El artista alemán Max Beckmann , uno de los más significativos del siglo XX , vivó el exilio en carne propia y ese es el tema conductor de la retrospectiva que a partir de mañana podrá verse en Barcelona, que evoca la tragedia de una época convulsa y su huida de los nazis.
CaixaForum Barcelona
reúne 49 obras de Beckmann, un artista poco conocido por el público, del que además de la calidad de su pintura destaca el interés historiográfico, porque representa, "mejor que Picasso o Matisse , el espíritu del siglo XX, duro, innovador, excitante y, al mismo tiempo, dramático y terrible", señaló este miércoles el curador de la muestra Tomàs Llorens.
La exposición, que se ha podido ver con éxito en Madrid, es una colaboración entre el Museo Nacional Thyssen-Bornemisza y la Caixa , con obras prestadas por museos y colecciones de todo el mundo.
El gran tema es el exilio, puesto que el pintor y escultor lo vivió de forma directa, una vez que el nazismo dominó Alemania a partir de 1933 y tuvo que abandonar su país en 1937, al que nunca regresó.
Llorens ha planteado "Max Beckmann. Leipzig, 1884 - Nueva York, 1950", que se clausurará el 26 de mayo, en dos partes diferentes, como queda plasmado, incluso, por los diferentes colores con los que se han pintado las paredes de las salas.
Al principio, se muestran los hitos más importantes de los años alemanes, anteriores a la Primera Guerra Mundial , donde participó como enfermero en el frente de Polonia y Bélgica, con piezas como "Doble retrato, Carnaval", y, posteriormente, el público descubre sus trabajos llevados a cabo en Ámsterdam y en Estados Unidos.
Esta segunda parte está estructurada en torno a cuatro metáforas o figuras retóricas relacionadas con la experiencia del exilio: "Máscaras", "Babilonia eléctrica", "El largo adiós" y "El mar".
Se presentan aquí obras que aluden a la ruptura con las raíces vitales, a la modernidad, el mar o la muerte, siendo Beckmann un buen lector de filosofía y literatura romántica, fascinado "por la idea de la reencarnación".
Artista con una obra muy personal, que, según Llorens, "se aparta de lo que entendemos como las líneas dominantes de la pintura del siglo XX" y en el Berlín anterior a la Gran Guerra fue próximo al expresionismo y la Nueva Objetividad, pero no se integró en ninguno de estos movimientos.
Beckmann desarrolló una pintura de signo realista "con resonancias simbólicas", testimonio "vigoroso" de la sociedad de su tiempo.
En las primeras salas, se exhiben entre otras obras "La calle", "Autorretrato como payaso" o "Sociedad, París", además de dos de las seis esculturas que esculpió, como "Autorretrato, 1936" y "Adán y Eva, 1936".
En la segunda parte de la exposición, que abarca los años de Amsterdam (1937-1947) y los de los Estados Unidos, donde vivió entre 1947 y 1950, hasta que murió de un ataque al corazón, son muy visibles los cuadros alegóricos, mayoritariamente trípticos y lienzos de gran formato, desde retratos y paisajes a naturalezas muertas.
Muestras de estos periodos son "Carnaval, 1943", "Apolo, 1942", "Caravana de circo", "Ciudad, (Noche en la ciudad)", "Naturaleza muerta con violoncelo y contrabajo", "El traslado de las esfinges" o "Hombre cayendo".
El tríptico con el que finaliza el trayecto expositivo es "Los argonautas", en el que trabajó durante más de año y medio y que dio por terminado el 27 de diciembre de 1950, tal como consignó en su diario, el mismo día en el que falleció repentinamente.
akc