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ssierra@eluniversal.com.mx
Los lugares, los nombres o cargos de un personaje; los ritos, el origen específico de una ceremonia religiosa y las historias de cada uno no están en las fotografías de José Luis Cuevas. Al fotógrafo le importan esos personajes, rituales y objetos para las narrativas que busca construir.
Dos de los proyectos más recientes de José Luis Cuevas se encuentran en el Centro de la Imagen. La exposición se llama Dos Ensayos: Sobre la resistencia de los cuerpos/ Nueva Era y se exhiben en el marco del Festival Internacional de Fotografía FotoMéxico 2017. De manera paralela, Ediciones RM acaba de publicar el libro New Era, que contiene muchas más de las fotografías que expone en Nueva Era. En el libro, como en la exposición, no hay palabras. Cuevas plantea que las interpretaciones que hace en cada retrato, y la reunión de las imágenes en el libro o en la muestra, sean las que comuniquen un concepto acerca de la búsqueda espiritual.
A Nueva Era, Cuevas lo define como un ensayo sobre la vida espiritual. Las fotografías —son más de 80 en el libro y alrededor de 60 en la exposición— fueron tomadas entre 2009 y 2014, en Colombia (a donde viajó a partir de un intercambio entre FONCA y Ministerio de Cultura), Ciudad de México, varios estados del país, así como en Guatemala y Cuba.
“Empecé a trabajar un ensayo como una tipología religiosa, pero no me dejaba satisfecho desde el punto de vista conceptual, y al final se convirtió en una especie de vocaciones proféticas que tienen que ver con la imaginería del fin del mundo de 2012, el Apocalipsis, pero también con
un eterno retorno, y no sabes si es un flashback o un mundo que acabó.”
Cuevas lo describe como una narrativa muy hecha, una búsqueda oscura, una necesidad espiritual a veces infructuosa. Al preguntarle por qué no hablar de los ritos en particular, de los nombres, de los momentos, responde: “El tema de las religiones, para quienes hacemos imágenes, es muy difícil, porque se han hecho muchas fotos, es una de las tradiciones en fotografía, documental y cine. Era repetir discursos. Me interesaba más plantear una narrativa cercana a la ficción y a la imaginación; plantear cosas que están alrededor, que se comuniquen metafóricamente”.
Entre cuerpos. El segundo ensayo, Sobre la resistencia de los cuerpos, propone un acercamiento al cuerpo del hombre como materia: “Una materia que se erosiona, que es vulnerable en su sentido social, pero también en su sentido político”.
Esta es una serie que hizo en la Ciudad de México —como metodología— y en la que aparecen retratos de personas de la calle —algunos en estudio—, partes anatómicas, pero también accidentes, autopartes y maquinaria obsoleta de fábricas. “Todo eso está entretejido, tratando de aludir a la condición del cuerpo inserto en un sistema, que lo utiliza, que se aprovecha de él, que lo desecha. Todo con un poco de humor negro.”
Las muestras se podrán ver hasta el 1 abril en el Centro de la Imagen.