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Este mes, la artista estadounidense Michelle Hartney ingresó al Museo Metropolitano de Arte de Nueva York y junto a un cuadro en exhibición de Gauguin puso su propia placa explicativa, sin contar con ningún permiso.
"Ya no podemos adorar en un altar a los genios creativos ignorando el precio que frecuentemente se paga por ese genio", se leía en la etiqueta, que citaba a la escritora Roxane Gay . Tiempo atrás la artista había hecho lo mismo en un museo de Chicago , donde colgó junto a la pintura "Niña con Gato" de Balthus un escrito que rezaba: "Corrigiendo la historia del arte: ¿Cuántas fotos de la entrepierna de una niña pequeña se necesitan para hacer una pintura?".
Hartney
informaba más abajo que Balthus tuvo durante toda su vida una obsesión por las menores de edad, y que tomó más de 2 mil fotografías de una niña de ocho años, a la que veía una vez a la semana para capturar imágenes en las que aparece tendida en posiciones altamente sexuales , a veces vestida solamente con ropa interior.
"A hombres como Balthus, Picasso, Gaugin, Woody Allen y Roman Polanski, por nombrar a algunos, se les ha otorgado inmunidad, encubriéndolos con protección contra las críticas sobre sus acciones, a pesar del número de mujeres y niñas que han objetado, maltratado, violado o abusado", agregaba el escrito. La artista critica principalmente la práctica que tienen los museos de poner información biográfica parcial sobre los artistas en las placas. "Cuando se trata de violencia sexual, sexismo o racismo , los museos, curadores y críticos a menudo eligen eliminar esta información", dijo Hartney según informa The Guardian.
"Esto hace que tomen el control de la narrativa que rodea a los artistas masculinos, como Picasso, Gauguin, Chuck Close y muchos otros", añadió. Sin embargo, Hartney no busca que se retiren las pinturas: "Necesitamos que estas obras de arte permanezcan en los museos para que podamos aprender de ellos", aseveró.
"Educar y presentar la verdad, (así) es como aprendemos mejor". La artista feminista no es la única que ha optado por incorporar etiquetas que incluyan el contexto negativo en que fueron hechas las obras. Placas contra la esclavitud, la pedofilia y el racismo El Museo de Arte de Worcester en Massachusetts (Estados Unidos) agregó placas críticas junto a retratos de personas vinculadas a la esclavitud, como en una representación de John Freake hecha por Gilbert Stuart y John Singleton Copley.
"Estas pinturas representan a los participantes como desean ser vistos, lo mejor de sí mismos, en lugar de simplemente registrar la apariencia. Sin embargo, en estas obras se borra una gran cantidad de información, incluida la confianza de los asistentes a la esclavitud (…). Muchas de las personas aquí representadas obtuvieron riqueza y estatus social de este sistema de violencia y opresión, que fue legal en Massachusetts hasta 1783 y en regiones de los Estados Unidos hasta 1865".
Asimismo, el Museo de Bellas Artes de Boston añadió un letrero para referirse al austriaco Egon Schiele , quien fue acusado de abuso sexual (secuestro y violación de una niña de 13 años), pero cuyos cargos en última instancia se consideraron infundados.
Otro caso es el del Museo Whitney de Arte Americano , que a principios de año fue duramente criticado al poner un cartel junto a un dibujo hecho por Dana Schutz, en el que muestra el ataúd abierto de Emmet Till, un afroamericano de 14 años que fue asesinado por coquetear con una mujer blanca en 1955. "Esta pintura ha sido el centro de un acalorado debate sobre cuestiones de apropiación cultural, la ética de la representación, la eficacia política de la pintura y las posibilidades o limitaciones de la empatía", se leía en la etiqueta.
"En mi opinión, (una) institución no está actuando de acuerdo con los estándares y prácticas éticas más altos de su profesión cuando eliminan a sabiendas las narraciones negativas del legado de un artista, a menudo con la excusa de que distrae la atención del arte y puede cambiar la experiencia de un espectador" , dijo Hartney.
akc