Para llegar a la recién descubierta ciudad de Ocomtún es necesario atravesar más de seis kilómetros al interior de la selva maya, por caminos estrechos e invadidos por vegetación, rocas y otros obstáculos. Ivan Šprajc, arqueólogo de Eslovenia, cuenta a EL UNIVERSAL que, después de avanzar decenas de kilómetros en automóvil, él y otros especialistas se detuvieron, instalaron un campamento y continuaron la búsqueda a pie.

Al avanzar casi 60 kilómetros (en vehículo y a pie), por fin hallaron lo que estaban buscando: una ciudad maya conformada por numerosas columnas cilíndricas de piedra, las cuales estaban cubiertas de maleza debido al paso del tiempo. El descubrimiento sucedió a mediados de mayo pasado. Pero el hallazgo no fue fortuito ni una casualidad.

Ivan Šprajc, quien es arqueólogo por la Universidad de Artes de Liubliana, en Eslovenia, es director del proyecto “Ampliando el panorama arqueológico de las Tierras Bajas Centrales mayas”, coordinado por el Centro de Investigaciones de la Academia Eslovena de Ciencias y Artes y aprobado para operar por el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH).

Leer también:

Dicho proyecto tiene como objetivo encontrar asentamientos desconocidos en la región maya, específicamente en el área de Campeche y Quintana Roo.

“Este proyecto es la continuación de las investigaciones que hemos llevado a cabo en la región desde 1996, esta fue la doceava temporada, iniciamos los primeros trabajos en el sureste de Campeche, luego al sur de la biosfera de Calakmul, y finalmente en la parte norte de esta biosfera”, explica Ivan Šprajc.

  Así fue la misión del  esloveno que halló una  ciudad maya
Así fue la misión del esloveno que halló una ciudad maya

Es justamente al norte de la biosfera de Calakmul que se encuentra su más reciente hallazgo, una ciudad perdida que, estima Šprajc, estuvo vigente durante el periodo Clásico, entre 250 y 1000 d.C. Conformada por escalinatas, cilindros de piedra y patios grandes con adoratorios, los especialistas nombraron al sitio Ocomtún, que significa “columna de piedra”, en maya yucateco.

El LIDAR, indispensable para la misión

Šprajc relata que los primeros pasos para llegar a este imponente sitio fue un rastreo a través de mapas disponibles en línea, específicamente Google Maps y fotografías y mapas del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi).

“Esta área abarca 3 mil kilómetros cuadrados, no se conocía ningún sitio arqueológico hasta hoy en esa área, por eso decidimos continuar las exploraciones en esta parte. En primer lugar, sabemos que todas las Tierras Bajas Mayas estaban densamente pobladas, hay evidencia de eso, específicamente durante el Posclásico tardío, pero no nos fuimos a ciegas, sino que al principio revisamos las imágenes de percepción remota y mapas y fotos del Inegi”, detalla.

Con ese antecedente, cuenta el arqueólogo, el National Center for Airborne Laser Mapping, de la Universidad de Houston, Estados Unidos, llevó a cabo un escaneo láser autotransportado (LiDAR) de esa superficie, cuyas imágenes resultantes sirvieron como base sólida para explorar el área de forma presencial.

“Fue imperativo ir al campo, ya sabíamos a dónde ir y dónde esperábamos hallar algo; desde un poblado llamado Constitución avanzamos 60 kilómetros al interior de la selva, manejamos por unos caminos habilitados por quienes explotan madera ilegalmente, fue sumamente difícil llegar porque en algún momento terminaron los caminos, nos tomó cinco horas llegar debido a la maleza, rocas, etcétera; en un punto instalamos el campamento, caminamos algunos kilómetros más, un par de horas hasta que dimos con el sitio”, relata el especialista.

  Así fue la misión del  esloveno que halló una  ciudad maya
Así fue la misión del esloveno que halló una ciudad maya

Agrega que, después de caminar por un par de horas, se dieron cuenta que habían llegado a una ciudad perdida.

“De repente dimos con estructuras tan grandes que, a simple vista, se pudo apreciar que eran edificios en ruinas, casi no encontramos arquitectura expuesta, todo estaba cubierto por vegetación, son masas enormes, alargadas y piramidales” dice.

Šprajc puntualiza que, aunque es difícil llegar a Ocomtún, el tramo más cercano del Tren Maya es el 7, y que se ubicará a 40 o 50 kilómetros, ya que, en línea recta hacia abajo, se encuentra la carretera que une a Escárcega con Chetumal, al lado de donde correrá el séptimo tramo de la obra ferroviaria.

Investigaciones en curso

El también doctor en Antropología por la Universidad Nacional Autónoma de México detalla que las labores del proyecto que encabeza son de prospección de superficie, y que no se enfocan en la excavación en sitio. “Pisamos el sitio a mediados de mayo, estuvimos varios días analizando y excavando, sin embargo, no fue una misión de excavación, sino que hicimos algunos pozos de sondeo y hallamos cerámicas, líticas, encontramos también herramientas de piedra” explica.

Adelanta que se trabajará con los materiales encontrados, especialmente con la cerámica, ya que se tiene el objetivo de determinar datos precisos, como la época de esplendor del sitio, sus costumbres sociales y religiosas y su relación con otros pueblos.

Leer también:

Aunque el descubrimiento de Ocomtún es reciente, ya se cuenta con los primeros resultados sobre la ocupación del sitio, explica el especialista.

“En los pozos de sondeo encontramos abundante material Posclásico, eso nos indica que después del auge de la cultura maya, después del año mil d.C. esta zona no quedó abandonada del todo, creemos que había pobladores que, aunque ya no construían edificios o pirámides, dejaban ofrendas en las obras de los antepasados”, indica.

El arqueólogo agrega que es muy posible que Ocomtún comenzara su caída en el periodo Clásico Terminal (800-1000 d.C.), de acuerdo con los adoratorios al centro de patios y plazuelas, ya que ciertos elementos constructivos fueron extraídos de los edificios aledaños, “reflejo de cambios ideológicos y poblacionales en tiempos de crisis que, finalmente, para el siglo X, condujeron al colapso de la compleja organización sociopolítica y el drástico decremento demográfico en las Tierras Bajas Centrales mayas”.

También explica que el sitio pudo ser una ciudad independiente sin fronteras fijas, con una actividad económica y costumbres propias.

“En general, para el área maya es difícil suponer dónde estaban los límites de las entidades, no sabemos mucho de fronteras, más bien se trataba de dominios, inferimos que Ocomtún fue una ciudad independiente por el tamaño de las pirámides y estructuras, pero no conocemos si era un sitio que dominaba a otros, es difícil saberlo ahora”, señala.

Šprajc subraya que es necesario conocer el área aledaña a Ocomtún para saber su configuración política y determinar si existen ciudades con características parecidas.

“Hablar ahora de política sería especulativo, pero destaca el hallazgo de una piedra con inscripciones jeroglíficas, el cual muestra evidencia de que fue reutilizado, fue colocado al revés, algo que ya vimos en el área maya y que nos deja ver que, en algún momento, el sitio pasó por una reconfiguración, tal vez una crisis”, explica.

Las piezas de cerámica recolectadas y otros elementos hallados serán estudiados por el Centro de Investigaciones de la Academia Eslovena de Ciencias y Artes, en coordinación con el INAH. En 2024 se publicará un artículo sobre el sitio, finaliza Šprajc.

Suscríbete aquí para recibir directo en tu correo nuestras newsletters sobre noticias del día, opinión, y muchas opciones más.

Comentarios