La bailarina y coreógrafa Natsu Nakajima, discípula de dos de los grandes maestros de la danza Butoh, Kazuo Ohno y Tatsumi Hijikata, así como una de las mayores divulgadoras de dicho género en México falleció este domingo a la edad de 80 años. Fue velada ayer en la funeraria Memorial San Ángel, donde también se le dedicó una ceremonia especial.
"Lamentamos el sensible deceso de Natsu Nakajima, coreógrafa y bailarina japonesa, acaecido el domingo 3 de marzo. Fue pionera de la técnica butoh y cofundadora del "Primer Movimiento Butoh Oscuro". Su trayectoria ha sido reconocida en la escena de la danza a nivel internacional. Enviamos condolencias a su familia y comunidad dancística. Descanse en paz", fue el mensaje que publicó el Instituto Nacional de Bellas Artes y Literatura (INBAL) desde su cuenta de la red social X.
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Para el bailarín Espartaco Martínez, autor del epílogo del libro "Al desaparecer van naciendo. La poética Butoh de Natsu Nakajima", publicado recientemente, Nakajima fue "una de las figuras más destacadas de la primera generación. Una alumna y compañera de los dos grandes pilares, protagonistas, Kazuo Ohno y Tatsumi Hijikata; junto a ellos dos estaba Natsu Nakajima, quien no dejó de venir desde hace más de veinte años a México. Fue la puerta que trajo el Butoh a México y América Latina; fue invitada por el Cervantino, cercano a finales de la década del 80 y del 90 e inició una diáspora de maestros que hasta la fecha continúan en México con mucha audiencia. Algunos han muerto aquí y eso es un signo importante por la manera de entender al Butoh como una danza de aspectos que están ocultos: Natsu nos hablaba del cuerpo anónimo, de los gestos, de esas inhibiciones que están ocultas y cómo podemos integrarlas, junto con la vida cotidiana entendida como el lugar de donde nace una revelación".
Ella se preparó, continúa Martínez, durante un buen tiempo para dejar sus enseñanzas, que son revelación y éxtasis, y no sólo un espectáculo. "Ella decía: si sólo se tratara de danza ya lo hubiera dejado, esto se trata de revelación y éxtasis. Ella alude a un conocimiento desde muchos ámbitos: filosofía, antropología, psicología y hasta la desde física para abordar la naturaleza de lo vivo, no sólo lo humano. Es impresionante cómo ella viajó a México y a conciencia decidió plasmar aquí sus enseñanzas, que se plasmaron en un libro; decidió dar su última danza, sus últimos talleres aquí, con todo rigor, con toda la plenitud y lucidez. Hay una relación muy bella entre ambos países y las dos culturales que buscan recuperar, en una época de profundo materialismo, el espíritu humano".
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Desde su cuenta de Facebook, la coreógrafa y bailarina Lola Lince escribió: "Mi Natsu se me fue, mi guía, inspiración poética encarnada, revelación creadora de mundos insólitos, astrolabio de los niños, viniste a dejarnos tus tesoros que habías recolectado desde las honduras de los mares más profundos, todas las perlas para entregarlas a tu familia mexicana. Natsu: baila, baila, sigue tu danza con la música de las estrellas y sigue prodigando la belleza inefable de tu danza, esa dimensión inocente y amorosa de tu arte que nos cura y nos salva".
melc