La escritora francesa , que acaba de publicar en España su última novela, " ", una ácida crónica de los absurdos del siglo XXI, considera que " es un ejemplo perfecto para describir el carácter de guiñol en que se ha convertido el turismo ".

Reza presenta en "Serge" ( Editorial Anagrama ) a tres hermanos, Serge, Nana y Jean, que es el narrador de la historia, quienes permanecen unidos por los lazos familiares pese a sus diferencias y tensiones, y a los que la vida ha tratado de forma regular, pues mientras Nana mantiene una sólida relación de pareja, los otros dos tienen una vida sentimental cuando menos mejorable.

Reconoce Reza que en esta obra hay "un poco mucho" de su familia -es hija de una judía húngara y un judío de Samarkanda-, pero "no de manera reconocible; son fragmentos, elementos, tonos".

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Una de las escenas que enmarca esta narración es una visita al campo de exterminio de Auschwitz, lugar de peregrinaje como monumento a la memoria , pero también parque de atracciones temático por el que se pasean turistas haciéndose selfis.

Su primera intención era reflexionar sobre la actividad turística, pero luego el libro se transformó porque "resultaba imposible escribir sobre el turismo de manera global", si bien "Auschwitz era el lugar perfecto para hablar de en qué se ha convertido el turismo".

Y continúa su razonamiento: "En Auschwitz se ve a esos turistas visitando el campo de concentración con gesto serio, pero con unos pantalones cortos y chanclas, una mochila de colores chillones, y luego van a un café a reír no se sabe de qué y por la noche completan el tour en una fiesta artificial, celebrando no se sabe bien qué en Cracovia, que también se ha convertido en un parque de atracciones".

Reza confiesa que no tiene una opinión definida, pero se pregunta si "tenemos que dejar que las cosas sigan de esta manera", y recuerda que "lugares como Auschwitz o Birkenau perduran gracias a la , sin ella los raíles, los tejidos, los cabellos se habrían transformado en polvo".

En su opinión, en Francia hay un "delirio" vinculado con la conmemoración que resulta "contraproducente" porque "no va vinculado a un ejercicio de reflexión sobre el pasado".

Yasmina Reza ve natural el recurso del humor, incluso para explicar episodios dramáticos de la historia, algo que en su caso surge de manera natural: "La vida mezcla lo trágico y la comedia, y los personajes de mis novelas tienen esa visión, un poco fuera de lo habitual, algo muy judío que encontramos también en películas, en literatura, algo totalmente intrínseco a la cultura judía".

Admite la autora francesa que los personajes de sus novelas y obras de teatro son "excesivos, no tranquilos, están cerca del delirio, de la mala fe, tienen mal genio" y "hasta ahora" no ha tenido miedo a escribir sobre esta "gente loca". Y remarca ese 'hasta ahora', porque "el mundo se está volviendo muy correcto", y si sigue así no podrá continuar escribiendo porque se quedará sin personajes.

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En relación con el título de su nueva novela, Reza ha explicado que en la exitosa "Arte" utilizó un personaje que compraba un cuadro blanco y que estaba inspirado en su amigo Serge, quien al ver el éxito de la obra le dijo que se lo debía a él y que a partir de entonces utilizara el nombre en todas sus obras.

"Algunas veces han sido personajes episódicos, han pasado por numerosos oficios, y en esta novela decidí darle el protagonismo a través de lo que escribe sobre él su hermano Jean", ha explicado.

En "Serge", Reza combina cual alquimista distintos elementos de la vida cotidiana, familiares, pero también reflexiona sobre temas actuales como la memoria histórica, la relación entre generaciones, las expectativas de la vida, la enfermedad o el envejecimiento.

melc

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