La inauguración de la no tiene fecha confirmada, aunque la versión oficial que se ha manejado es que se entregarán en noviembre. Hace dos meses, durante un recorrido institucional por esos trabajos, el titular de la Secretaría de Obras y Servicios, Jesús Antonio Esteva Medina, informó que ambos espacios tienen un avance de 73%, cifra contrastante con lo registrado por hace algunos días, en una visita a estos proyectos que se ubican, un poco, en lo que puede considerarse un borde de la Cuarta Sección del Bosque de Chapultepec: piezas centrales, además, de un circuito, una especie de plan maestro que la administración actual bautizó comoy que no es necesario presentar.

Alrededor de estos proyectos, que juntos suman 80 mil metros cuadrados, se encuentran las unidades habitacionales militares ya existentes y las que se están construyendo; lo que sobrevive del bosque y las obras de las estaciones del Cablebús Chapultepec y del Tren Interurbano México-Toluca, nuevas vías de acceso a la Cuarta Sección, aunque el viaje, hoy, para cualquier peatón, empieza en el Barrio de Santa Fe, a la altura del mercado. Hay una entrada directa al complejo habitacional, pero los militares no dan informes y no permiten el acceso a vehículos ajenos. Una pregunta inmediata es si las obras serán el germen de la gentrificación, el alza de las tierras de la zona y el consecuente éxodo de los habitantes del barrio.

Dos horas después de haber llegado al punto de partida, a pie, en un recorrido complejo en medio de otros trabajos de construcción, pequeñas calles, curvas y un par de letreros que son el recordatorio de que un militar en traje de civil sigue siendo un militar, se llega a lo que antaño fue la fábrica de armas. Pero lo que se ve son bloques en obra negra, sin techos, y grandes charcos en un ambiente húmedo; algunas paredes con cristales y una forma inicial respetada de techos con puntas triangulares. El ruido de las excavadoras se contrapone con ciertas áreas silenciosas donde se ve un par de obreros con casco. En otras zonas se les encuentra de pronto, aparecen varios. Es difícil contabilizarlos, pero especular que son 100 a la vista, en total, es mucho. Lo más seguro es que la escena no esté alejada del entorno común de una construcción. Pero no es así cuando la fecha límite podría alargarse hasta 17 semanas, cuando acabe el año.

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Vale recordar que en la conferencia matutina que ofreció ayer el Presidente, una de las consignas fue el carácter prioritario que se le dio a concluir las obras de los proyectos centrales en su gestión.

Es difícil evaluar, dice en entrevista el arquitecto Félix Sánchez Aguilar —quien ha trabajado en proyectos como la Torre de Ingeniería de la UNAM y es uno de los mayores críticos del Proyecto Chapultepec— una obra antes de su inauguración.

También es difícil creer en ese 75% anunciado en julio en la visita del jefe de gobierno, Martí Batres, y el Presidente Andrés Manuel López Obrador, para conocer los avances de la construcción.

Izquierda: vista aérea de la Bodega Nacional registrada hace ocho meses; derecha, fotografía de hace unos días. Foto: Archivo / EL UNIVERSAL
Izquierda: vista aérea de la Bodega Nacional registrada hace ocho meses; derecha, fotografía de hace unos días. Foto: Archivo / EL UNIVERSAL
Foto: Archivo / EL UNIVERSAL
Foto: Archivo / EL UNIVERSAL

Más cuando la obra negra es el anuncio de 13 edificios, de los que sólo cuatro serán nuevos, en los que se resguardarán ciertos acervos del Instituto Nacional de Bellas Artes y Literatura (INBAL) y habrá un laboratorio del Centro Nacional Conservación y Registro del Patrimonio Artístico Mueble (CENCROPAM), una galería, un museo, una biblioteca, una mediateca y centros de talleres. Una descripción que, no por ser somera, le quita seriedad a algo: cumplir con lo prometido, a solo semanas, sin dejar de lado los traslados, inventarios, catalogaciones, así como las condiciones de cuidado museográfico, que requiere una obra tan ambiciosa, y que han sido señaladas por los expertos.

Para llegar a la nueva Cineteca hay que seguir adelante en el camino y trazar una vuelta. Tal vez son 10 minutos a pie hasta que se ve, al principio del complejo, otra obra negra, que podría creerse que será un estacionamiento, pero que un obrero confirma que será un auditorio.

Algunas zonas lucen tan atrasadas como para pensar que el espacio se entregue en el tiempo previsto.
Algunas zonas lucen tan atrasadas como para pensar que el espacio se entregue en el tiempo previsto.

En el suelo, en varias partes de la construcción, hay decenas de tabiques apilados, bloques de madera, cables sueltos y costales de concreto. El avance es mayor al de la Bodega Nacional, pero eso no responde la pregunta de si efectivamente la entrega va al 75%. Hay áreas a las que prácticamente les faltan acabados: tramos del suelo, paredes; otras ya cuentan con cristalería. Aún siguen los travesaños y el ruido de las máquinas hace creer que, de este lado, se han hecho labores a marchas forzadas. Una sola sala de cine parece estar prácticamente terminada, el cascarón al margen de ciertas condiciones tecnológicas elementales que se requieren; la promesa son ocho salas en las que podrán ver películas mil 800 espectadores. En el camino, al menos seis pudieron ser identificadas, aunque no hay que olvidar que a ciertas zonas era difícil acceder debido al escombro o la maquinaria. Es posible que allí estén.

La promesa de la Cineteca sigue: un foro para 400 personas, videoteca, áreas de talleres y tiendas (restaurante, bar, cafetería y dulcería), librería, taquillas, terrazas, andadores y un gran estacionamiento para 233 vehículos. Todo casi a la manera de su hermana en la avenida México Coyoacán.

La Cineteca de Chapultepec se anunció desde junio de 2021 y el costo de su ejecución es de 444 millones de pesos. Afuera hay más grava, arena y escombros; afuera también queda otra pregunta: la administración aún no acaba, pero, ¿se logrará hacer una entrega cabal en este primer plazo?

Sánchez Aguilar retoma la palabra: “Mauricio Rocha Iturbide, arquitecto del proyecto, tiene todos mis respetos. Lo que hizo en el Museo Anahuacalli es una obra fantástica”, abunda.

Lo único que su colega espera, porque conoce a Rocha Iturbide, es que “pelee para que el espíritu, el diseño y el detalle de su obra no sean sujetos de negociación por la imperiosa necesidad de terminar la obra. Si las obras tienen que terminarse en noviembre, el gobierno hará magia. Pero a lo mejor la entrega va a costa del diseño".

Concluye con un ejemplo: el primer intento de diseño en la Calzada Flotante de Benjamín Romano, que describe como espectacular: “Se lo cambiaron y lo retiró, pero también lo retiró porque lo que hicieron, en mi opinión, es un pastiche, un mal proyecto; en acero, además, lo cual debe haber salido mucho más caro de lo planteado originalmente”. Estamos sujetos, dice, a que estén terminadas las obras para juzgar: lo demás es prematuro. Ojalá alcance el tiempo.

Hay áreas de la Cineteca donde el acceso es difícil debido a la maquinaria y los escombros; también son visibiles ciertos acabados en una sala y en las paredes. Foto: Diego Prado / EL UNIVERSAL
Hay áreas de la Cineteca donde el acceso es difícil debido a la maquinaria y los escombros; también son visibiles ciertos acabados en una sala y en las paredes. Foto: Diego Prado / EL UNIVERSAL
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Foto: Diego Prado / EL UNIVERSAL

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