Michel Zabé

, el fotógrafo de origen francés que llegó a México en 1967 y convirtió a este país en su casa durante más de 40 años, cautivado por sus olores, texturas y colores, murió hoy en la Ciudad de México.

Su lente capturó la arquitectura prehispánica y colonial de México, las artesanías y objetos religiosos, así como la cerámica de culturas como la maya o la mexica. Además, supo convertir en imágenes la esencia de la gastronomía nacional.

Llegué a México en 1967, con una Hasselblad. Había salido de un pequeño pueblo de Lorena al noreste de Francia para dar la vuelta al mundo; pero ni el amplio paisaje de Canadá o el de Estados Unidos me prepararon de manera suficiente para la primera mañana en San Luis Potosí: la gente sentada en el piso ofrecía comida fresca al pie de la ventana de mi autobús, entre colores, olores y palabras nuevas ”, señalaba el artista a manera de biografía en su página web.

El artista que inició su carrera dentro de la delegación de fotógrafos del Comité Olímpico Mexicano y posteriormente trabajó en ilustración comercial y publicidad, de manera gradual dirigió sus esfuerzos a la fotografía editorial, por lo que muchas de sus fotografías fueron utilizadas para ilustrar libros y catálogos, como herramientas de difusión y divulgación cultural.

A lo largo de su trayectoria colaboró con distintas instituciones culturales de México, entre ellas el Instituto Nacional de Bellas Artes. El primer libro en el que colaboró fue “ Reminiscencia de la Comida Prehispánica ”, bajo la dirección de Fernando Gamboa.

“Desde ese entonces hasta ahora, con más de ciento cincuenta libros y catálogos que he ilustrado total o parcialmente, he podido establecer una conexión entre todas esas obras mexicanas que, aunque distintas en su materia y temporalidad, tienen un elemento común que trasciende el tiempo: la calidad de la cultura que las produjo y las sigue produciendo”, escribió el fotógrafo.

Michel Zabé

tenía una manera única de trabajo, de relacionarse con las obras que fotografiaba. “ Siempre trato de respetar cualquier obra, con una búsqueda constante de los ángulos, de la luz adecuada, en un intento por revelar el alma de lo que fotografío ”.

A lo largo de su carrera profesional en México, Michel Zabé formó un considerable acervo de imágenes que ilustraron libros, catálogos, herramientas de difusión y divulgación cultural. Esas fotografías, decía, también documentaron el proceso de su búsqueda.

En 2012, más de 80 mil imágenes de su acervo personal fueron donadas por Michel Zabé al Instituto de Investigaciones Estéticas de la Universidad Nacional Autónoma de México, con el objetivo de preservarlas y difundirlas.

En un comunicado, el Instituto Nacional de Bellas Artes (INBA) lamentó el fallecimiento del fotógrafo, ocurrido este día.

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