Lowry sobre la corrupción
La mordida, una historia de Lowry sobre la corrupción

“Lowry trabajó muchos años en un libro absoluto, Bajo el volcán, que fraguó su gloria y en cierta forma su desgracia. Él escribió después un poema que tradujo , en el que se queja de la inmensa fortuna de ese libro porque, siendo autor de una obra capital y definitiva, ya no podía hacer nada más. Más allá de esto, conocer otras partes de su narrativa, como "La mordida", redondea la imagen de un autor imprescindible”, afirma el escritor Juan Villoro (Premio Herralde de Novela 2004).

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El viacrucis mexicano, trazado de forma somera por Vinós, es el siguiente: al parecer, Lowry deja una multa sin pagar en su primera estancia mexicana, a finales de 1936, aunque el también autor de Oscuro como la tumba donde yace mi amigo afirma que sí la había pagado. Una década después, este detalle cobra una dimensión mayor. “Hay algo interesante: la sensación sobre los hechos que revela "La mordida"; una de ellas, el tiempo. Lowry sintió que estaba viviendo de nuevo las cosas que quedaron pendientes diez años atrás, que lo alcanzaron y cobraron justicia. Otra serie de coincidencias lo hacen sentir que está inmerso en el mundo y la lógica de Bajo el volcán”, explica María Vinós.

La primera estancia, entonces, transcurre en Cuernavaca; después hace un primer viaje a Oaxaca, que es el tema de Oscuro como la tumba donde yace mi amigo, y regresa a Cuernavaca y decide tomar un viaje breve a Acapulco, donde se hospeda con su segunda esposa, Margerie Bonner, en un tiempo (1945-1946) en que personal de migración revisa los datos de hospedaje en los hoteles. Alguien, que seguramente estuvo involucrado en esa primera estancia en México, cuando le impusieron la multa, lo ve, lo reconoce y todo deviene en que Lowry y Bonner son extorsionados a la puerta de su hotel y les hacen permanecer en Acapulco, en arresto domiciliario, durante semanas.

La  mordida, una historia de Lowry sobre la corrupción
La mordida, una historia de Lowry sobre la corrupción

Como el viaje lo hacen sin documentos, Margerie se traslada a Cuernavaca para recoger los papeles y, de vuelta a Acapulco, recibir el tan ansiado permiso de salida del hotel. En esas semanas, la pareja agota casi todo su dinero, pero se libra del arresto domiciliario, vuelve a Cuernavaca y es citada para realizar el debido proceso en la Ciudad de México, donde les piden, prácticamente, que se presenten “un día sí y un día no”, en la antesala de una oficina, esperando sin ser atendidos, recibiendo groserías o escuchando cómo la resolución se alargaba cada vez más. Al final, les solicitan presentarse con sus pertenencias para ser retenidos en los separos de migración, previo a un viaje en tren, junto a un hombre armado que los escolta hacia la frontera para consumar la deportación en Nuevo Laredo.

Poco antes de que termine el viacrucis, permanecen en una oficina de migración, cuyo encargado les autoriza pasar la noche en un hotel. Lowry teme ser asesinado porque Margerie ya tiene el permiso para salir del país y las autoridades insisten en que ella cruce primero la frontera. Ellos se quedan juntos hasta el final. El encargado de la oficina les permite cruzar, pero nada de esto atenúa la justificada paranoia de que la intención es aplicar la llamada ley fuga.

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Esta experiencia es la materia prima para el argumento metaficcional de La mordida y que Lowry narra en sendas cartas enviadas a Jonathan Cape, editor inglés de Bajo el volcán, en enero de 1946, y a Ronald Paulton, abogado en California, en junio de 1946, ya en Canadá.

Cartas que fueron traducidas por Sergio Pitol en la colección “Marginales”, de Tusquets, en 1971.

“Es una mirada a la corrupción. Refleja un tipo de experiencia por la que seguramente hemos pasado todos, que es parte de nuestra cultura y ahí está retratada con lujo de detalle: la especie de tortura que le hacen pasar, además del proceso burocrático, en el que finalmente fue extorsionado”, continúa Vinós.

Ciertos detalles cohesionan la experiencia en México. Villoro dice que , en esos años, el periodista Fernando Benítez trabajó en Gobernación, en la sección “encargada de tramitar la deportación de extranjeros indeseables” ; al cuestionarlo, dice, Benítez respondió que Lowry “era un borracho miserable”.

En el libro Archivo Lowry —que, en palabras de su editor, Ángel Cuevas, “es una muestra de los documentos lowryanos, como facsimilares y fotos, que tenía Raúl Ortiz y Ortiz”, traductor de Bajo el volcán— se muestra que en la versión que Pitol hizo de las cartas hay “modificaciones sospechosas en los nombres de gente involucrada (...) El maestro Ortiz y Ortiz consideraba su expulsión del país como un hecho ignominioso”, concluye Cuevas.

La  mordida, una historia de Lowry sobre la corrupción
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