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La nueva normalidad comienza a ser más normal que nueva. A cuatro meses desde que inició el confinamiento en México los fotoperiodistas de EL UNIVERSAL ya se acostumbraron a trabajar con las caretas y cubrebocas e incluso ya tienen nuevos trucos para tomar fotos en medio de una pandemia, como el uso de telémetro cuando sienten que en cierto espacio hay alto riesgo de contagio.
Esta semana el foco principal fueron los servicios religiosos. La marihuana también robó la atención de los fotógrafos de EL UNIVERSAL, quienes nos comparten una vez más las historias detrás de sus imágenes.
“La gente se comporta de acuerdo al lugar en el que está”, de Adriana Hernández - 17 de julio
Foto: Adriana Hernández/ EL UNIVERSAL
Fui a la Basílica de Guadalupe , en realidad no había mucha novedad: te toman la temperatura, gel antibacterial, la sana distancia… Lo único que sigue habilitado es el paso para ir a ver a la Virgen de Guadalupe . Lo sorprendente es que la gente se comporta de acuerdo al lugar en el que está. Todos guardaban distancia y eran muy respetuosos con el cubrebocas y la careta. Como vienen a ver a la Virgen pues se nota que hay respeto.
Foto: Adriana Hernández/ EL UNIVERSAL
De repente vi a esta familia y lo que más me llamó la atención fue a esta bebé con careta. Los padres, Surgeidi Isabel Mendoza y Martín Melesio Hernández, dijeron que era la segunda vez que Mía Carolina salía en su vida, tiene dos meses. Fueron a registrarla y aprovecharon para ir a dar las gracias. Su mamá fue quien le hizo la careta. La bebé no intentaba quitarse la careta, ni le hacía caras, para ella era muy normal usarla. Lo que para nosotros es la nueva normalidad, para la niña es la normalidad.
Cuentacuentos en Tlatelolco, de Juan Boites – 17 de julio
Foto: Juan Boites/ EL UNIVERSAL
Percibal
va con su micrófono, su bocina y su libro impreso acompañado de su mamá y su letrero. Va por los edificios de Tlatelolco contando sus historias y musicalizándolas para entretener a los niños durante el confinamiento.
A mí me sorprendió que en su mayoría son viejitos quienes se asoman a la ventana para escucharlo.
Percibal se anuncia, le manda saludos a todos los niños y sale un señor sin camiseta, medio greñudo, y grita “¡Y a los viejitos, saluda a los viejitos!”. En ese momento pensé “¿y qué pasa con los viejitos durante el encierro?”.
El señor salió al final de la narración, felicito a Percibal y comentó que nadie piensa en lo aburridos que están los viejitos en casa.
Muchos de la tercera edad lo esperan, uno ya iba de salida y mejor esperó a que Percibal terminara la historia para ya poderse ir.
Al final la literatura es tan universal, no importa qué cuento sea, el asunto es que la gente agradece esas acciones.
Una de las viejitas que se asomó no solo lo saludaba, sino también le lanzaba besos. Me conmovió mucho. Estas son pequeñas dosis de tranquilidad.
Un despreocupado paseo dominical, de Juan Boites – 19 de julio
Foto: Juan Boites/ EL UNIVERSAL
Fue el domingo que el Zócalo cumplía una semana sin rejas. Había poca gente, pero aún así familias había que salieron a pasear. Esta en particular iba tomando fotos, muy contentos. Su recorrido terminó en el anuncio que dice CDMX y ahí se tomaron más fotos, lo cual hacía ver que venían de visita.
El asunto de la foto es que refleja cómo se va perdiendo el miedo a la pandemia .
“Zona legal” para fumar marihuana en la ciudad, de Diego Simón Sánchez – 19 de julio
Foto: Diego Simón Sánchez/ EL UNIVERSAL
Esa foto la tomé el día que fui a una conferencia de prensa que organizaron los colectivos que están a favor de la legalización de la marihuana afuera del Senado .
Este chico fue como consumidor porque los organizadores invitan a que consumidores acudan a la “zona legal” que establecieron en el plantón, el cual se transformará en un pabellón para educar sobre el tema.
La gente que pasa por ahí sí se impresiona. Las plantas de marihuana son muy vistosas, las más altas miden casi dos metros, son cerca de 400 y las plantaron hace año y medio.
Explicaron que esas no son para consumo ni venta, sino como protesta para mostrar que es una planta que no hace daño. Y planean seguir plantando porque es su forma de hacer presión. Ese día sembraron semillas del lado de Insurgentes para que más personas las vean.
Los colectivos comentaron que la alcaldía Cuauhtémoc les ofreció irse a otro lado en cuanto inició la pandemia para que no estuvieran expuestos, pero ellos se negaron. Entonces lo que hicieron fue resguardarlos con unas vallas. Hay policías afuera y no les hacen nada, no pueden. Los ciudadanos pueden ir a fumar a esa área.
Otras alternativas de empleo para Drag Queens, de Berenice Fregoso – 19 de julio
Foto: Berenice Fregoso/ EL UNIVERSAL
Me enteré que en este restaurante atienden Drag Queens que se quedaron sin empleo por la pandemia. Al no poder dar sus shows nocturnos, les dieron la oportunidad de trabajar en su personaje pero como meseras y hostess.
Ronda me dijo que se sentía muy contenta por tener trabajo, después de tres meses de estar desempleada, y conservar el “hechizo y magia” de su personaje Drag, el cual perdería si tuviera otro empleo. Obviamente la vestimentas es mas conservadora de lo que usarían en sus shows; lo triste es que su maquillajes se pierde un poco con la protección.
Proyección del rostro de Diana en Palacio Nacional, de Berenice Fregoso – 19 de julio
Foto: Berenice Fregoso/ EL UNIVERSAL
Es un retrato de la señora Lidia. Ella perdió a su hija un 2 de Julio hace tres años. Está plantada, junto con otras familias que son víctimas de feminicidios , en Palacio Nacional . Se le ocurrió proyectar el retrato de su hija Diana en las puertas de Palacio.
Esa noche empezó a llover y los organizadores estaban preocupados por el equipo y tuvimos que esperar hasta las 11 p.m para hacer la proyección. Ella estaba muy ansiosa de saber si sí se iba a poder hacer. Fue un acto muy emotivo, triste. Ella me habló de lo que sentía al haber perdido a su hija.
Cuando me despedí, sentí mucha empatía con la señora. No la pude abrazar por la sana distancia .
Lee la historia completa aquí:
Cintas de “Prohibido el paso” en la Iglesia, de Jorge Alvarado - 22 de julio
Foto: Jorge Alvarado/ EL UNIVERSAL
La foto la tomé en la Iglesia de la Santa Veracruz, en Toluca, donde desde el domingo pasado se permiten los servicios religiosos. Para poder entrar a la iglesia, aplican las medidas que ahora ya son clásicas: el tapete, la toma de temperatura y el gel.
La mayoría de las iglesias tienen indicaciones donde se pueden sentar y donde no, pero esta es más llamativa por las cintas de “Prohibido el paso” en todas las bancas. Es una iglesia muy grande, entonces sí se ve muy dramático.
La hostia ahora la entregan en la mano y redujeron el tiempo de las misas, ahora duran como 25 minutos para no mantener tanta gente en un espacio cerrado por mucho tiempo. Ahora tampoco pasa una persona a recoger la limosna, a la salida pusieron una alcancía para que la gente deposite el dinero.
Sanitización en kioskos Covid-19., de Fernanda Rojas - 23 julio
Foto: Fernanda Rojas/ EL UNIVERSAL
Mi orden era tomar las fotos de los kioskos cuando hacen las pruebas. Trabajadores de la CDMX no me dejaron acercarme por cuestiones de privacidad, entonces desde lejos tomé fotos de lado y de espaldas, pero no me gustaron. Estaba en una banquita viendo mi trabajo cuando de repente llegaron estas personas a sanitizar y dije “pues de aquí soy”. Fue como suerte.
Como sé que es una zona de contagio mantuve mi distancia. En ese momento había muchas personas que sí se veían mal, tosiendo. Cuando voy a lugares así siempre uso mi telefoto, un lente de gran alcance, porque sí da miedo. Para la foto del hombre que sanitiza no lo usé, no lo creí necesario, uno ya va midiendo el riesgo. En la foto se alcanza a percibir una bruma, luego uno anda tan cerca que hasta pica la garganta por el líquido.
fjb