Confabulario

Platón, una introducción: Historia de la filosofía

En "La República", una de las obras fundamentales que concibe la democracia como sistema político, el filósofo planteó un mundo de Ideas con virtudes estructuradas en la civilidad

Qué pensaba Platón que tenía que tener una sociedad para ser exitosa
16/06/2024 |01:06
Hugo Alfredo Hinojosa
autor de OpiniónVer perfil

Sócrates, Platón y Aristóteles son considerados los grandes pensadores de la filosofía moderna de su tiempo y, de alguna forma, los padres fundacionales del pensamiento crítico. Platón, alumno de Sócrates, es denostado y querido, como ocurre con todos los filósofos que introducen ideas novedosas que se contraponen con el orden de las cosas como las percibimos. Para mí, Platón es un pensador muy presente en nuestro tiempo, sobre todo por su visión del mundo de las ideas. Así pues, sus teorías no solo han marcado la historia de la filosofía, sino que también han impactado disciplinas como la política, la ética y la epistemología. Su visión del mundo, articulada a través de sus diálogos, ofrece una perspectiva rica y matizada sobre la naturaleza de la realidad, el conocimiento y la virtud.

La teoría de las Ideas, o Formas, es quizás la más célebre de sus contribuciones. Platón sostenía que el mundo sensible, el que percibimos a través de los sentidos, es solo una sombra de un mundo más real y perfecto: el mundo de las Ideas. Según él, las Ideas son entidades abstractas e inmutables que existen independientemente del mundo físico. Esta dualidad ontológica establece una clara distinción entre lo que es meramente aparente y lo que es verdaderamente real.

La alegoría de la caverna, presentada en La República del filósofo, ilustra de manera vívida la teoría platónica del conocimiento. En esta alegoría, Platón describe a unos prisioneros encadenados en una cueva desde su nacimiento, mirando solo las sombras que proyectan en la pared los objetos que pasan detrás de ellos. Estas sombras representan el mundo sensible, mientras que el sol fuera de la cueva simboliza el mundo de las Ideas. El filósofo, según Platón, es aquel que ha salido de la cueva y ha contemplado la verdadera realidad, y cuya tarea es regresar para liberar a los demás. ¿Cómo entendemos esto?

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Imagina que estás en una sala de cine viendo una película en 3D. Ves las imágenes en la pantalla y te parecen muy reales, pero sabes que solo son proyecciones, sombras de lo que los creadores realmente imaginaron. Esto es parecido a cómo Platón veía el mundo. Para él, todo lo que experimentamos con nuestros sentidos es como esa película: una representación imperfecta de algo más perfecto y real que existe en un “mundo de las Ideas”. Por ejemplo, cuando pensamos en la “justicia”, cada uno de nosotros tiene una idea de lo que eso significa con base en nuestras experiencias, pero Platón diría que hay una Idea de Justicia perfecta e inmutable que está más allá de nuestro mundo tangible”.

Pensemos en un ingeniero diseñando una casa. Antes de que la casa sea construida, existe una idea clara en la mente del artista de cómo debería ser. Los planos y los modelos que se crean son intentos de capturar esa visión, pero siempre habrá diferencias y ajustes durante la construcción. Para Platón, nuestro mundo es como esos planos y modelos: intentos imperfectos de reflejar las Ideas perfectas que existen en un plano superior. Así, una casa concreta nunca podrá ser tan perfecta como la Idea de "casa" que reside en ese mundo ideal.

Otro ejemplo podría ser el de las aplicaciones de citas en línea. Los perfiles que ves son representaciones de personas, pero no capturan toda su esencia. La conversación y las fotografías pueden darte una idea, pero nunca reflejarán cabalmente a la persona real, que es mucho más compleja y multifacética. Para Platón, las Ideas son como la verdadera esencia de todo, mucho más completas y perfectas que las representaciones que vemos en nuestro mundo. Así, lo que percibimos a través de nuestros sentidos es solo una sombra de la verdadera realidad, que es eterna e inmutable en el mundo de las Ideas.

Para Platón, el conocimiento verdadero no puede obtenerse a través de la experiencia sensorial, ya que los sentidos sólo nos muestran un mundo variable e imperfecto. En cambio, el conocimiento se alcanza mediante la razón y la contemplación de las Ideas. Esta concepción tiene implicaciones profundas: implica que solo mediante el ejercicio de la razón podemos alcanzar la verdad y que el conocimiento es un proceso de recuerdo, una reminiscencia de lo que el alma conocía antes de encarnarse en el cuerpo.

En el ámbito de la política, el filósofo propuso una sociedad jerárquica, gobernada por filósofos-reyes, quienes, gracias a su conocimiento de las Ideas, estarían mejor capacitados para gobernar con justicia y sabiduría, y serían los más capacitados para tomar decisiones que beneficiaran a toda la comunidad. Esta propuesta refleja su desconfianza en la democracia ateniense de su tiempo, la cual consideraba susceptible a la manipulación y la incompetencia, con tendencia a recibir influencia de la opinión popular. La verdad es que, sin importar la época, este tipo de declaraciones siempre despiertan suspicacias que giran hacia el populismo.

Para Platón, la educación y la virtud son fundamentales en la formación de estos líderes. En su ciudad ideal, los futuros gobernantes serían seleccionados desde temprana edad y sometidos a un riguroso proceso educativo que abarcaba tanto el desarrollo intelectual como moral. Este sistema educativo estaría diseñado para identificar y cultivar aquellas almas con el mayor potencial filosófico, asegurando que solo los más justos y sabios lleguen a posiciones de poder. De esta manera, Platón esperaba evitar los problemas de corrupción y la incompetencia que veía en los sistemas políticos de su tiempo.

Además, Platón concebía una estructura social en la que cada clase desempeñara un papel específico y complementario. Los filósofos-reyes gobernarían, los guardianes protegerían y los productores se encargarían de las necesidades materiales de la sociedad. Esta división del trabajo, según Platón, garantizaría la armonía y la justicia, ya que cada grupo se centraría en lo que mejor sabía hacer, contribuyendo al bienestar colectivo. Aunque esta visión puede parecer rígida y elitista desde una perspectiva moderna, Platón creía firmemente que sólo mediante este orden estructurado se podría alcanzar una sociedad verdaderamente justa y próspera. ¿A qué les suena todo esto en este nuevo mundo? Hasta aquí la primera parte de la introducción, donde había que plantear algunos puntos medulares para entrar en otras materias del pensamiento de Platón en nuestro tiempo.