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Madrid.— Cuando era adolescente a William Kentridge le dijeron que para ser un verdadero artista debía centrarse en una sola de las disciplinas que practicaba, dibujo, escultura, teatro, cine. Entonces Kentridge fracasó y el resultado de ese fracaso puede verse en el Museo Reina Sofía de Madrid en Basta y sobra.

El propio Kentridge (Johannesburgo, Sudáfrica, 1955), Premio Princesa de Asturias de las Artes 2017, contó esta anécdota en la presentación a la prensa de una exposición que “nace de la supervivencia a través del fracaso”, aseguró.

Kentridge reivindicó “la impureza” de su arte y explicó que el título de la exposición, Basta y sobra, tiene relación con el concepto freudiano de sobredeterminación: “Un dibujo sería suficiente para expresar algo, pero haces 15: es la presión de las imágenes que luchan por emerger”.

Dibujos, collages, maquetas, marionetas, películas animadas y grabaciones de sus montajes de teatro y ópera forman parte de la retrospectiva de este polifacético artista, comprometido social y políticamente y con una mirada crítica con el colonialismo y el apartheid.

La exhibición que presenta en el Reina Sofía se vertebra en torno a tres de sus obras de teatro y cuatro de sus óperas.

En todas ellas, explicó la comisaria Soledad Liaño, se ponen de manifiesto varias constantes de la trayectoria de Kentridge: son historias con un solo protagonista, sea verdugo o víctima; y dramas que denuncian las lacras de la tiranía, sin renunciar a lo absurdo y lo grotesco para desenmascarar los hechos.

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