La fotografía y el arte abstracto del último siglo cohabitan en la exposición "Shape of Light" ("Forma de la luz") de la Tate Modern de Londres , la primera gran muestra que se adentra en la relación de ambas disciplinas a lo largo de los años.
La exposición aborda el desarrollo de la fotografía y la pintura abstractas desde el año 1910, cuando se contemplaban "como dos disciplinas artísticas completamente separadas", hasta nuestros días, cuando "cuesta distinguir entre ambos géneros", señaló hoy la directora del museo londinense, Frances Morris .
Más de 350 trabajos
de un centenar de artistas componen el conjunto, que podrá visitarse desde el próximo 2 de mayo hasta el 14 de octubre en la capital británica y que hoy dio el pistoletazo de salida con su presentación a los medios.
La artista Barbara Kasten junto a su obra en la exposición "La forma de la luz: 100 años de fotografía y arte abstracto" en la Tate Modern. Foto: EFE/ Neil Hall
"La idea de la relación entre las dos formas artísticas es muy importante porque tenemos esa concepción de la fotografía como algo separado del arte", apuntó hoy el comisario de la exposición, Simon Baker .
El experto explicó que "la fotografía no es algo independiente" y que "siempre ha estado conectado en el corazón de la historia del arte".
"Algunas veces los fotógrafos querían replicar lo que hacían los pintores y, en otras ocasiones, iban por delante o a la par", manifestó Baker, que insistió en la "complejidad" de esa relación.
Un hombre mir las obras de "La forma de la luz" en la Tate Modern. Foto: EFE/ Neil Hall
La muestra, que se desarrolla a lo largo de doce salas ordenadas de manera cronológica, la inicia parte de la serie "Vortografías" del fotógrafo Alvin Langdon Coburn (Boston 1882-1966).
El pintor francés George Braque (1882-1963), uno de los artistas que más contribuyó a cambiar la forma de ver el arte y creador, junto a Pablo Picasso, del cubismo, también está reflejado en el conjunto, cuyo trabajo se presenta en yuxtaposición con imágenes del fotógrafo Pierre Dubreuil (1872-1944).
Dubreuil formó parte, tal y como señaló l'Ecotais, de esa generación de fotógrafos que dio prioridad a "la forma y la expresión a los objetos reconocibles".
El expresionismo abstracto ocupa asimismo un espacio en la exposición, representado a través del influyente pintor estadounidense Jackson Pollock (1912-1956) y su obra "Number 23" (1948), presentado en contraste con obras del fotógrafo alemán Otto Steinert (1915-1978).
La obra "Distorsiones" del fotógrafo húngaro André Kertész (1894-1985), en la que se reflejan abstracciones del cuerpo humano asociadas con el surrealismo copan una de las salas de la Tate Modern, un trabajo que a su llegada a Estados Unidos en 1936 fue considerado "chocante y obsceno".
Los efectos ópticos, el minimalismo y la abstracción contemporánea ocupan las últimas salas de la exhibición que integra la pintura y fotografía abstractas, alejando a esta última disciplina de su tradicional percepción de reflejo de la realidad.
nrv