Los kimonos japoneses

se han convertido en el lienzo de un grupo de artistas españoles y nipones que traen a Tokio una muestra de estas piezas tradicionales decoradas con técnicas de arte pictórico, textil y ornamental.

El proyecto Kimono-Joya "se formó como se forma el arte, de una manera espontánea", cuenta a Efe el comisario y artista participante, Carlos Muñiz, sobre la exposición que hoy abrió al público en la Embajada de España en la capital japonesa.

Un grupo de artistas de nacionalidades española y japonesa se unieron para este proyecto concebido en 2015, unidos "por una atracción común" por la cultura japonesa y el "haori", la chaqueta tradicional similar al kimono que protagoniza esta exposición.

El conjunto de 34 obras que se exponen ahora en Tokio utiliza esta prenda tradicional de seda en color negro y colgada en forma de "T" como un soporte a partir del cual cada artista representa su idea de la estética japonesa.

Algunos optaron por elaborar sus obras a partir de la visión "wabi-sabi" , el término japonés que describe la belleza de las cosas imperfectas e invita a rodearse de simpleza y naturaleza.

Es el caso de la pieza del propio Muñiz, que incorpora varias piezas de metal y se basa en la figura del círculo, otro de los grandes protagonistas de la estética nipona.

"Nos hemos ido todos a la forma circular, y eso es algo muy japonés, muy zen", explica el creador sobre su "jigoku", una obra repleta de connotaciones japonesas.

Cómo él, el pintor malagueño Alfonso Albacete utiliza el círculo en su "haori" para plasmar la primavera dentro de una serie de cuatro piezas que simbolizan las cuatro estaciones, otro de los elementos recurrentes en la cultura y el arte nipón.

Grandes figuras del mundo artístico español colaboran en el proyecto Kimono-Joya, entre ellos el diseñador José María Cruz Novillo, creador de logos tan conocidos como los del PSOE, Correos, Renfe y Repsol; y premios nacionales de Artes Plásticas como Guillermo Pérez Villalta, Miguel Ángel Campano, Jordi Teixidor y Rafael Canogar.

También participan en la muestra creadores japoneses como Teruhiro Ando y Fumiko Negishi, que con su kimono "Sueño" recuerda la ardua labor de punto que realizaban las mujeres japonesas durante la guerra.

"Para mí el kimono y el 'haori' es tradición, como antigüedad de mi país", cuenta la pintora nipona, que se trasladó a Madrid hace décadas, tras terminar los estudios en su país, atraída por figuras españolas del arte como Joan Miró y Antoni Tàpies.

Uno de los mayores "retos" de la colección, según su comisario, fue aplicar la técnica escogida por cada artista a la seda, un material delicado que presentó "problemas que no fueron fáciles de solventar".

Algunos, como el poeta y filósofo Ignacio Gómez de Liaño, utilizaron la impresión digital, mientras que la pintora Eva Lootz cosió cientos de diminutas cuentas de cristal y Diego Canogar hizo lo mismo con anillas de latas de refresco.

"Trabajar con seda anteriormente no lo hacía, pero es un gran gusto. Solo para pintar es un material fantástico", destaca por su parte Negishi.

Algunos artistas "sentían miedo y respeto a acometer la obra", cuenta Muñiz, pero todos consiguieron completar sus creaciones para formar una colección que ya acumula 60 piezas, de las cuales solo se han podido exhibir la mitad en Tokio.

En Kimono-Joya, los creadores realizan un nuevo acercamiento del arte español a la estética japonesa, poniendo en valor sus refinados tejidos y complejas técnicas en lo que es, según Muñiz, "una colección prácticamente irrepetible" y que sus creadores quieren exponer más adelante en ciudades españolas con la participación de artistas locales.

akc

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