Un recorrido por 3 mil años de historia: la 30 Bienal de Antigüedades de París presenta a partir del sábado 5 mil obras y objetos, abriéndose en esta edición al diseño contemporáneo.

Anual pese a su nombre, el evento rivaliza con la Fine Art Fair de Maastricht ( Holanda), la Masterpiece de Londres y la Foire de Basilea (Suiza).

Tras dos años con un balance mitigado, la Bienal de París que se celebra en el suntuoso museo del Grand Palais apuesta por incluir el diseño y la creación contemporáneos.

"El ADN de la Bienal no ha cambiado: es un salón histórico y patrimonial, como un museo efímero que atraviesa los siglos (...) con una pasarela entre el mundo de las antigüedades y la creación contemporánea", dijo a la AFP Mathias Ary Jan, presidente del Sindicato Nacional de Anticuarios.

"La Bienal mira al futuro con una nueva generación de comerciantes y galeristas emergentes, pero también dirigiéndose a un público más amplio", agregó.

Para Ary Jan, el mercado de antigüedades no está en crisis: "Cuando se presentan objetos de excepción, sigue habiendo un gran interés".

El evento, hasta el 16 de septiembre, acoge 85 expositores, de los cuales un tercio extranjeros, que presentarán cuadros, esculturas, mobiliario, alta joyería... en puestas en escena cada vez más espectaculares.

Una de las obras más antiguas será un jarrón chino que fecha del siglo VII a. J.C. En contraposición, se expondrá un gabinete en marquetería del diseñador francés André Groult (hacia 1930).

La víspera de la apertura de la Bienal, se celebrará una cena solidaria en medio de las obras, que reunirá a 750 coleccionistas internacionales. Los beneficios se destinarán a la Alianza Internacional para la Protección del Patrimonio en zonas de guerra (ALIPH).

Desde el acaudalado comprador al aficionado, la Bienal espera acoger 40 mil visitantes, entre ellos "los coleccionistas del mañana", confió Ary Jan.

akc

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