Guadalajara, Jalisco.- Cuando se habla de diseño, las conferencias tienden a tratar sobre las últimas tendencias o las técnicas y herramientas más innovadoras para hacer diseño. Pero en la plática “Diseño para la vida. Industrias creativas y sostenibilidad”, que se llevó a cabo en la, la conversación giró en torno a la pregunta ¿Cómo podemos ser mejores ancestros?

Ana Elena Mallet, especialista en diseño, destacó que en todo el siglo XX se ha pensado en que el diseño basado en ideas globales iban a funcionar para problemas locales "y creo que eso está cambiando", afirmó.

Cuando se habla de diseñar para el futuro no se habla de las últimas tendencias, sino de diseñar para las próximas siete generaciones, dijo el arquitecto José Castillo, quien señaló que es el economista japonés Takuyoshi Saijo quien plantea esta visión de hacer diseño para el futuro.

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“El tomó esta idea de indígenas americanos que se trata de diseñar para siete generaciones adelante de nosotros, (hay que pensar cómo) cada idea y decisión afectará dentro de 150 o 200 años”, dijo Castillo.

El arquitecto comentó que para repensar el cómo se diseña para resolver problemas a futuro, es necesario regresar al origen de la palabra “diseñar”, que en latín significa “darle un nombre a las cosas”.

“Feminismo y evolución se empezaron a usar en el mismo año, en 1837. Si pensamos en los problemas del feminismo como algo contemporáneo y que lleva 80 años en el lenguaje, qué significa para nosotros decir que los retos del diseño no están siendo abordados en ciclos cortos. La palabra ‘cambio climático’ se empezó a usar hasta 1956, entonces, cómo adaptamos y ¿cómo pensamos los problemas del diseño para empezarlos a nombrar y conceptualizar de forma distinta?”, planteó Castillo.

Gloria Benedikt, bailarina y consultora sobre cómo la ciencia y el arte pueden plantear soluciones sustentables, también recurrió al diccionario y dijo que en 1987 se definió "diseño" como "resolver las necesidades del presente sin comprometer las necesidades de las futuras generaciones", lo que calificó como una pésima definición.

"Si lo piensan bien, en los últimos años han habido crisis que ponen en juego a la humanidad: las armas nucleares, que la Inteligencia Artificial se salga de control y la crisis climática". Benedikt piensa que aunque se han diseñado herramientas para combatir estas problemáticas, casi no se han pensado en los espacios donde se reflexionan sobre estos problemas.

"Mi propuesta es que el teatro es uno de esos espacios descuidados, cuando los escenarios hacen que nos concentremos para reflexionar en ciertos temas. Las artes escénicas nos pueden ayudar también con la crisis climática", concluyó.

Rob Roggema, profesor del Tecnológico de Monterrey, señaló que deberíamos preguntar a la vida cómo diseñar. "Creo que la vida y la naturaleza saben muy bien cómo diseñar para el futuro y así lo ha hecho", dijo.

Roggema puso ejemplos sobre cómo el mar o las raíces de los árboles van dictando el diseño de edificios.

Roggema cuestiona si en vez de diseñar para la vida, la humanidad debería dejar que la naturaleza diseñe nuestra vida.

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