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Madrid. —La vuelta gradual a la nueva normalidad arroja más incógnitas que certezas, sobre todo para la industria cultural española cuya reapertura está detallada en el plan de desconfinamiento del gobierno.
Son muchas las dudas sobre la reanimación de un sector que se enfrenta a un futuro muy complicado luego de las consecuencias devastadoras por la cuarentena.
Tras casi siete semanas de encierro, el 4 de mayo comenzó el periodo de desconfinamiento que se implementará en España de manera asimétrica, pues algunos territorios avanzarán más que otros, dependiendo de su grado de vulnerabilidad a la pandemia. El esquema del gobierno para la desescalada comprende cuatro fases que concluirán en junio o julio, según los progresos de cada región frente al Covid-19.
Junto al regreso global del país a la nueva normalidad, el plan incluye un calendario para rehabilitar los espacios culturales que tendrán que reducir a un tercio sus aforos en una primera etapa, lo que mermará notablemente sus ingresos. Además, en el tercer ciclo sólo podrán utilizar 50% de su capacidad. La afluencia de público también se verá ralentizada por el temor al contagio, que probablemente se prolongará más allá del desconfinamiento.
Todo hace prever un resurgimiento extremadamente lento de la industria cultural, a la que le costará muchos meses recuperar su ritmo.
En la fase uno, que comenzó el 11 de mayo en varias comunidades autónomas, los museos, bibliotecas, rodajes y espectáculos obtuvieron el permiso para volver a operar. Las librerías, abiertas desde la fase cero, pueden ya prestar servicio sin cita previa, aunque también con su aforo muy limitado.
Los museos podrán abrir sus puertas para visitas a la colección permanente y muestras temporales, pero continuarán suspendidas las actividades culturales y didácticas.
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“En los museos las consignas permanecerán clausuradas, se modificarán recorridos, el uso del ascensor se limitará a casos excepcionales, se deshabilitarán los elementos museográficos táctiles y no estarán disponibles para los visitantes las audioguías, folletos en sala u otro material análogo”, señala el Boletín Oficial del Estado (BOE).
Las autoridades recomiendan la adquisición de entradas por canales online, aunque se permitirá la compra en taquilla. Si fuera necesario, cada museo pondrá a disposición del público un número máximo de entradas por tramos horarios.
“En las zonas de acceso y de atención al público se instalarán balizas de circulación de públicos, mamparas o elementos de protección similares, además de distribuirse dispensadores de solución hidroalcohólica”, indica el BOE sobre las normas para los recintos culturales.
En las bibliotecas las obras serán proporcionadas por el personal y, una vez consultadas, se depositarán en un lugar apartado y separadas entre sí por al menos 14 días.
“Los establecimientos para actos y espectáculos culturales, sean abiertos o al aire libre, podrán reabrir con un tercio de su aforo autorizado. Además, si se realizan en lugares cerrados, no podrá haber más de 30 personas en total y, si son al aire libre, dicho aforo máximo será de 200 personas”, especifica.
Los espectadores deberán estar sentados en butacas numeradas y mantener la distancia de seguridad, por lo que se establecerán marcas de distanciamiento en el piso, tanto en el acceso como en el desalojo. La salida de los espectáculos será escalonada y por zonas, agrega la normativa que enfatiza que no habrá intermedios ni se permitirán servicios de tienda, cafetería o guardarropa.
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En lo referente a las producciones audiovisuales, cuando la naturaleza del trabajo no permita respetar la distancia interpersonal ni el uso de equipos de protección adecuados al nivel de riesgo, como puede ser el caso de actores y actrices, se atenderá a medidas de seguridad diseñadas por los responsables de la filmación, a partir de las recomendaciones de las autoridades sanitarias. Todos los set y lugares de rodaje deberán limpiarse y desinfectarse antes.
No todas las ciudades pudieron pasar a la fase uno el 11 de mayo. Madrid y Barcelona lo harán más tarde, pues siguen en la fase cero al ser aún importantes focos de contagio, lo que atrasará la reapertura de grandes museos como El Prado.
Teatros, salas de cine, conciertos y exposiciones se sumarán en la fase dos, que iniciará el 25 de mayo en las regiones que estén listas. A partir de ese día, o en fechas posteriores, estos espacios podrán retomar sus actividades con un tercio de su aforo y los asientos asignados. También se reanudarán en esta etapa las visitas a exposiciones, salas de conferencias y monumentos, pero limitando igualmente su capacidad.
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“Estamos trabajando coordinadamente con un comité de reapertura, otro de prevención y otro empresarial para estudiar las medidas que vamos a adoptar en consonancia con las directrices del plan de desescalada del gobierno, respetando los aforos y las medidas de protección”, señala a EL UNIVERSAL José María Noguerol, director de comunicación del Teatro Real de Madrid.
“Nuestra mayor preocupación es lograr recolocar en próximas temporadas todas las óperas que ha habido que cancelar y detrás de las cuales había mucha gente trabajando, como Aquiles en Esciros, cuyo estreno estaba previsto para el 17 de marzo y que es una producción propia, por lo que su retirada supuso un duro golpe para la institución”, agrega.
En la fase tres, cuyo inicio está previsto para el 8 de junio, se ampliaría el aforo de los espacios al 50%, pero aún será obligatorio fijar la distancia mínima de dos metros entre personas. También abrirán los parques temáticos y espectáculos al aire libre con su capacidad restringida: menos de 800 personas.
Algunas de las medidas básicas de seguridad se mantendrán tiempo después de que concluya el desconfinamiento, como privilegiar la entrada electrónica a los tickets, suministrar hidroalcohol en los puntos de acceso, controlar los itinerarios y reforzar los turnos de limpieza.
El gobierno español fijó las reglas para el abandono gradual de la cuarentena, pero la incorporación a las distintas fases es discrecional. Partiendo de la fecha programada, los espacios culturales se irán sumando al proceso de manera desigual, ya que lo harán en función de su blindaje y de cómo evolucione la pandemia en la zona en la que operen. Lo mismo sucederá con las comunidades autónomas.
Por ello, tampoco se descarta que pueda haber retrocesos si se revierten las tendencias a la baja de muertes y contagios por la pandemia.
