Más Información
Osiel Cárdenas, exlíder del Cártel del Golfo, recibe auto de formal prisión; enfrentará juicio por homicidio
Jóvenes mexicanos pasan más de 2 mil horas al año en el teléfono; OCDE alerta sobre su impacto en la salud mental
Sergio Gutiérrez Luna destaca aprobación de 25 reformas en la 66 Legislatura; "Un logro histórico para la 4T", señala
Secretario de Agricultura reafirma defensa del maíz blanco; "Seguiremos apoyando la producción nacional no transgénica", afirma
¿Maíz transgénero? Rubén Rocha corrige desliz durante discurso en Sinaloa; destaca importancia del maíz blanco
Sheinbaum asegura apoyo total a Sinaloa para enfrentar violencia; "Nunca los vamos a dejar solos, aquí está la presidenta"
Con la idea de trabajar el amor propio, la compasión y la empatía , más de 20 mujeres y hombres decidieron tomar una clase de yoga durante el Paro Nacional de Mujeres .
Desde temprano, el Salón escénico de la Fábrica de Artes y Oficios (FARO) de Oriente contó con la presencia de mujeres de distintas edades, quienes desde la semana pasada acordaron que hoy no se quedarían en casa.
“Siempre les digo a mis alumnos o alumnas que es muy importante trabajar primero con uno mismo y luego con los de alrededor. No podemos estar bien si estamos con conflictos adentro”, explicó la maestra Isabel Victoria Guerrero , una de las únicas dos talleristas que decidieron acudir a este centro cultural.
A diferencia de la mayoría de sus compañeras en el FARO de Oriente, la maestra de yoga decidió impartir su clase pues consideró que era necesario seguir sanando individualmente, independientemente de lo que suceda al exterior: “Mi manifestación es de otra forma, más desde la raíz, desde ahí requerimos trabajar”, explicó.
Centró gran parte de su clase en el amor propio y la compasión ya que, desde su perspectiva, esos son dos pilares para afrontar los problemas como sociedad.
“Creo que es un trabajo muy de nosotras, no del gobierno, es un trabajo de nosotras, de no violentar más nuestro cuerpo. Yo he visto que mis alumnas me dicen: ‘salgo de tu clase y salgo con esta tranquilidad’.
“Es algo que a veces no se dan, por el día a día, por el trabajo, los hijos y la familia. El que tengan ese espacio para ellas , o ellos, es una forma de sanación. Creo que sanar desde la raíz es importante, no nada más afuera”.
A la primera de dos clases, de una hora y media de duración, también acudieron hombres. Ellos también trabajaron “la energía femenina”, es decir, la posibilidad de comunicación y empatía.
También lee:
“Esto lo hicimos más meditativo, más trabajar en la empatía, la compasión, porque esto es lo que requerimos en esta sociedad en estos momentos”.
Algunas asistentes se mostraron agradecidas con la clase, pues consideraron que los problemas sociales y personales las rebasan emocionalmente y no querían faltar a su clase, que se realiza los lunes, martes y viernes
“Vinieron casi todas, hoy no pasé lista porque es opcional. Yo apoyo a la causa, pero también es opcional el trabajar con nosotras mismas, eso es muy importante”, dijo la maestra.
nrv