El arqueólogo Fernando Cortés de Brasdefer acudió ayer a su primera comparecencia ante el Órgano Interno del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), tras hablar públicamente sobre la presunta destrucción de patrimonio arqueológico durante las obras del Tren Maya, específicamente en los tramos 6 y 7.

Cortés de Brasdefer, arqueólogo e investigador con 45 años de carrera en el INAH y especialista en la cultura maya, es acusado por las autoridades del INAH y por el Consejo de Arqueología de ese instituto de revelar información confidencial, de poner en riesgo a trabajadores de la institución y de mal uso de recursos públicos para proyectos arqueológicos.

Momentos antes de llegar a comparecer en las oficinas del INAH ubicadas en Hamburgo 135, colonia Juárez, un grupo de más de 30 trabajadores de distintos sindicatos del Instituto, entre los que destacan el de Restauradores, de Docencia e Investigación y de Trabajadores Técnicos, se manifestaron y expresaron su apoyo a Cortés de Brasdefer, y pidieron a las autoridades detener la persecución académica y respetar la libertad de expresión.

Cortés de Brasdefer reveló a este diario que su declaración fue escrita, y entregada al Órgano Interno del INAH por su abogado, Alfonso Figueroa. Expresó que se siente bien, ya que sabe que tiene la razón, pero que existen intereses políticos alrededor del Tren Maya. “Lo que está en boga aquí en mi caso es una venganza política, yo tengo la razón. Espero que haya una resolución coherente en el asunto, profesional. Pero en estos tiempos de crisis ya no sabemos lo que pueda pasar”.

Subrayó que esta primera declaración fue escrita, por lo que no tuvo que rendir declaración de forma oral. “Se entregó un documento que refuta las acusaciones que me hacen, son ellos los que tienen que mostrar pruebas de lo que se me acusa. Me dijeron también que me informarán en 15 días el avance del caso, darán su resolución en dos semanas”.

También adelantó que su defensa tiene preparado la declaración de tres testigos, así como evidencia de la destrucción de patrimonio en el Tren Maya, en caso de que las autoridades del INAH se lo requieran. “Quieren terminar con lo que empezaron, Diego Prieto quiere terminar con el Tren Maya, aunque esta inaugurado, no está terminado, lo mismo con mi caso, se trata de acabar con lo que afecte a las autoridades”, señaló.

El investigador adelantó que, hasta la conclusión del caso, él seguirá trabajando de forma normal en el Centro INAH Quintana Roo, donde está adscrito.

Agregó que su caso es único en la institución, ya que “no habíamos visto algo así”. Además lamentó el comunicado emitido el 17 de agosto del año pasado por el Consejo de Arqueología, en el que desprestigian su carrera y lo denigran como arqueólogo.

“No les basta con cesarme, es también ese comunicado donde me ponen como el peor arqueólogo del mundo, y sigue en línea y se puede consultar. Es denigrante, entonces estamos aquí demostrando que lo que dicen no es cierto, que no tienen la razón, la razón la tiene lo que el INAH hizo allá en el sureste del país”, concluyó.

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