La mítica casa donde Gabriel García Márquez escribió Cien años de soledad, enclavada en el número 19 de la calle La Loma, en San Ángel Inn, tendrá a partir de la segunda quincena de abril una vocación estrictamente literaria. Bajo el resguardo de la Fundación para las Letras Mexicanas (FLM) y con la conducción de los escritores Juan Villoro y Geney Beltrán Félix, este inmueble que habitaron Gabo y su familia entre 1965 y 1967 se convertirá en la Casa-Estudio Gabriel García Márquez, un nuevo espacio cultural que dará impulso a la creación, a la reflexión y el diálogo de la literatura.
En 2005, casi 40 años después de que García Márquez abandonó la casa que le rentaba Luis Coudurier, el escritor se volvió a encontrar con don Luis y éste le dijo que por haber sido la cuna de Cien años de soledad, la casa se habría de dedicar a la literatura; ese mismo año murió don Luis, y Laura, su hija, la heredó; hace unos meses ella decidió cumplir el deseo de su padre y pensó en la Fundación para las Letras Mexicanas. El convenio de donación del inmueble se concretó ayer con la premisa de que sea destinado a un programa de apoyo a la literatura.
La casa de 280 metros cuadrados ofrecerá un programa literario en dos líneas básicas: en la planta alta, donde fueron las habitaciones de la familia García Barcha, se dedicarán al programa de residencias de escritores, y podría albergar a cuatro escritores en el mismo periodo que contarían con un apoyo de la Fundación; y en la planta baja habrá un programa de actividades literarias y aunque podrá atender a unos 20 asistentes, la idea es transmitir vía streaming las actividades, de manera gratuita, en todo el mundo.
“No están las condiciones ni para que sea una casa-museo ni un centro de estudios literarios, el enfoque es la creación literaria a través del programa de residencias, y la divulgación y discusión literarias a través del programa de actividades”, aseguró a EL UNIVERSAL el escritor y crítico literario Geney Beltrán Félix, quien será el coordinador operativo de la Casa-Estudio Gabriel García Márquez.
Luego de la firma del convenio de donación entre Laura Coudurier y el presidente de la FLM, Miguel Limón Rojas, que fue atestiguado por tres integrantes del Patronato: Alberto Baillères, Fernando Senderos y Alfonso Romo, así como varios representantes del gremio literario, entre ellos Gonzalo Celorio, Juan Villoro —quien va a ser el consejero titular del programa de la Casa-Estudio—, Vicente Quirarte, José Sarukhán y Natalia Toledo, Geney Beltrán dijo que aunque Laura Coudurier conservaría el usufructo de la casa hasta su fallecimiento, a partir de ayer el inmueble ya forma parte del patrimonio de la Fundación.
“La Casa-Estudio no estaría delimitada ni a un género literario ni a una geografía particular; aún falta delinear los detalles, pero queremos que sea un centro donde escritores de otras latitudes que vengan a radicar un tiempo en México encuentren un espacio de creación... sería como un nuevo piso para los programas de formación literaria de la Fundación, tanto para escritores jóvenes como de trayectoria”, explicó Beltrán Félix.
Aunque no precisó el presupuesto, Beltrán Félix indicó que el patronato de la Fundación para las Letras Mexicanas estimó importante destinar nuevos recursos para su operación y los recursos para su trabajo ya están garantizados. También aseguró que aunque la Casa-Estudio está en buenas condiciones, está en un proceso de habilitación.
A poco más de 50 años de publicada Cien años de soledad y a casi 40 de que en 1982 Gabo recibió el Premio Nobel de Literatura, abrirán esta Casa-Estudio que podría ser el homenaje más mexicano a García Márquez. Para Beltrán Félix es la confirmación de los vínculos que unen a García Márquez con México desde que llegó en el 61 y que decidió quedarse a vivir en este país. Por eso la noticia ha sido muy bien recibida por la viuda del escritor, Mercedes Barcha, y por sus hijos, Gonzalo y Rodrigo.