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Las autoridades de Bulgaria iniciaron ayer 12 de diciembre, el desmantelamiento del Monumento del Ejército soviético en el centro de Sofía, tras años de polémicas y la resistencia de una considerable parte de la sociedad búlgara.
La razón formal para desmantelar el monumento es el mal estado de las esculturas de bronce que lo componen, consideradas un riesgo de seguridad, si bien el proceso se aceleró tras la invasión rusa de Ucrania el año pasado y conlleva un fuerte simbolismo.
"Hoy comienza oficialmente el desmantelamiento del monumento al ejército soviético. Todos los elementos de la instalación serán almacenados para su posterior restauración y después trasladados al Museo de Arte Socialista", anunció al pie de la instalación ante periodistas la gobernadora regional de Sofía, Viara Todeva.
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Aseguró que según un dictamen de expertas encargado el jueves pasado, la "falta de mantenimiento de la instalación en las últimas 70 años" ha llevado a que "se formaron graves grietas de corrosión en las esculturas de bronce y existe un riesgo real para su derrumbe, lo que es una amenaza para los ciudadanos".
El Ayuntamiento de Sofía decidió el traslado de las esculturas el pasado 9 de marzo, tras años de intentos frenados por la oposición del Partido Socialista Búlgaro, heredero del partido comunista.
El monumento, rodeado por varios grupos y relieves de bronce, muestra a un soldado con escopeta aclamado como libertador por un hombre y una mujer con un niño en brazos sobre un enorme pedestal.
Fue construido en 1954 como homenaje a la URSS, cuyas tropas derrocaron en 1944 un gobierno aliado con la Alemania nazi e instalaron un régimen comunista que se mantuvo hasta 1989.
Las iniciativas para retirarlo o trasladarlo, ganaron fuerza tras la invasión de Rusia en Ucrania en 2022, pero se toparon con la resistencia de grupos socialistas y de la formación ultranacionalista prorrusa Vazrazhdane (Renacimiento), que organizaron manifestaciones, acampadas y cadenas humanas en su defensa.
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