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“Salvo una fotografía con puntitos, no hay plan maestro de Chapultepec. Lo que presentaron fue un listado de piezas con nombres rimbombantes que quieren hacer, pero eso no es un plan maestro. Un plan maestro tiene que incluir estudios de movilidad, población, accesibilidad, cuestiones ambientales, forestales, escurrimientos de agua, hidrología. Un plan maestro explicaría el porqué de esas piezas y cómo se articulan entre ellas, con el bosque y con la ciudad. De eso, no hay nada”.
Así describe el arquitecto Alberto Kalach el documento presentado hace dos semanas por la Secretaría de Cultura federal y el gobierno de la Ciudad de México.
En entrevista telefónica –en el marco de la serie “Conservaciones sobre Chapultepec” que publica EL UNIVERSAL--, Alberto Kalach –director de TAX, Taller de Arquitectura X-, que con su equipo hizo el estudio “El Gran Chapultepec”, y que con Teodoro González de León hace casi 20 años propuso reducir el área de Los Pinos y abrir espacios para el bosque y los ciudadanos, habla de la propuesta de los gobiernos federal y local, que dirige el artista Gabriel Orozco, cuestiona varias infraestructuras anunciadas, retoma acciones que se requieren para el Bosque y analiza lo que ha pasado con Los Pinos.
Poca accesibilidad, ausencia de conectividad al interior del Bosque, carencia de acciones en pro de la comunidad que vive del otro lado de la avenida Constituyentes, creación de infraestructuras en un momento en que los museos existentes no tienen presupuestos, son algunas de las inquietudes expresadas por el arquitecto.
“En cuanto a la restauración del Bosque de Chapultepec, desde luego hay suelos y accesos que mejorar, pero yo cuestionaría el ingrediente cultural tal como está planteado: ¿para qué hacer más museos si no hay dinero para operar los museos existentes?”
Kalach señala que se carece de un diagnóstico y que parece que el plan maestro se entiende como poner nombres rimbombantes: “A un puente peatonal lo llaman calzada flotante; a un auditorio, cubo de música. Es como si un plan maestro fuera la suma de piezas con nombres ocurrentes, pero un plan maestro requiere de estudios, análisis, información sobre los flujos de gente, dónde vive la gente, cómo accede la gente. No he visto nada al respecto.
“En un plan maestro tiene que haber urbanistas que conozcan la ciudad; ingenieros en movilidad que vean cómo se llega; tiene que haber sociólogos que conozcan el perfil de la población y sus necesidades a través de encuestas, visitas a los barrios; tiene que haber arboristas, botánicos, ingenieros hidráulicos, arquitectos y, por qué no, artistas.
Carece de un diagnóstico
Un diagnóstico de la problemática, a partir del cual, se proponen soluciones. ¿Cómo accede la gente a Chapultepec? En los ocho kilómetros y medio de la avenida Constituyentes hay solo cuatro accesos, muy lejos unos de otros; es una vía de alta velocidad con camiones de carga, los puentes peatonales a veces no tienen rampas sino sólo escaleras.
Habría que plantearse entonces cuestiones de accesibilidad y conectividad; la conectividad interior no está estudiada, porque lo que se necesita es un transporte interno y no pensar que la gente va a caminar diez kilómetros de un lado a otro. En fin, no creo que haya un plan sólido; parece más una serie de caprichos.
¿Qué cuestionas de la infraestructura cultural?
Cualquier infraestructura cultural queda totalmente rebasada puesto que no hay dinero para operar. Ahí se termina la discusión: “¿No hay dinero para operar museos?” “No podemos hacer museos”. Cuando se regule la operación del Museo de Antropología, de Bellas Artes, de San Ildefonso, de todos los museos, entonces se puede pensar en nuevos museos.
Y si el presupuesto para operar los museos, no fuera un inconveniente, el siguiente tema es: ¿dónde se pone el museo?, ¿dónde ya hay oferta cultural sobrada o dónde no hay y puedes cambiar la dinámica de una parte de la ciudad? La obra pública tiene la capacidad y posibilidad de cambiar la dinámica de barrios enteros; por ejemplo, la Biblioteca Vasconcelos. La Biblioteca Vasconcelos cambió la dinámica y subió el nivel de vida de los habitantes de esa zona; tienen algo que no tenían y eso, desde el punto de vista urbano, es positivo. Si la Estela de la Luz, en lugar de ponerla en la Puerta de Los Leones, la hubieran puesto en la glorieta de Peralvillo habría revitalizado la parte pobre de Reforma. En ese sentido se tendría que pensar la infraestructura cultural. Siendo Chapultepec tan grande y tocando tantos barrios pobres, en eso habría que poner la atención.
¿En este proyecto se está pensando en esas poblaciones?
No. En absoluto. No hay conectividad entre las colonias. Belén, América, Daniel Garza, La Palma, todas esas colonias no tienen acceso a Chapultepec; son colonias altamente pobladas, no tienen parques, las casas están hacinadas, son muy pequeñitas, y no tienen forma de cruzar a Chapultepec. Y hay varias barreras: Constituyentes que es de alta velocidad, sin semáforos y con transporte intensivo de carga; el Panteón de Dolores que está todo bardeado y sólo tiene dos accesos; el lienzo charro que, a mi modo de ver es una invasión en Chapultepec; la ex Fábrica de Pólvora donde han dispuesto el museo más absurdo del mundo, el de la historia militar; las estructuras abandonadas de El Rollo y Atlantis (ahí se planea el Centro de Cultura Urbana Parkour); de tal manera que no hay acceso para esa población a Chapultepec. Lo más importante sería integrarlo, comunicarlo con la ciudad, y eso no lo veo por ningún lado en las propuestas.
Se proponen varios museos de carácter político y militar, el Lázaro Cárdenas –que tiene un acervo más claro--, pero otros son a la cultura política, a la Guardia Nacional y a la historia militar.
Claro, y los museos que necesitamos, como uno de la biodiversidad, que complementa al de Historia Natural -que es obsoleto aunque le hayan echado una manita hace años—no está, y se requiere hacer un museo de ciencias importante, un museo abastecido de contenido por UNAM y la UAM… Pero un museo de cultura militar… ¡Uff!
En muchos espacios de Los Pinos y alrededores aún hay fuerte presencia militar…
Desde luego, haber abierto Los Pinos no pasó de ser algo retórico; se quedaron todos los cuarteles. Los Pinos, con toda su infraestructura militar ocupa como 50 hectáreas, y en esas 50 hectáreas, ahí, ahora, están viviendo dos personas menos; no cambió nada. Siguen ocupando 50 hectáreas, hay una parte que se puede visitar, están las casas de los expresidentes, pero siguen habiendo hectáreas y hectáreas de cuarteles de infraestructura militar y en nuestra propuesta, era prescindir de esto. En términos prácticos, Los Pinos sigue siendo un obstáculo en la integración de Chapultepec.
¿Qué opinas de los énfasis por secciones que se proponen?
Por un lado tienen evidentemente diferentes vocaciones la Tercera y la Segunda secciones, porque en la Tercera hay cañadas, es menos transitable, y en la Segunda ya hay una infraestructura recreativa y cultural, un par de museos… Pero eso no significa que no pudiera haber infraestructura cultural en la Tercera Sección, escuelas o un museo. Pero el tema de énfasis por secciones me parece irrelevante, es otra vez ponerles nombres a las cosas; para eso sí son imaginativos.
¿Solucionan los puentes los problemas de conectividad?
Los puentes sobre Periférico son necesarios. Pero se requieren mucho más que dos puentes y quizás el puente principal que plantean está en el lugar equivocado porque ahí ya está el puente de Alencastre. Otra vez: eso vendría de un estudio para ubicar los puentes en el lugar correcto. Un estudio de cómo se mueve la gente en Chapultepec, dónde faltan puentes y conexiones, y ahí ponerlos. Y al darse cuenta de que se necesitan cinco o seis puentes, y no dos, pues habría que hacerlos más sencillos, más económicos, que cuesten menos dinero que un solo puente donde no se necesita.
¿Cuál es tu opinión de las acciones que se proponen desde el punto de vista ambiental?
Yo creo que hay que sanear las cañadas por donde corre agua negra, limpiar las cañadas, poner colectores paralelos y plantas de tratamiento, lo cual permitiría que Chapultepec tuviera mucha agua tratada que actualmente no tiene. La Segunda Sección se ha ido erosionando con el tiempo, hay que mejorar los suelos, y ahí hay un proyecto importante de reforestación por hacer. Supongo que tendrán estudios avanzados de cómo mejorar los suelos, dónde hacer plantas de tratamientos y cómo sanear cañadas, pero, insisto, no he visto nada de eso.
Nosotros planteamos, donde estaba un estacionamiento de una cosa que se llamaba México Mágico, un museo de la biodiversidad y tenía un gran jardín botánico, además, del Jardín Botánico que existe en la Primera Sección. No es destruir uno y hacer otro; es que el Jardín que está en la Primera Sección se concentrara más en cactáceas y el gran jardín botánico que teníamos pensado para la Segunda Sección, estuviera alrededor del museo de la biodiversidad, incluyera el Lago Menor, y (habría) toda la diversidad de ambientes que hay en México: bosque de niebla, humedales, desierto…
¿Necesita más infraestructura en la Primera Sección?
Desde luego creo que la Primera Sección del Bosque es una sección histórica, está bastante bien, faltaría, quizás, más limpieza, arreglar las fuentes que no funcionan; cuestiones más de mantenimiento que de construcción. Yo creo que no aguanta ni más visitantes ni más edificios. Y se le debería tratar con el respeto que se tratan edificios históricos como la Catedral, el Sagrario, que no pueden ser intervenidos ni pueden construírseles adentro más piezas. Este es un diseño acabado. Y creo que la ciudad es tan grande que es absurdo pretender construir en lo que ya está bien. Hay que arreglar lo que está mal, no lo que está bien. Me parece de una pereza o de una falta de visión impresionante querer hacer nuevos pabellones en la Primera Sección del Bosque de Chapultepec.
¿Ves posible la incorporación de la Cuarta Sección a las otras tres?
Creo que en la Cuarta Sección, su frente principal está todo construido, dudo que esa situación vaya a cambiar. Se debe preservar como un área natural, reforestar, se tiene que hacer un manejo hidrológico; eventualmente se podría integrar, pero yo lo veo muy remoto, muy difícil. Desde luego que me parece una buena iniciativa el que se convierta en espacio público.
¿Qué esperar para lo que viene cuando ya se echó a andar?
Así parece… pero es congruente con todo lo que está sucediendo en el país. No fue un hecho aislado. El tema del aeropuerto fue igual; Dos Bocas fue igual… no hay apertura. Tampoco la hubo en otros gobiernos. No hay apertura para pensar.
Si le dices a un ingeniero ¿cómo resolvemos el problema del tráfico en Constituyentes? Te dice: Hagamos un túnel. Esa es una idea que está manejando el gobierno de la Ciudad. Hacer un túnel es una obra de miles de millones de pesos, y de un impacto económico brutal, y a lo mejor se cambia poniendo a la entrada de Toluca a la ciudad una flecha que diga: “Transporte de carga por la carretera Chamapa-Lechería”; que tienen que pagar dos casetas, bueno, que negocien, que se resuelvan las cosas con palabras, con ideas, con tarifas de casetas, y no con obra bruta e ingenieril de decenas de miles de millones; aquí todo lo queremos arreglar con concreto… ¿Y el tiempo de las ideas?, ¿por qué todo tiene que ser obras de ingeniería costosísima?
El gobierno de la ciudad dice: si vas a hacer un edificio de 10 mil metros cuadrados tienes que hacer una serie de estudios de impacto ambiental, el tráfico que se va a generar, las medidas de mitigación. Y aquí en Chapultepec estamos hablando de 800 hectáreas, ¿cómo impacta a la ciudadanía alrededor? Esos estudios aquí no se han visto.
Pero bueno… si respecto a Santa Lucía todos los ingenieros en aeronáutica le dicen que no, y se va a construir, ¡qué podemos decir de esto!