Calakmul. —En medio de la Selva Maya, en Campeche, se encuentra una de las ciudades más impresionantes de la época maya: Calakmul, que en algún momento de la historia estuvo poblada por miles de habitantes que formaron parte de una avanzada civilización que usó el agua de lluvia y aprovechó el maíz para subsistir y desarrollarse.
Esta zona arqueológica se encuentra dentro de la biósfera de Calakmul, en un sitio que abarca casi 70 kilómetros cuadrados y posee más de 6 mil estructuras identificadas hasta ahora. De acuerdo con especialistas del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), Calakmul fue uno de los poderes principales de la época clásica maya (alrededor del año 200 a 900 d. C.).
Calakmul es uno de los 26 sitios arqueológicos que serán intervenidos por el Programa de Mejoramiento de Zonas Arqueológicas (Promeza), proyecto que se deriva de las obras del Tren Maya. Otros sitios arqueológicos como El Tigre, Palenque, Chichén Itzá, Uxmal, Chacmultun y Kabah también serán intervenidos con este programa.
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También será una de las zonas que contará con un Centro de Atención a Visitantes (Catvi), edificaciones aledañas a importantes sitios arqueológicos, pensados para brindar servicios de descanso, comercio e información.
De acuerdo con datos del INAH, el presupuesto para la construcción de los nueve Catvis y los 26 proyectos del Promeza asciende a 4 mil millones 906 mil pesos.
Con la construcción de la importante obra ferroviaria en la Península, el sitio arqueológico de Calakmul sufrirá una serie de modificaciones, así como remodelaciones de su infraestructura y sus proyectos de investigación, así lo informó en entrevista con EL UNIVERSAL la directora del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) Región Campeche, Adriana Velázquez Morlet.
De acuerdo con datos estadísticos del INAH disponibles en su portal web, Calakmul recibe 4 mil 500 visitantes al mes en promedio: en enero pasado el número de visitantes ascendió a 4 mil 993; en febrero la cifra descendió a 4 mil 339; en marzo bajó a 4 mil visitantes y en abril subió a 4 mil 730 visitantes.
Según explicó Velázquez Morlet, la estación del Tren Maya más cercana, que llevará el nombre de Calakmul, se encontrará a 60 kilómetros de distancia; en tanto el Catvi se construirá a 40 kilómetros del sitio, con el objetivo de atraer turistas y elevar el número de visitantes.
A pesar de que en los primeros cinco meses de 2023 Calakmul no ha superado los 5 mil visitantes mensuales, es de las zonas arqueológicas más visitadas de Campeche, al lado de los sitios arqueológicos de Becán y Edzná.
“Es probable que, por el Tren Maya, el turismo aumente en la zona, eso esperamos, por eso también se ha pensado, en conjunto con la Comisión Nacional de Áreas Naturales Protegidas, en cambiar el esquema de visita a este sitio: se hará un Catvi en el kilómetro 20 (del Tren hacia la zona arqueológica), para que ahí se tenga información general sobre la reserva, se tiene planeado que ahí lleguen los vehículos para luego trasladar a los visitantes en vehículos pequeños los 40 kilómetros restantes”, afirmó la arqueóloga del INAH.
Y es que alrededor de Calakmul se encuentran otros sitios que comparten rasgos arquitectónicos y sociales, tales como Xpujil, Chicaná, Hormiguero y Becán, entre otros, todos con zonas arqueológicas preservadas.
Velázquez Morlet explicó que se tiene planeado que los visitantes dejen sus vehículos en el Catvi del kilómetro 20, para ser trasladados en vehículos más pequeños con bajo impacto ambiental, debido a que la carretera para llegar a la Zona Arqueológica de Calakmul es estrecha y no se puede modificar debido a que es un área natural protegida y patrimonio mundial.
Tal y como lo afirmó la arqueóloga, en el recorrido realizado por este diario para documentar el estado actual del sitio arqueológico, se comprobó que el camino es pequeño, sin señalizaciones y con fauna y flora por doquier.
De hecho, en el trayecto, alrededor del kilómetro 40 de la carretera a Calakmul, un guajolote ocelado de color azul, específicamente de la familia Phasianidae, salió al camino y bloqueó el paso a algunos automóviles al intentar proteger sus huevos.
Durante ese trayecto, locatarios relataron a EL UNIVERSAL que otros animales, entre los que destacan jaguares, monos, cientos de aves y miles de murciélagos, así como variadas especies de flora, son parte cotidiana del ecosistema de la zona arqueológica. Además de las especies animales y vegetales, es común encontrar pocos turistas debido al difícil acceso.
También se pudo apreciar que en donde estará ubicada la estación Calakmul del Tren Maya, en el kilómetro 2 de la carretera al sitio arqueológico, se ha avanzado con la limpieza de la zona, el marcado del trazo y, en algunas partes, nivelación del terreno.
Entre los temas que han causado polémica está la posible afectación a las especies de flora y fauna por la construcción del Tren Maya, tal y como reportó este diario en el reportaje “Tren Maya: avanza tramo 5 sur y a su paso rellena cuevas”, publicado el 5 de mayo pasado, en la sección Nación.
Velázquez Morlet explicó que el proyecto Promeza de Calakmul estará guiado por cuatro componentes: conservación e investigación, restauración, señalización y museografía e infraestructura.
“El componente de investigación y conservación es para conservar lo ya abierto y explorar otras zonas y estructuras, restaurar algunos elementos de estuco como mascarones y estelas; el componente de museografía se basa principalmente en la construcción de museos de sitio y salas de interpretación en la zona. Y señalización, con el que renovaremos todos los senderos de los sitios y las áreas de servicio para que tengan mejor atención los visitantes”, detalló.
Calakmul destaca por sus impresionantes edificios de casi 20 metros de altura, en los que se le permite a los visitantes subir sin costo. En medio de los patios principales destacan las estelas, las cuales cuentan la historia de los diferentes gobernantes.
Dentro de una de las pirámides principales, la Estructura 2C, se encuentran dos mascarones, los cuales están siendo estudiados por expertos del INAH.
En otra pirámide más pequeña se encuentran en análisis algunos murales que dan cuenta de la vida cotidiana de Calakmul en su época de esplendor. “Me imagino que esta ciudad fue cosmopolita, había gente de ciudades, que venían a realizar ceremonias, tributos y a vender, la imagino con mucho color”, concluyó Velázquez Morlet.
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