En el intento de control de daños por el chat “Desactivación Colectivos” (uno de los mayores escándalos en sus dos años de administración), en la Secretaría de Cultura optaron por preservar, en apariencia, la estabilidad: no son tiempos, se habrán dicho, para dejar el barco que naufraga y que, con semejante desastre, se queden sin rumbo (si es que lo tuvieron ) sus proyectos estrella: Cultura Comunitaria y Chapultepec .

Pero el sacrificio que cometieron fue peor y los años lo van a confirmar. Porque la Secretaría de Cultura optó por echar la basura bajo la alfombra y sacrificar lo más importante ante la comunidad cultural: la credibilidad (o lo poco que de ella le quedaba).

Los dichos de la secretaria Alejandra Frausto en la conferencia de este lunes en la mañana (a la que tan formalmente se convocó este domingo y que tanta expectativa despertó) fueron menos elocuentes que sus silencios. No dijo quiénes fueron cesados ni qué investigación se lleva a cabo (si es que esta investigación existe). Y eso confirma que es una funcionaria de espaldas a la comunidad.

Tampoco cumplió su palabra el vocero de la secretaria, Antonio Martínez , que la semana pasada respondió a una petición de este medio que se estaban haciendo "las diligencias formales" para dar a conocer el nombre de la persona cesada; Martínez calló ante las numerosas peticiones de información de los periodistas de la fuente cultura y sólo dijo que dos funcionarios fueron cesados de su cargo y que el caso se presentó ante el Comité de Ética de la Secretaría de Cultura.

¿Qué dice el Comité sobre las sanciones? ¿Significa entonces que se investigarán entre ellos mismos? Muy curioso fue que la conferencia concluyó con el ya habitual mensaje de los lunes con los avances de Chapultepec...

Qué más da que vengan cuatro años sin credibilidad si tendremos el complejo cultural más grande del mundo.

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