El teléfono empezó a sonar incesantemente. Eran las 8:00 pm, estaba en medio de una clase nocturna, así que no quiso mirar. De hecho, pensó que algo malo había sucedido, quizás, a alguno de sus conocidos. Pero el augurio era muy distinto. Minutos antes, a más de 7 mil kilómetros de distancia, la Academia Sueca otorgaba el Nobel de Literatura 2024 a la escritora surcoreana Han Kang. Los mensajes en su celular eran para felicitarla, pues también ella era parte de esta celebración: Sunme Yoon, la traductora al español de la recién galardonada.

Cincuenta y tres años. Ocho novelas. Han Kang es la primera autora de Corea del Sur laureada con el Nobel. Una noticia que, con justa razón, ha conmocionado al país. El máximo reflector de las letras no sólo ha puesto su lupa en la obra de Kang, sino también en la literatura de toda una nación.

En 2016 su nombre comenzaba a cincelar la historia, cuando su novela La vegetariana ganó el Booker International. El reconocimiento de Kang ha sido un fenómeno curioso, una implosión satisfactoria. Esta historia causó poco revuelo en Surcorea cuando se publicó, pero fue conquistando otras geografías y otras lenguas.

Sunme Yoon es la traductora al español de cuatro de sus novelas: La vegetariana, La clase de griego, Actos humanos y Blanco. Su labor ha sido fundamental para amplificar la narrativa de la hoy Nobel. Incluso, la primera traducción de esta obra a una lengua occidental fue gracias a ella.

“La Academia dice que es una ‘prosa poética’, sí, aunque también agregaría que es una prosa lacerante; los temas y la manera en que lo cuenta, lacera; duele mucho leerla porque llega a lo más íntimo de los lectores. Uno no puede quedar indiferente ante la obra de Han Kang”, cuenta la traductora vía telefónica desde Seúl.

“La violencia es un tema constante que recorre su literatura. En La vegetariana es la violencia de género, la violencia patriarcal. En su momento (2006), esta novela no tuvo gran repercusión y, si la tuvo, recibió algunas críticas. Me parece que era demasiado avanzada para la época, ahora tiene un fuerte tinte feminista, pero la historia se publicó mucho antes del MeToo y esa explosión del feminismo”, explica Yoon.

Sunme Yoon nació en Corea, pero su familia emigró a Argentina desde que ella tenía cinco años. Allí hizo gran parte de su vida, su formación académica; creció leyendo a Jorge Luis Borges, Gabriel García Márquez, Alejo Carpentier, Mario Vargas Llosa. Al mismo tiempo que su madre le enseñó a leer en coreano. Estudió Letras en Buenos Aires y un doctorado en Literatura Española Medieval en Madrid. Hasta que en 1997 regresó a Corea.

“Regresé en calidad de extranjera, pero como no tenía ningún precepto o prejuicio de lo que son los escritores canónicos de Corea, yo seguía buscando una obra para traducir. Pedí recomendaciones de autores, pero no me llegaban a atrapar o me parecían indigeribles para el público occidental. Así que comencé a buscar por mi cuenta. Encontré en un artículo en el periódico, una lista de cinco prometedores jóvenes escritores, entre ellos estaba Han Kang. El primer capítulo de La vegetariana me bastó para decidirme a traducir su novela”, recuerda.

El viaje de la obra de Kang al español tuvo el respaldo de instituciones públicas, el Literature Translation Institute of Korea (LTI). Un subsidio de este organismo, permitió a Sunme traducir La vegetariana y también gracias a un subsidio se publicó en una pequeña editorial argentina en 2011, Bajo la luna. “La novela gustó a pesar de que era totalmente desconocida en el mundo, antes de mi trabajo sólo había sido traducida al japonés, a ninguna otra lengua más. Le gustó al editor, sí, por supuesto, pero si no hubiera estado subsidiada seguramente no la hubieran publicado. Las vueltas de la vida…”, comenta.

“La novela gustó tanto —retiera— que al año siguiente el LTI llevó a Han Kang a la Feria del Libro de Buenos Aires y se encontró con la sorpresa de que ya la estaban leyendo, que ya se habían vendido más de mil ejemplares. Cuando ella regresó de la Feria, averiguó mi contacto y me llamó para conocernos, nos hicimos amigas y a partir de ahí he seguido traduciendo sus obras con autorización y encargo de Han y su agente”.

—¿Por qué es tan universal la obra de Han Kang? —se le pregunta.

—Por cómo aborda las relaciones humanas, las relaciones interpersonales, sobre todo en la familia. Las obras de Han Kang utilizan estrategias narrativas para organizar sus historias, tiene una manera muy original de contar temas universales, como el dolor. La vegetariana está dividida en tres partes, una historia contada por el marido, el cuñado y la hermana de la protagonista, pero la vegetariana nunca tiene voz y es sorprendente cómo a pesar de ese velo, su voz nos llega tan fuerte, tan hondo, te hace reflexionar sobre cómo esta novela duele tanto si no has escuchado a la protagonista con su propia voz.

“En Actos humanoses sobre la crueldad y la violencia que ejercen los más fuertes, los poderosos del Estado contra sus propios ciudadanos. Tiene de telón de fondo un hecho histórico: la Masacre de Gwangju, que ocurrió en la época de la dictadura coreana. Gwangju es una ciudad al sur de Corea, de donde es originaria Han Kang. En los años 80, los ciudadanos se levantaron pidiendo democracia y el gobierno dictatorial mandó al ejército a reprimir las manifestaciones con sangre, los acribillaron a balazos. En su más reciente novela, Imposible decir adiós (que aún no se publica al español), también tiene un trasfondo histórico, una masacre del Estado contra la ciudadanía en 1948, una masacre por cuestiones ideológicas contra comunistas; aunque estas novelas no son una recreación histórica, sirven para reflexionar por qué los humanos nos comportamos de cierta manera, por qué hacemos ciertas atrocidades. Pero Han Kang no se queda en el morbo de sólo describir estos episodios, sino que muestra cómo a la par de esas cuestiones tan inhumanas, el ser humano puede encontrar solidaridad o sacrificio por el prójimo. Su prosa es tan lacerante que muchas veces uno tiene que parar la lectura un poco, y en la traducción ni te cuento: con ninguna otra novela me ha pasado, he tenido que traducir partes llorando y parar por momentos”.

—¿Cuáles son algunas imágenes que acompañan su obra y los retos para traducirlas?

—No soy de las traductoras que piensa que uno debe estar en contacto con el autor para traducir bien, todo lo contrario una obra literaria bien escrita es un mundo terminado y consumado, perfecto en sí mismo, el lector no le escribe al autor para preguntarle cómo debo interpretar ciertas partes, ¿verdad? De la misma manera, un traductor no necesita forzosamente del autor. Por supuesto, ahora que conozco a Han Kang me he podido dar cuenta de otras cosas, de donde salen ciertas partes, ciertos motivos, imágenes que son recurrentes en su obra, pero que no son relevantes para una traducción. Por ejemplo, imágenes muy recurrentes al color blanco, incluso tiene un pequeño libro, que es una prosa poética, una elegía al color blanco; la nieve, que es un tema fundamental en su última novela; el tema de las almas gemelas, siempre hay una amiga o hermana de la protagonista que es una alma gemela; otro tema muy recurrente es la presencia de la muerte, la presencia de las almas en pena.

Después de la irrupción de La vegetariana con la editorial Bajo la luna y de que vencieran los derechos, otra pequeña editorial, ahora en Barcelona, Rata, apostó por Han Kang en 2016, justo unos meses antes darse a conocer la noticia del Booker International. Ahora, los derechos en español los tiene Penguin Random House. Sunme Yoon cuenta que se tenía programado lanzar la más reciente novela de Kang, Imposible decir adiós, a inicios del 2025, pero que el Nobel seguro cambiará todos los planes.

“La literatura coreana cambió mucho de los años 80, 90, a lo que es ahora, se diversificó y profundizó muchísimo. Han Kang es una excelente escritora, pero no es la única en Corea. El Nobel es la gran oportunidad para que se conozcan muchos más de nuestros autores; en comparación con otras literaturas asiáticas, como la japonesa y la china, de la coreana sólo se vislumbraba el vórtice, la punta del iceberg, creo que es un respaldo para conocer estos escritores”, alienta Yoon.

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