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cultura@eluniversal.com.mx
Chihuahua. —La comunidad intelectual de México se cimbró el miércoles con la noticia del asesinato de un destacado chihuahuense, Enrique Alberto Servín Herrera.
La repentina partida del poeta, escritor, traductor, políglota, defensor y promotor de las lenguas indígenas inundó de pesar a su familia, amistades y a cientos de personas que conocían su gran trayectoria y calidad humana.
“Chihuahua pierde a su León-Portilla”, afirmó la secretaria de Cultura del Estado, Concepción Landa García, al dar un mensaje a los colaboradores de esta dependencia, donde Servín fungió, hasta su último día de vida, como coordinador del Programa Institucional de Atención a las Lenguas y las Literaturas Indígenas (PIALLI).
La funcionaria destacó que “no hay heredero aún, pero no vamos a cejar en continuar con su trabajo, en seguir dándole vigor a las lenguas indígenas, en que su obra poética, su obra literaria y su obra lingüística sigan adelante”.
Enrique Servín fue recordado como un hombre que compartía sus conocimientos con gran sencillez, por lo que hoy al mediodía se le rendirá un homenaje de cuerpo presente en el Teatro “Fernando Saavedra”.
En sus redes sociales, UNESCO México lamentó la pérdida del poeta y recordó su participación en la Feria de Lenguas Indígenas Nacionales (FLIN 2019). “El antropólogo maravilló al público con su inmenso conocimiento y su profunda sencillez. El trabajo en favor del rescate y difusión de las lenguas indígenas ha perdido a uno de sus mejores aliados”.
También expresaron su pésame la Secretaría de Cultura de la Ciudad de México, el Instituto Nacional de Antropología e Historia de Sonora, el INBAL y el Instituto Nacional de los Pueblos Indígenas.
Servín fue hallado sin vida en su casa, en la ciudad de Chihuahua, la tarde noche del miércoles; según las primeras investigaciones, su cuerpo presentaba golpes y su vehículo había desaparecido, no obstante, autoridades confirmaron ayer el hallazgo de la unidad y aseguraron que se realiza una investigación exhaustiva para conocer el móvil del crimen.
El maestro Enrique Servín, como era conocido, nació en la ciudad de Chihuahua en 1958, aprendió italiano y francés en la secundaria y estudió Derecho para después cursar una maestría en Antropología Lingüística. Su habilidad extraordinaria para aprender idiomas de forma autodidacta lo llevó a dominar el inglés, ruso, polaco, portugués, catalán, sueco, alemán, rumano, náhuatl, ralámuli, maya, malayo-indonesio, chino, latín, griego clásico, griego moderno, islandés, hawaiano, georgiano, guaraní y swahili.
Sin embargo, su gran pasión fueron las lenguas maternas, especialmente las de su estado: ralámuli (Tarahumara), ódami, (Tepehuán), o’oba (Pima) y warijó (Guarijíos), por lo que impulsó la publicación de varios materiales desde su labor como académico, editor y funcionario.
Para que los hablantes de ralámuli y ódami pudieran adentrarse en la experiencia literaria, en la última etapa de su vida Servín promovió traducciones literarias como El Principito, de Antoine de Saint-Exupéry, traducido al ralámuli, y el cual presentaría en la Feria del Libro de Chihuahua a finales de mes.