La intensidad de New Order radica en su poder emocional directo; ese poder adquiere profundidad de un largo recorrido. Es lo que apenas hace unos días recibimos del extraordinario concierto, del ahora quinteto, bajo la voz y ruta de Bernard Sumner. Unas palabras sobre una agrupación que tiene mucho trabajo común: Sumner, Morris y Gilbert trío del New Order original, al que se suman Phil Cunningham y Tom Chapman. Los últimos dos, colaboraron previamente con Sumner en Bad Lieutenant y desde 2005 como integrantes de New Order en el álbum Music Complete. No sólo nos ofrecieron un nuevo sonido, que sintetiza y define los diferentes estilos de la banda que de las cenizas de Joy Division renace como New Order en 1981 con Movement; hasta su más reciente track Be a Rebel. Esta nueva alineación es producto de una trayectoria compleja y diversa, asimilamos un conjunto de reflexiones y nuevas versiones musicales, con el sonido que iniciaron en 2001 con Get Ready y consumado en Music Complete, ya con la participación de Chapman y Cunningham, con el sonido que prevalece en estos conciertos.
Mención aparte merece el diseño escenográfico y el arte visual, el cual repasa, reedita y manipula los videoclips originales y nos sumerge en texturas y ambientes de la producción de la tercer década del siglo XXI. Ver de nuevo situaciones y personajes que distinguieron los videos de sencillos y álbumes en las casi cuatro décadas de trayectoria no es cosa fácil, pero hacerlo con la maestría, diseño, sofisticación y gusto estético, como lo vimos en el concierto del día 12 de octubre en el Auditorio Nacional, es un prodigio de las artes visuales.
La banda irrumpió en escena con Academic (2015) y Crystal (2001) nos abrumaron con sus potentes guitarras y el bajeo que tantas tonalidades profundas del alma adquirió la banda desde Joy Division. Crystal fue uno de los sencillos de Get Ready (2001), mundialmente conocida y bailada al inicio del nuevo milenio con los extraordinarios mixes de Arthur Baker y John Digweed and Muir; mientras que Academic es uno de los temas más poderosos de Music Complete (2005). Ambas en nuevas versiones, más apegadas a un rock poderoso que ya ha pasado por las vanguardias de la música electrónica.
En la segunda parte del elenco nos encontramos un salteo vertiginoso de una década con canciones de tres álbumes clave en su discografía: Regret (1993), con apoyos visuales impresionantes, una maravillosa versión de Age of Consent (1983) hasta regresar a Ceremony (1981). Otra fase que ubico perfectamente en este esfuerzo de recapitulación creativa es el segmento que va de Isolation (1980), una de las canciones más poderosas del concierto y de los tres temas originales Joy Division, en secuencia con la sublime y épica Your Silent Face (1983), con Waiting for the Sirens Call (2005) que llega a su muy reciente Be a Rebel (2020), para completar esta etapa con Sub-culture (1985), de nuevo, una versión con grandes solos de la versión original y sus remixes del LP Low Life.
Persiste esa necesidad de ubicarse en el periodo postpunk, al que se debe el sonido original de Joy Division y su transición electrónica de NO. Es así como ubico otro momento de clímax que va de Bizarre Love Triangle (1986) a True Faith (1985) que recapitula momentos estelares de su discografía con Vanishing Point del álbum Technique (1989) y Plastic del Complete Music de (2005).
El cierre espectacular del concierto lo preparan los sencillos el clásico sencillo dance ochentero, que el puro diseño y la producción del disco en vinil les generó un costo enorme que apenas se cubrió con su enorme venta, me refiero a Blue Monday (1983) y uno de sus primeros sencilos Temptation de (1982). Es deliberado que estos temas del primer New Order hagan la transición al encore de dos sencillos, también clásicos de Joy Division: Atmosphere, (1980) y Love Will Tear us Apart (1980), un tema que provoca las más profundas emociones en las ya casi tres generaciones que veneran a las dos vertientes de los manchesterianos Joy Division y New Order.
Es impresionante al acoplamiento de New Order en este quinteto, Stephen Morris luce su virtuosismo como baterista flexible y multifacético; Gilbert nos muestra su precisión melódica y rítmica. Por su parte, Tom Chapman con un bajeo poderoso agota el instrumento en su doble fase: electrónico y roquero, siempre apoyado por los solos y las guitarras rítmicas de Phil Cunningham, quien además es un músico cubre los teclados y las percusiones electrónicas, en una versatilidad necesaria para este poderoso estilo de New Order, que es completado por un Bernard Sumner que recorre prácticamente toda la base instrumental de New Order, desde su fuerte como líder vocal y guitarras hasta incluso, su integración a los teclados al alalimón con Gilbert.
Agradezco el apoyo de Mark Reeder, de Bernard Sumner y de Rebeca Boulton.