Un concierto imposible de violines y el humor involuntario que desata esto es el eje del espectáculo que presenta Payasa Caquita , compañía de la artista argentina Julieta Ortiz, en el marco del noveno Encuentro Internacional de Clown, festival en el que del 30 de noviembre al 4 de diciembre se dan cita payasos y compañías mexicanas, argentinas y francoitalianas.
“Caquita en concierto” es un show que escribe, dirige e interpreta Ortiz y que se lleva a cabo mañana a las 19:00 horas en el Centro Cultural Helénico (Av. Revolución 1500, Guadalupe Inn). A partir del humor físico, que no deja de lado, por supuesto al clown y las artes circenses, Caquita planea una función de violines, el hilo conductor y el detonante de cada acto de la obra.
El espectáculo, señala Ortiz, fue pensado para todo público. “Lo fui armando a partir de que trabajé siete años para un circo. Entonces, los números que presento fueron sacados del circo donde yo trabajé. Mucho de lo que hay en la función viene de ese lado. Ahora lo que hago es encararlo desde lo teatral”, afirma, en entrevista, Ortiz, quien por primera vez participa en una gira realizada en México.
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El humor físico de Caquita se sirve, en particular, de un silbato. “Mucho de la comunicación en la obra es a partir de eso. Es importante aclarar que en el humor físico lo gestual es fundamental. Digamos que es la forma de comunicarse universalmente para que, valga la redundancia, todas las personas lo comprendan. Ése es el punto de vista desde el que yo pienso la comedia. Es lo que aprendí y lo que me gusta hacer”.
Foto: Centro Cultural Helénico
El sentido del humor de Ortiz, cuenta, proviene de las películas de la década del 30 y de los años 50. “Me gusta y me inspira mucho ese tipo de humor. Que lo haga o no, ya es otra cosa. Amo esas historias que demuestran que con muy poquito se pueden hacer muchas cosas”, afirma y se sirve de referencias a clásicos del cine como los hermanos Marx o El Gordo y el Flaco.
En la travesía de Caquita para dar su concierto suceden, de pronto, ciertas cosas: el público descubre que el concierto sólo tiene que ver con un atril donde ella se posiciona para hacer una interpretación que nunca sucede.
“Es un concierto redondo, que tiene que ver con lo desfachatado, lo desacomodado, lo distinto. Y digo redondo porque “hago hincapié en las cosas redondas. También se lleva a cabo un concierto en el que soy la que dirige a todos los que están participando”.
La función tiene un costo de $260 pesos (público apto: mayores de ocho años).
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