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El 1 de noviembre de 1923, hace casi 100 años, El Universal Ilustrado publicó una serie de calaveritas literarias, a propósito del Día de Muertos.
Los protagonistas de las calaveritas fueron José Vasconcelos, el primer secretario de la SEP; Genaro Estrada, quien fue Secretario de Relaciones Exteriores y creador de la Doctrina Estrada; Orozco Muñoz, poeta; Mariano Silva y Aceves, novelista; Rafael Lozano, escritor y traductor de Edgar Allan Poe, y Federico Gamboa, escritor y funcionario público.
Las calaveritas fueron acompañadas por unas peculiares caricaturas de Hugo Tilghman.
Genaro Estrada
Era gordito y era muy buen amigo…
A veces parecía mandarín chino.
Y la Muerte, creyéndolo cigarro turco,
se lo chupó, exclamando: “¡De esto sí fumo!”
(Así pasa las glorias en este mundo)
Orozco Muñoz
A Lovaina volvió la ansiosa mirada,
ávida de Europa
(Y volvió por Lo-vaina)
Encajes de Bruja y ropa deshilada!
Brujas frecuentes, muchos Gantes
y Frayes Pedros… Arrebato
viajero de volver cuanto antes
¡todo para morir en Guanajuato!
Mariano Silva y Aceves
Descansa aquí
después de haber labrado
su “Arquilla de Marfil”
aquel que fue maestro
enseñando latín
y se ganó el pan nostrum cotidianum
sudando, como en Getsemani…
Per omnia secula seculorum,
perdónale, Señor, a Marianín…
Rafael Lozano
Lo busco y no lo encuentro…
Luchar… morir… y al fin…
el esplín… el esplín…
Por fuera pequeñín
¡y qué grande por dentro!
Federico Gamboa
Señoras y señores: para mengua
morí de la Academia de la Lengua,
en donde compartía mi inmortal
sillón con don Manuel Puga y Acal.
Jamás pude aprobar el cuento breve.
Terriblemente siglo diecinueve
no escribí nunca menos de ochocientas
páginas de argumento suculentas.
José Vasconcelos
Tacharon mis arranques desprendidos
de proteger Riveras, Cimabues
y alguno que otro Giotto consentidos
para que decoraran las paredes
con motivos hindúes.
¿Pero no comprendía sus mercedes
que estoy escarmentado de la literatura
y de sus eruditos comentarlos?
Cenas de negros, Taschud, jettatura.
Los colores primarios
siempre son preferibles en pintura.
Me traje cinco libros al retiro:
el Bhagavad Gita, Tagore, Amiel,
las Leyes de Menú y un sobretiro
del silabario de San Miguel.