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Los nombres de las víctimas ocupan la histórica Plaza Bolívar de Bogotá. La reconocida artista Doris Salcedo dio instrucciones el lunes a los voluntarios para crear una instalación de arte público en la capital colombiana titulada “Quebrantos”, en honor a decenas de defensores de derechos humanos que han sido asesinados desde que se firmó un acuerdo de paz a finales de 2016.
Los participantes rompieron rectángulos de vidrio y utilizaron los pedazos para escribir los nombres de los 165 activistas que han sido asesinados en la nación sudamericana.
"El vidrio, al igual que la vida, es frágil”, dijo Salcedo, cuyas esculturas e instalaciones de arte enfocadas en el luto y la pérdida han recorrido el mundo . “Y una vez se rompe, no se puede remendar. No lo puede restaurar a su condición original”.
Los líderes comunitarios son hostigados, amenazados y asesinados en cifras alarmantes mientras Colombia implementa el acuerdo de paz con las guerrillas de izquierda a fin de poner fin al conflicto más añejo de Latinoamérica.
Fiscales y grupos a favor de los derechos humanos señalan que alrededor de 506 activistas han sido asesinados desde el inicio de 2016. La cifra incluye a activistas afro-colombianos, indígenas y de derechos humanos , entre otros. Las autoridades creen que los restantes grupos armados ilegales y cárteles del narcotráfico son responsables de la mayoría de las muertes.
Algunos de los activistas eran defensores abiertos de algunos aspectos del acuerdo de paz, incluyendo los programas para reemplazar plantíos de coca con cosechas como café y cacao, así como de iniciativas por los derechos de las víctimas y la restitución de tierras.
Naciones Unidas advirtió el mes pasado que los asesinatos de activistas continuaban a un ritmo alarmante, después de que se reportaran 51 homicidios en los primeros cuatro meses de 2019.
“Exhortamos al Estado a que se asegure de que todos los asesinatos, ataques y amenazas se investiguen adecuadamente, y que los perpetradores — incluyendo a los que ordenan y ejecutan estos actos — sean llevados ante la justicia”, dijo entonces Ruper Colville, portavoz de la Oficina de Derechos Humanos de la ONU.
Salcedo, una artista colombiana, dijo que el vidrio roto serviría como una efectiva y simbólica “elegía fracturada” de los muertos.
Escogió la Plaza Bolívar, ubicada en el distrito histórico de la capital, porque quería que el acto se realizara durante el día en un sitio conocido. La plaza está rodeada por edificios del gobierno y a menudo es utilizada para protestas públicas.
"El duelo generalmente ha estado restringido a la esfera de lo privado”, dijo Salcedo mientras se realizaba la obra. “Y yo pienso que, como estos asesinatos están ocurriendo a la luz del día, en el espacio público, debemos llevar el duelo también al espacio público”.
Salcedo se ha convertido en una de las voces colombianas más importantes que ayudan al país a sanar a través del arte mientras se implementan los acuerdos de paz.
El año pasado debutó su obra “Fragmentos”, losetas de piso creadas con fusiles derretidos. La obra minimalista, pero sugestiva, es uno de tres monumentos que los rebeldes y el gobierno acordaron construir con las más de 7 mil armas entregadas.
Salcedo también ha realizado enormes obras de arte públicas en tributo a temas como la toma del Palacio de Justicia de 1985, cuando rebeldes izquierdistas mantuvieron como rehenes a más de 300 personas, incluyendo jueces. Alrededor de 100 personas fueron asesinadas y algunas continúan desaparecidas. Para esa pieza, Salcedo colgó sillas vacías del techo del edificio, un acto simbólico con la intención de llamar a los colombianos a recordar a las víctimas.
Los voluntarios de su obra más reciente, entre los que había líderes sociales que viajaron de distintas partes del país para participar, trabajaron bajo las intermitentes lluvias que azotaron el lunes la capital colombiana.
Martha Arjona Marín, quien encabeza una iniciativa a favor de la mujer, dijo que romper el vidrio para formar los nombres era un tributo apropiado a las dolorosas pérdidas.
"Es un símbolo que significa para mí, y para nosotros, perder un ser humano, tan valioso como un líder o una lideresa”, declaró. “Y perdí muchos, a muchas personas”.
Salcedo comentó que espera que su obra lleve a los colombianos a hacerse preguntas.
"Si no traemos esos seres al centro de la realidad política colombiana, los asesinatos continuarán”, puntualizó.
akc