María Andrea Giovine es licenciada en Traducción, maestra y doctora en Letras, todos los grados con Mención Honorífica. Después de una carrera académica en el Instituto de Investigaciones Bibliográficas de la UNAM, es actualmente su directora, así como de la Biblioteca y Hemeroteca Nacional de México.

Cuando nos encontramos por primera vez, lo que me llama la atención es su juventud, combinada con una sólida trayectoria académica. María Andrea me recibe para esta conversación con una cálida sonrisa, de esas capaces de desarmar cualquier barrera, y la mirada atenta y despierta que denota una inteligencia privilegiada.

María Andrea tomó recientemente posesión como directora de la Biblioteca Nacional de México, de la Hemeroteca Nacional de México y del Instituto de Investigaciones Bibliográficas de la UNAM. Hablamos de los retos que enfrenta, así como de sus planes.

“Hoy por hoy los retos son muchos para las instituciones de memoria. El principal, a mi juicio, tiene que ver con que una biblioteca nacional en el mundo actual debe posicionarse como un centro de conocimiento estable, cuyo patrimonio documental es un asidero ante las fake news, la relativización de la verdad, la superficialidad cada vez mayor de la información y la consolidación de canales de comunicación como las redes sociales.

“Por ello, uno de los principales retos es hacer accesible el patrimonio documental que resguardamos, por supuesto, salvaguardando en todo momento el derecho de autor, y generando estrategias a tono con el siglo XXI para la gestión documental, respetando la tradición bibliográfica y bibliotecológica que nos da origen, al tiempo que incorporamos a nuestro quehacer nuevos elementos y nuevas formas de articular grandes volúmenes de información, como la inteligencia artificial y el procesamiento del lenguaje natural”.

En efecto, ante una avalancha de noticias falsas y otros datos, los editores nos consideramos guardianes de información confiable y verídica. Para ello las bibliotecas, en particular la Biblioteca Nacional, juegan un papel esencial en la divulgación del conocimiento.

“Otro reto ha sido la rapidez con la que el mundo ha ido avanzando hacia la incorporación de lo digital y el impacto que esto tiene en la gestión documental para una biblioteca nacional y patrimonial como la nuestra. En este sentido, el depósito legal digital, por ejemplo, supone nuevos desafíos en nuestra articulación interna y en nuestra relación con la industria editorial, la cual es preciso fortalecer concibiéndonos como los aliados que somos”.

“Mi objetivo principal al frente de la Biblioteca Nacional (BNM), la Hemeroteca Nacional (HNM) y el Instituto de Investigaciones Bibliográficas, consiste en lograr una renovación en muchos sentidos que nos permita contar con una institución moderna, capaz de hacer frente a los retos que el siglo XXI impone a la gestión del patrimonio documental, incluyendo por supuesto la investigación de punta y la divulgación a públicos muy diversos”.

Hablamos de la importancia del depósito legal, cuya regulación legal ha sido objeto de controversia en los últimos años.

“La importancia del depósito legal es garantizar que las generaciones actuales y futuras tendrán resguardadas y disponibles las obras documentales que se producen en el país. Gracias a él podemos cumplir con nuestra misión de resguardar y poner a disposición aquello que forma parte de la producción escrita del país, lo cual representa tener la oportunidad de custodiar, gestionar y estudiar el cauce de la producción escrita, que a su vez es un termómetro de los temas, ideas y debates que pensamos, priorizamos y articulamos a nivel de información”.

“En cuanto al depósito legal digital, una de las cosas más importantes que me interesa enfatizar es que la BNM-HNM ha implementado un procedimiento para garantizar la recepción y seguridad de los ejemplares digitales que se entregan por depósito legal, por lo que las editoriales deben estar en conocimiento de que sus publicaciones están protegidas y a resguardo. El ejemplar digital se integra a nuestra plataforma nube, no se descarga ni se hacen copias, puesto que el archivo en PDF o EPUB sigue su camino, cómo un símil del ejemplar físico. Este ingresa, se cataloga, se inventaría y se deposita en el almacén digital donde se procura su preservación digital para garantizar el acceso y lectura para las generaciones futuras.

Pregunto a María Andrea sobre la importancia del derecho de autor en las bibliotecas.

“Nuestro quehacer va de la mano con una profunda conciencia de lo que representa la autoría. Todos nuestros procesos, desde inventariar y catalogar hasta estudiar a profundidad un texto, pasan por la profunda conciencia de quién es su autor y cuál es el contexto autoral. Respetar el derecho de autor es para nosotros un valor esencial de nuestra actividad”.

Otro de los temas que abordamos en esta interesante conversación, fue el de las sinergias entre las bibliotecas y las editoriales, así como el fomento del hábito de la lectura.

“Creo que debemos fortalecer la relación con la industria editorial para que sientan de manera más contundente que la BNM-HNM es su casa y que nos dedicamos a trabajar con aquello que es también el eje de su trabajo y su razón de ser. Los editores son los productores de material bibliográfico y hemerográfico y nosotros somos el siguiente eslabón de una cadena que busca hacerlos de conocimiento de los lectores y resguardarlos para que no se pierdan en un futuro, de modo que puedan estar accesibles como patrimonio documental nacional”.

“Me parece que entre la industria editorial y nosotros como Biblioteca y Hemeroteca Nacionales hay mucho por hacer en términos de generar estrategias conjuntas para distintos públicos con el fin de incentivar el hábito de la lectura. En ocasiones, las campañas de fomento a la lectura insisten en la importancia de leer, pero no en para qué leemos o por qué leemos”.

“En los libros podemos encontrar respuestas a nuestras crisis individuales y colectivas, a través de ellos forjamos nuestras ideas, nuestra sensibilidad y, regresando a lo que comentaba al inicio, leer nos da libertad y la información necesaria para interactuar y tomar decisiones, en especial en un mundo en el que la volatilidad de la información y la sobreestimulación de impulsos venidos de diversos centros nos llevan a confundir categorías tan esenciales como la realidad con la ficción. Fomentar la lectura va de la mano con comunicar claramente que leer es imprescindible para contar con ciudadanos libres, críticos, formados e informados”.

Tantos puntos de convergencia y acuerdo. Gracias a María Andrea por esta fascinante conversación.


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