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El proceso de transformación del Fondo Nacional para la Cultura y las Artes (Fonca) , advierten los especialistas en política y gestión cultural, tiene tres aspectos preocupantes: se está llevando a cabo sin la participación de la comunidad artística, sin la certeza de que habrá disponibilidad de recursos ante la crisis sanitaria y económica, y sin ruta crítica definida, es decir, sin una planeación sobre el rumbo que tomará. Lo que existe es, hasta ahora, "una lluvia de ideas muy inquietante".
Hace un mes se publicó un Decreto Presidencial que ordenó la extinción de fideicomisos y mandatos sin estructura orgánica para conseguir más recursos para atender la pandemia por Coronavirus, el cual derivó en la desaparición del Fonca. Sin embargo, en abril pasado se dio a conocer que el sistema de apoyo a la creación se integrará a la Secretaría de Cultura como una dirección general o como un órgano desconcentrado. Además, las autoridades culturales han asegurado que se garantizará el presupuesto que el Fondo tiene comprometido hasta 2024, que es de más de mil 362 millones de pesos.
Ishtar Cardona
, catedrática de la UNAM y coordinadora del Diplomado en Gestión Cultural de la Universidad Anahuác; Bolfy Cottom , ex secretario Técnico del INAH, investigador de la Dirección de Estudios Históricos de la misma institución y especialista en legislación cultural; Eduardo Nivón ,coordinador de la Especialización/Diplomado en Políticas Culturales y Gestión Cultural; Ernesto Piedras , especialista en industrias culturales y economista; y Ernesto Alonso Hernández , autor de la tesis de maestría "Fonca: un análisis, viejos retos, nuevas estrategias", analizan el proceso de transformación del Fondo creado hace 31 años por la comunidad artística.
Debate económico
Entre los especialistas no hay un acuerdo sobre si el Fonca, en efecto, podrá garantizar sus recursos. El economista Ernesto Piedras es enfático: "El Fonca es un claro ejemplo de la miopía institucional, de su incapacidad de gestión. Ojalá sea verdad que se podrá fortalecer, pero no creo que suceda, más bien habrá un debilitamiento presupuestal. Estamos hablando de una Secretaría con un presupuesto reducido, que no ha hecho casi nada ante la pandemia, las funcionarias dicen lo que les toca decir, pero desestimo sus declaraciones. Todo lo que digan es verborrea de política cultural".
Eduardo Nivón, coincide con Piedras. "Esta decisión, si bien ahora se justifica con darle más transparencia e inclusión, se tomó para tener más recursos ante la crisis, de modo que eso significa que no habrá más recursos para lo que será el Fonca o, en todo caso, implica que tendrá recursos más limitados de los que ya tenía. A mí me resulta difícil considerar que los fondos dedicados a la creación se mantengan estables porque no hay condiciones y porque la lógica de la extinción es para hacerse de dinero. Si no consideramos esto, todos seríamos ilusos, no podemos ser ingenuos y creer que no habrá afectación presupuestal".
Ishtar Cardona, en cambio, sostiene que con el Decreto del 2 de abril se tenía claro que no se iba a terminar el apoyo estatal a los programas de cultura, pero lo que sí preocupó fue sobre qué bases jurídicas se iba a transformar y cómo se iba a dar continuidad al compromiso del Estado mexicano para con los creadores en términos de recursos directos.
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"Qué bueno que esté dentro de Secretaría de Cultura porque esto tendría que darle un presupuesto estable, recursos estables; pero lo que siempre me ha preocupado del sector cultura es este jaloneo que se tiene que hacer todos los años con Secretaría de Hacienda. Me preocupa mucho que en esta nueva arquitectura administrativa se reproduzca el vicio del jaloneo", dice.
Y agrega: "Dentro de esta arquitectura administrativa tendría que haber una base jurídica de un piso mínimo presupuestal para Cultura que no esté sujeto a debate o mandato presidencial o jaloneo con el Legislativo. Se tendría que saber de cuánto van a ser estos fondos de recursos directos a los proyectos y debe estar claro dentro de la estructura administrativa, jurídica y técnica del Fonca en la Secretaría de Cultura, y esto debe estar basado en leyes, en normas y en decretos", sostiene.
Para Bolfy Cottom, lo primordial es establecer en qué se convertirá el Fonca, si en una dirección general o en un órgano desconcentrado; en el primer caso habría una total dependencia a las decisiones de una jerarquía superior, mientras que en el segundo se tendría cierto margen de autonomía, pero necesitan que se expida un decreto administrativo o una ley del Congreso para crear un órgano desconcentrado.
"Se tienen que elaborar sus funciones y sus atribuciones, sobre esa base se pensará si lo que necesita es un reglamento, un lineamiento o un manual operativo. En este sentido se tendría que plantear cuáles son actividades sustantivas para garantizar presupuesto y ante la crisis formalmente no se deberían tocar esas funciones, pero en los hechos estamos viendo que con las medidas de austeridad sí se están tocando. El punto es que no hay una ruta crítica, no saben qué es lo que van a crear, lo único que veo son lluvias de ideas muy inquietantes", dice Cottom.
Sin embargo, Piedras insiste: "Desaparecer fondos y fideicomisos fue una decisión dogmática, ideológica y estúpida. No podemos pensar en que los recursos del Fonca se sumarán al presupuesto de la Secretaría, se seguirá padeciendo con un presupuesto miserable".
¿Con artistas serenos o mejor sin ellos?
El publicación del Decreto generó una gran incertidumbre entre la comunidad artística, hubo cartas, manifiestos, publicaciones, llamados a defender el Fonca. El 17 de abril, cuando se anunció que el Fonca se transformaría, la secretaria de la Función Pública, Irma Eréndira Sandoval, publicó en sus redes sociales que habían acabado con un fondo "salinista" en el que imperaba el compradazgo; los creadores reaccionaron con indignación, ante ello, la funcionaria insistió con un llamado: "Serénense".
Desde entonces, tanto la secretaria de Cultura, Alejandra Frausto, como la subsecretaria de Desarrollo Cultural, Marina Núñez Bespalova, han insistido en que en este proceso de cambio habrá transparencia y la comunidad será informada sobre el desarrollo de la nueva unidad. Para los especialistas, las autoridades culturales están yendo en contra del origen que dio vida al Fonca, cuando en 1989 un grupo de intelectuales plantearon la necesidad de crear un organismo que apoyara la creación y la difusión del arte. Hoy, coinciden, la transformación del Fonca se está haciendo desde las mesas de la administración Pública, sin la experiencia de la comunidad.
"A mí lo que me preocupa es que no haya una ruta crítica que se esté construyendo con la comunidad, con los especialistas. Lo único que veo es que dicen que todo lo que hagan lo difundirán, pero de lo que se trata es de construirlo con los demás", dice Cottom.
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El antropólogo vislumbra una aparente "buena voluntad", pero también asume que la decisión de un cambio responde sólo a una crisis y no a una planeación. "La subsecretaria ha planteando que había dificultades en el Fonca; si era así, entonces lo hubieran considerado en el Programa Nacional de Cultura, lo hubieran anunciado como una de las prioridades o una de las necesidades a realizar, eso habría derivado en un proceso de revisión, de consulta y de discusión con la comunidad artística. Nada de esto sucedió. De modo que esa "buena voluntad" que ahora muestran es meramente reactiva a una decisión unipersonal de la Presidencia que, claro, se explica por la emergencia sanitaria que vivimos y emergencia económica que enfrentaremos, pero no se justifica".
Para Nivón, el tema primordial es mantener su filosofía, es decir, que se garantice el apoyo a las artes sin la intervención ideológica del Estado. Si se preserva esta filosofía, lo que suceda con el Fonca será viable y creíble. "No creo que el gobierno federal quiera regresar al status quo que existía antes del Fonca, cuando el Estado decidía apoyar al arte de cierta orientación, y no quiere regresar porque simplemente no le preocupa lo que se haga. Pero para el sector creativo sí es importante que esa filosofía inicial se mantenga, el debate entonces tendrá que ser en el sentido de cómo se garantizará la libertad creativa", dice.
De acuerdo con Nivón, el funcionarado cultural tiene claro lo que se ha hecho en los últimos 35 años, pero el resto del sistema, no. "Vimos a la secretaria de la Función Pública decir que se había acabado con el Fonca salinista, vimos que dijo que se había liberado a los artistas y eso nos muestra el mundo de distancia que hay entre el aparato cultural y la administración federal, y lo que se impondrá es la administración federal. Es muy curioso que haya ocurrido una transformación con el rechazo de la comunidad, se dice que se ha liberado a la comunidad de un aparato de dominio cuando es la propia comunidad, en general, la que ha manifestado su rechazo a la medida".
Para Cardona, las autoridades no visualizan la magnitud de la preocupación de la comunidad. "No se tuvo el suficiente cuidado para informarle a la comunidad sobre qué iba a pasar con el Fonca, porque el Fonca más allá de ser un espacio de recursos materiales para la comunidad, es un espacio simbólico que le habla de ese compromiso que el Estado tiene para la cultura".
Además, agrega, la decisión de transformar al Fonca fue de carácter político. "La reestructuración administrativa me parece que más que ser una decisión de carácter técnico administrativo es una decisión de carácter político; es decir, para concentrar los recursos en ciertas áreas, para que los tomadores de decisiones políticas puedan operar con mayor margen. El problema es que en México tenemos una largan historia de tomar decisiones desde un perfil político y no desde un perfil técnico y eso genera mucha desconfianza en la población y en ciertos sectores específicos que se ven afectados por estas decisiones".
La incertidumbre administrativa
Una de las cosas más preocupantes, dice Bolfy Cottom, es que no hay ninguna ruta trazada. Sí, están pensando en una unidad, en que tenga un carácter multianual, consideran elaborar reglas de operación, pero lo cierto es que lo más visible es que hay "caos administrativo respecto a la ruta crítica que van a seguir".
"Me dan la impresión en que están pensado en una figura parecida al fideicomiso y luego dan la impresión en una unidad administrativa, pero por las declaraciones de la subsecretaria me da más la impresión de que no llegará siquiera a una dirección sino que será un programa más. La subsecretaria dice que están pensando en más programas para lo que será el Fonca, pero no sabe decir de qué tipo y al mismo tiempo tienen el problema de resolver los recursos que ya manejaba el Fonca sin esos nuevos programas que no saben que tendrán, luego tienen encima una emergencia sanitaria y un severo recorte presupuestal y por último tienen el problema de que el sector cultural está pasando, de verdad, por una enorme crisis y que no sabemos todavía en qué va a derivar. ¿En medio de todo esto cómo puede haber certeza sobre un órgano que no sabemos qué será?", dice.
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Ernesto Alonso Hernández considera que con la creación de la Secretaría de Cultura, en 2016, y la desaparición del Conaculta, se debió pensar en transformar el Fonca. Sin embargo, advierte que esta administración ha planteado en distintas ocasiones que se debe apoyar la cultura y el arte como si fueran lo mismo.
"Una sonata de violín se puede convertir en un producto de cultura, pero en el momento de gestación es un producto artístico. No se debe mezclar una cosa con otra, en este sentido está muy bien que haya iniciativas que le den importancia a las expresiones artesanales, a la gastronomía, pero ese es otro saco, y se deben seguir apoyando pero no con el Fonca, el Fondo o lo que sea que vayan a crear debe mantenerse para la creación artística, debe ser fiel a su naturaleza que es el arte; mientras que la cultura la pueden apoyar con otro mecanismo", advierte.
Y agrega que este proceso será una oportunidad para lograr que su nueva naturaleza administrativa garantice mecanismos de apoyo más equitativos, más transparentes, descentralizados e incluyentes. Ese, dice, será uno de los retos a vencer más importantes.