El anuncio de que el va a ser un cuartel de la (GN), según el secretario de la Defensa Nacional, , es para la crítica de arte y ensayista, María Minera, “una señal más de la ruta que se tomó hace ya un par de años para llevar no sólo a la Sedena, sino al militarismo, a todas las áreas de la vida pública, incluidas la cultura. Lo vimos en el Festival Internacional de Artes Vivas que tuvo lugar en Ecuador en noviembre de 23, en el cual México fue el país invitado y la Secretaría de Cultura, en lugar de enviar a artistas mexicanos mandó a cadetes del Heroico Cuerpo Militar a que fueran quienes declamen poesía, toquen música, hagan bailables”, señaló.

No es que no tengamos expresiones artísticas de la más alta cantidad, dijo, pero "lo de Acapulco es un paso más. Esto no es algo que haría un gobierno de izquierda, sino de ultraderecha. Hay un diario local que da cuenta de que allí adentro ya hay armas. Nadie duda que algunos soldados tengan talentos artísticos. Ese no es el punto. El punto es una suplantación de una tarea que le corresponde exclusivamente a los artistas (...) Esto es una prueba crucial de que el militarismo no va a detenerse”, afirmó.

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Para el periodista Gerardo Ochoa Sandy, "inicia 2024 con una indignidad más de las autoridades culturales. El argumento de Aída Martínez Rebolledo, secretaria de cultura guerrerense, para justificar la instalación de una base militar, es una peladez: `un módulo artístico turístico cultural´, que operará junto con la dependencia. El de la Secretaría de Cultura Federal, que se declara `respetuosa de las decisiones que traen beneficios para Acapulco´, es lambiscón. Dado que una escuela de iniciación artística es una de las principales áreas afectadas, ¿qué dirá el INBAL?, ¿Qué hará labores de `acompañamiento´, o permanecerá callado? ¿Por qué la GN no busca cobijo en alguna de las propiedades de los ex gobernadores Rubén Figueroa padre o hijo, o en las de alguno de los varios de los políticos locales acerca de los cuales existen sobradas pruebas de sus vínculos con el narcotráfico? Lo que siente AMLO por la cultura va más allá del desdén y llega al rencor. Literalmente, escucha la palabra y saca su estampita de `detente´, y la pistola. ¿Qué sigue? ¿La Guardia Nacional en la zona arqueológica de Teotihuacán, el Centro Cultural Tijuana o el Bosque de Chapultepec? Los recursos dilapidados en el inútil programa Cultura Comunitaria tenían, precisamente, como destino natural a centros culturales estatales y municipales de esta naturaleza".

Minera señaló un dato fundamental: 492 millones de pesos por día están destinados, a nivel presupuestal, para la Sedena. "Eso es el doble de lo que cuesta un año completo del Sistema Nacional de Creadores y el programa Jóvenes Creadores", afirmó la escritora.

En una entrevista que dio ayer la secretaria de Cultura, Alejandra Frausto, para el noticiero Al Tanto Guerrero, señaló que la presencia de la Guardia Nacional es algo momentáneo y se reubicará; prometió que reconstruirán y potenciarán la vocación cultural del Centro Cultural Acapulco.

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"Tiene un potencial extraordinario para recuperar su esencia cultural gracias a la familia que dona ese terreno, que no puede perder su destino cultural. La gobernadora está buscando alternativas para situar la Guardia Nacional porque obviamente el pueblo de Acapulco y todos estamos muy agradecidos con la Guardia Nacional por su actividad, porque es vital y también por la labor vital de paz que construye la cultura de prevención de las violencias", fueron palabras de Frausto Guerrero para recalcar que la vocación inicial del Centro Cultural Acapulco es el arte.

Parte de la polémica alrededor del anuncio que hizo el secretario de la Defensa Nacional la semana pasada durante una de las conferencias matutinas del Ejecutivo se debe a que en la prensa local de Acapulco se dio a conocer que Aída Martínez Rebolledo, secretaria de Cultura de Guerrero, informó que el Centro Cultural Acapulco, cuya infraestructura tuvo grandes afectaciones tras el paso del Huracán Otis, no sería un cuartel militar, sino un módulo turístico que operará la Guardia Nacional.

Parte de la polémica, como registra el portal MA- noticias, se debe a que en 1975 el empresario alemán Wolfgang Schoenborn Stuertz, naturalizado mexicano, le donó al gobierno de Guerrero un terreno de más de 11 mil metros cuadrados, con la condición de que el uso que se le diera fuera exclusivamente de carácter cultural y en beneficio de la sociedad acapulqueño. Dicho terreno, por supuesto, es sobre el que se construyó el Centro Cultural Acapulco, por lo que transformar dicho predio en una base militar sería una violación del acuerdo original.

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