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En septiembre de 1926 se publicó el primer número de Amauta , una revista que reuniría en sus páginas las piezas de los artistas latinoamericanos más importantes de los años 20 desde Perú.
La exposición Redes de vanguardia: Amauta y América Latina, 1926-1930 reúne, en cinco núcleos temáticos, más de 250 piezas que fueron parte de la expresión artística en momentos de revolución.
En entrevista con EL UNIVERSAL, la curadora Natalia Majluf explicó que el objetivo de la exposición es mostrar "la historia (muy precisa) de los años 20 y Amauta lo permite", ya que se convirtió en el espacio donde pensadores de Perú y más países de América Latina manifestaban con arte "programas muy definidos en relación a la política, al indigenismo y a la vanguardia".
Imagen: Cortesía
José Carlos Mariátegui
(Perú, 1894 - 1930) logró fusionar esos temas en una sola publicación que permanece como un referente del arte en América Latina y que investigadores consolidaron en una exposición que ahora se presenta en el Palacio de Bellas Artes de la Ciudad de México.
"Estamos muy contentos de tener la exposición aquí por muchas razones; México fue un modelo clave en el pensamiento de Mariátegui y Amauta se convirtió en uno de los vehículos más importantes para la difusión internacional del muralismo mexicano", comentó la historiadora, pues las piezas de Siqueiros , Rivera y Orozco son recurrentes en la muestra.
Majluf comenta que Amauta fue una plataforma para el debate crítico internacional que ayudó a "integrar una región en torno a un programa de izquierda, de experimentación estética y de encuentro entre el arte y la política".
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La lucha indígena es otro de los temas críticos del proyecto. "Muchas veces, sobre todo en Perú, el indigenismo ha quedado marginado y se consideraba que se oponía a la vanguardia" pero una de las cosas que hace la exposición es demostrar que en los años 20 el indigenismo estuvo en un momento de gran apertura, pero utilizó la vanguardia como "la representación de la ruptura entre la burguesía y la transformación social".
En cuanto al diálogo artístico que consiguió Amauta en el siglo XX en contraste con la comunicación actual, la historiadora alude a una paradoja donde hoy que tenemos una "inundación de información", y sin embargo no se ha logrado "plantear un debate regional como el que tuvo una revista editada en Lima entre 1926 y 1930 por un intelectual que no tenía grandes recursos económocos y que además estaba atado a una silla de ruedas".
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fjb