Cansahcab, Yucatán. —El verano en Cansahcab es la temporada en la que el calor alcanza sus mayores temperaturas. Este año se han registrado hasta 40 grados. Los habitantes de esta pequeña comunidad ubicada a 52 kilómetros de la ciudad de Mérida se hidratan bebiendo refrescos azucarados.
Este poblado de poco más de 4 mil habitantes vio su cotidianidad interrumpida por la llegada de la expedición española Ruta Inti, la cual celebra su novena edición con el recorrido del "Camino del Agua", un título que hace referencia al agua de los acuíferos de la Península de Yucatán como reguladores térmicos del planeta.
La Ruta Inti fue fundada por el historiador y expedicionario Fernando Enríquez Morín en 2014, y está inspirada en la extinta Ruta Quetzal, expedición que tuvo como líder al aventurero Miguel de la Quadra Salcedo.
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Los 150 expedicionarios de esta edición viajaron a México para conocer la cultura maya, reflexionar sobre las costumbres de la península yucateca, probar la gastronomía local y, sobre todo, adquirir conciencia sobre la delicadeza de un ecosistema tan complejo y diverso como el que se encuentra en el sureste de nuestro país.
Algunos de los jóvenes, que oscilan entre los 18 y 25 años de edad, han tenido la oportunidad de reflexionar también sobre el impacto ambiental en esa zona por la construcción del Tren Maya; de hecho, una parte de los viajeros escribió ensayos sobre el Tren Maya para ser seleccionada en la expedición.
Es el caso de Pablo Martínez Jiménez, joven de 21 años que proviene de la ciudad de Albacete. Martínez Jiménez, que estudia Negocios Internacionales en Francia por un convenio de la Universidad de Valencia, hizo un ensayo para entrar a la Ruta Inti sobre los daños ambientales que la construcción del Tren Maya ha dejado a su paso.
“Me propuse investigar sobre el tema del Tren Maya como un reto, yo no soy biólogo o experto en el tema, pero me llamó la atención. Utilicé referencias como National Geographic, diarios mexicanos, investigadores en YouTube.... Vi noticias pésimas sobre la amenaza a reservas naturales, destrucción de manglares, me di cuenta del problema y por eso decidí hablar sobre el Tren Maya, porque es una amenaza real y muy fuerte, junto con otras amenazas pequeñas que agravan la situación de la Península de Yucatán”, expresó Martínez Jiménez.
Otro caso es el de Carlos Sánchez Jiménez, quien es parte del área de Comunicación de la Ruta Inti; el arquitecto y gestor cultural dijo que se enteró del Tren Maya hasta que llegó a México con la expedición.
“Es un tema muy recurrente en las charlas y conferencias que hemos tenido en la ruta, nos hablan de cómo este tren unirá comunidades y estados, nos hablan de progreso y empleo, pero para mi opinión las cosas se pueden hacer de otra forma, hacerles caso a los científicos, no pueden ser medidas políticas y propaganda de los gobiernos, es algo que duele, tal como el caso del cenote de Noh Monzon que visitamos hace unos días, si el tren está pasando encima de cenotes así, es algo grave”, dijo Sánchez Jiménez.
El 1 de agosto pasado, en el día 9 de la expedición, los ruteros viajaron de Mérida a la zona arqueológica de Calakmul. Durante el trayecto, que realizaron en autobuses, pudieron apreciar la construcción del Tramo 7 del Tren Maya.
Al respecto, la expedicionaria Cecilia Monreal Torres, estudiante de Derecho y residente de Pamplona, compartió sus reflexiones al ver las máquinas aplanar el suelo y arrasar con árboles y vegetación.
“Vimos un poco las obras al subir a Calakmul, daba bastante pena ver cómo la carretera se disminuía a la mitad, cómo la naturaleza y la selva eran modificadas por la construcción del tren, será bastante triste porque Calakmul me ha encantado, quitará un poco el encanto de lo que hoy es Calakmul”, expresó.
El líder de la expedición, el historiador Fernando Enríquez Morín, explicó que uno de los objetivos de la Ruta Inti es concientizar a los viajeros a cuidar el medio ambiente y preservar los entornos naturales.
“El medio ambiente no es un problema sólo de Yucatán, sino de todo el mundo, considero que vivimos en un momento en el que estamos reflexionando sobre la necesidad de cuidar los entornos naturales, estamos en pleno debate y Yucatán es un ejemplo de otros tantos”, dijo.
Y agregó que en la actualidad se apuesta más por urbanizar que por conservar las poblaciones rurales, pero que se deben llegar a equilibrios en ambos casos. “No somos nada sin la naturaleza, hemos hablado a lo largo de la ruta sobre el tema rural, que se ha ido abandonando y cómo el campo se descuida, pero es muy importante vivir en equilibro por el cambio climático, por mantener una vida más saludable. Esas ideas son la punta de lanza de Ruta Inti”.
Fernando Enríquez abordó el tema del acuífero peninsular, y dijo que su protección es un tema que puede afectar a todo el mundo.
“Cuidar la biodiversidad es cuidarnos a nosotros mismos; Yucatán es un lugar sumamente importante, no debemos olvidar que el agua de esta región que llega al Golfo de México y su corriente es la que modula las temperaturas en otros continentes, debemos ser conscientes de ello y ver que pequeñas acciones como reciclar y ahorrar agua pueden hacer la diferencia”, expresó el historiador.
Encuentro cultural
El 12 de agosto pasado, en el día 20 de la expedición, los jóvenes llegaron a Cansahcab por la mañana. Se instalaron en el gimnasio Virgilio Méndez Castillo, colocaron sus mochilas en el suelo y se refrescaron con agua de un tinaco del baño del gimnasio.
Pero algunos de ellos sacaron sus colchonetas y se recostaron rápidamente para calmar los malestares causados por un virus estomacal. El cuerpo médico de Ruta Inti, liderado por el médico experto en medicina comunitaria, Nelson Montes Piñuela, los atendió de acuerdo a sus padecimientos. Otros expedicionarios tuvieron pústulas, síntoma de alguna picadura de insecto o una reacción alérgica fuerte.
Después de descansar algunas horas, los jóvenes recorrieron el pueblo, convivieron con los habitantes y realizaron actividades culturales. Tuvieron talleres de lengua maya e hicieron tortillas.
Por la tarde, una tormenta cayó en el pueblo, por lo que los ruteros aprovecharon para bañarse y recolectar agua y lavar ropa. Al caer la noche, después de un caluroso recibimiento de las autoridades de Cansahcab en la plaza central del pueblo, procedieron a instalar sus colchonetas para dormir. Al lado del campamento resaltó un letrero que advertía el riesgo de contraer dengue, por lo que los jóvenes durmieron con mosquitero y repelente.
La expedición acaba este sábado tras 28 días de recorrido. Al final visitarán Dzidzantún y Cancún.
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