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El semanario “ El Universal Ilustrado ” acostumbraba a hacer encuestas a los intelectuales de la época sobre diversos temas.
Hace 100 años, el semanario preguntó a figuras como Diego Rivera , Manuel M. Ponce y Jaime Torres Bodet cuáles eran los artistas con “falsas glorias”, o sea que no eran en realidad tan talentosos como se creía.
Algunos fueron claros y directos, como Diego Rivera, otros le dieron la razón al gusto popular, como Torres Bodet, mientras que otros prefirieron darle la vuelta a la pregunta para evitar un conflicto.
¿Cuáles son las falsas glorias artísticas de México?
22 de marzo de 1923
Hablando en una ocasión con el Maestro Manuel M. Ponce, le decía yo de las falsas glorias artísticas de México…
¿A mí también me toca? Está bien, no me ofende, no me hiere. Los viejos, los que ya hicimos obra, debemos aceptar la crítica, siempre que no se nos insulte. De ella, si algo vale lo que hayamos hecho, saldrá ,más alta, más limpia, más admirable. Es necesario abrir camino a los que vienen , y no ponerles obstáculos inútiles. Es infantil pretender determinarlos…
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Pero esa encuesta debe usted hacerla con una intención pura, sin malevolencia. Sólo así adquirirá su verdadero valor, que es innegable, porque ayudará a comprender muchas cosas y a conocer otras…
El consejo amable del maestro , es justo. Y por ello lo ponemos al iniciar esta encuesta, en la que sólo nos concretamos a transmitir opiniones, con el más sincero respecto, con la más noble de las intenciones. Porque estamos llenos de fantasmones artísticos, a los que se hace indispensable destruir.
Nuestra responsabilidad será la del aparato que transmite un telegrama, ya sea de inquietud o de audacia . No agregaremos una sola letra.
- ¿Glorias? Pero si no tenemos siquiera verdaderas glorias, menos falsas…Diego hizo una interrupción en su plática para atender a dos estudiantes que le pedían indicaciones sobre su decoración mural del Anfiteatro. Les habló ampliamente, con fe, con entusiasmo. Tiene, además, la palabra amable y el gesto amplio y soberbio.
- No soy partidario de la crítica negativa, sabe. Y, sobre todo, no tenemos glorias porque la gran masa ignora a las gentes interesantes, desconoce su obra. Los consagrados en México, han sido siempre los artistas-políticas, los amigos del gobierno, es decir, los mediocres. En este sentido, Reboull es la única excepción, y eso por el buen gusto artístico de Maximiliano.
Era necesario decir primero cuáles son las verdaderas glorias.
Pictóricamente, tendríamos entonces un grupo admirable. Porque en México hemos tenido siempre magníficos pintores, estupendos. La única falsa gloria para mi modo de pensar, es Cabrera, no obstante lo que hayan dicho de él las academias y los academizantes.
Señale usted el caso de José Clemente Orozco, un pintor genial al que sus compañeros ignoran o pretenden ignorar. Él sí es merecedor de la gloria, y cuando aprendamos a apreciar debidamente, la tendrá…
Diego inició entonces una deserción sobre Orozco, al que admira y enaltece.
La luz idealizada, las figuras pensativas y cantantes y la palabra amplia y el ademán soberbio del pintor.
Guillermo Jiménez, recién llegado de Europa. Trae visiones innumerables, recuerdos, “saudades”. Lo encontramos en su oficina de Educación Pública, en la que es jefe de no recordarnos qué sección.
Nos da su respuesta por escrito, no en un pliego de oficina, como temíamos…
“Entre los poetas, literatos, pintores y músicos actuales no tenemos una gloria absoluta.
Entre los poetas hay un sólo prestigio: Díaz Mirón; González Martínez es un altísimo poeta; Luis G. Urbina debió dejar de escribir después de sus “Lámparas en Agonía”.
En pintura hay en el momento una gran agitación.
Diego Rivera es sin duda el pintor más avanzado, tiene mucho, muchísimo talento y algo mistificador; sus pobres imitadores sólo copian sus defectos.
En música -me refiero a los compositores- no hay nada serio; Manuel M. Ponce no ha hecho nada personal, solamente ha estilizado nuestras canciones populares.
En filosofía Antonio Caso es un maravilloso exégeta, pero nunca un filósofo absoluto.
Además yo no sé una “j” de nada.
La idea de la encuesta nació en un recorte de periódico, una de tantas tardes perdidas y aburridas de redacción.
Al otro día, de mañana pedíale su opinión a Gregorio López y Fuentes. El sol lanzaba ramalazos sobre los escritorios y las mesas de la redacción de esa revista muerta, ponía un poco de vida en los papelotes inútiles y largos manchados.
-Es difícil y comprometido opinar en esta encuesta, por razones que a usted no escaparán…
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Revisamos recortes de periódicos extranjeros, revistas lejanas, libros solemnes. La respuesta no quería salir. Intentamos otro procedimiento:
-Tenemos un formidable novelista, Mariano Azuela. Y para que se les conozca a él y a otros también es esta encuesta…
-¡Oh! ha olvidado ya que le está prohibido opinar, que sólo debe transmitir…
Hablemos ya francamente. Para mí no hay viejo más chocho ni más insustancial que Juan de Dios Peza, a pesar de su calificativo de "cantor de la lira doméstica” y de los elogios oficiales.
Lo único que supo hacer fueron los discursos aquellos para halagar a los próceres de la dictadura de Don Porfirio, discursos aburridos.
Esa sí es una falsa gloria.
Encontramos al poeta Torres Bodet lleno de sol, de trabajo, y de papeles. Su oficina es una de las más saludables. En ella, seguramente nunca nadie se ha enfermado, sino de “saudades” y melancolía de la sombra. Discutía cuestiones literarias con Joaquín Méndez Rivas, y hablaba de las últimas audacias.
-Francamente, no entiendo la pregunta, no sé lo que ustedes me quieran decir…
Un silencio. Entonces, terció Méndez Rivas:
-¡Oh! la cosa es clara …Se trata de saber cuales son los señores que se han otorgado la gloria sin merecerla, y los que han recibido por el favor del pueblo…
Otro silencio. Quismos llenarlo. Antes que nosotros, el poeta Torres Bodet nos dió su respuesta, sugerida por la rápida discusión.
-Pero es que el pueblo nunca se equivoca, y si le gusta más el “Nocturno” de Acuña que el poema más perfecto de Díaz Miron es porque es más poeta Acuña que Díaz Mirón…
Y no olvidemos que sólo lo de los verdaderos poetas llega al corazón del pueblo, y esas son las únicas y verdaderas glorias…
Lo demás es falso y perecedero… Huimos, porque el señor Torres Bodet, iba poniéndolo bíblico.
Manuel Horta nos hizo una visita alegre y leve. Se comentaba su novela. Alguien protestó contra ella. Otro no hizo caso. Se desató la ironía…
En un intermedio:
–No, no tengo la personalidad para responder esa encuesta sería demasiado audaz…
Insistencia. Quería poner pretextos, escabullirse. Dar plazos…
–Bueno, puede usted decir que yo creo que tengamos una sola gloria. Ni en arte ni en nada. Absolutamente. Yo solo conozco una pulquería que se llama “Las Glorias de Gaona”. Es la única gloria nacional.