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El pasado 3 de julio, la secretaria de Cultura Alejandra Frausto compartió en Twitter que había sostenido una reunión con Adriano Pedrosa, curador de la Bienal de Arte de Venecia 2024.
“Esta afortunada decisión se verá reflejada en la selección de artistas de la región el próximo año, tanto en el núcleo histórico como el contemporáneo”, escribió Frausto.
El encuentro causó polémica porque en la reunión, además de los funcionarios Homero Fernández, director general del Complejo Cultural Los Pinos; Lucina Jiménez, directora del INBAL y Dolores Martínez Orralde, subdirectora general del Patrimonio Artístico Inmueble del INBAL, también estuvo José Kuri, propietario de la galería kurimanzutto —la que, por cierto, representa a Gabriel Orozco, artista y coordinador artístico del Proyecto Chapultepec, Naturaleza y Cultura, proyecto prioritario del gobierno.
“Lo oscurito en público. Que el futuro del Pabellón en Venecia sea materia de negociado entre funcionarios y un galerista sería motivo de escándalo en el Prianato. En la 4t es sólo la culminación de la destrucción institucional y cursilería demagógica de la sierva de la cultura”, escribió en esa misma red social el curador Cuauhtémoc Medina. “¿Por qué no hay más/otras galerías invitadas?”, preguntó otro usuario.
En entrevista, Alfonso Miranda, presidente de la Asociación Internacional de Críticos de Arte en México, señala que la reunión es un escenario “atípico” y no corresponde con los canales que México ha tenido para lograr una convocatoria “abierta y plural” para elegir al representante en la Bienal. “Al no tener claridad en la selección, parece que sólo estamos en función de grupos cerrados donde el poder impera”, asegura el también director del Museo Soumaya.
Miranda reconoce que quizás no sea negativo que profesionales del arte estén a cargo de la selección, sin embargo indica que eso deja en la opacidad y menosprecio a muchos artistas emergentes que buscan foros.
El también historiador de arte explica que para seleccionar al representante de México en la Bienal, el INBAL debió ser independiente de la Secretaría de Cultura y establecer un comité para elegir un curador.
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Sobre la participación del curador Pedrosa —quien ha sido curador en Zona Maco, en la Colección Jumex y en InSite_05, en el Centro Cultural Tijuana, en 2005— en un reunión con funcionarios del gobierno, también lo ve como un “extrañamiento”. “Lo que sabemos en las últimas Bienales no se había tenido un acercamiento de esta naturaleza”, afirma Alfonso Miranda.
Además del cuestionable proceso de selección, Miranda señala que México va tarde, pues otros países ya saben qué van a exhibir y que con esta publicación se demuestra que a un año de la Bienal apenas se está tratando el tema. “Habla del tiempo que atravesamos en México, en el que la cultura no es una de las aristas principales de esta administración”.
Alfonso Miranda concluye que habrá que esperar qué presenta México en la Bienal de Venecia, pero apunta que ya desde hace varios sexenios, la representación de México no ha sido consistente.
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