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La ministra de Cultura de Francia, Françoise Nyssen, devolvió hoy a un estadounidense nieto de un judío un tríptico atribuido al taller del pintor flamenco Joachim Patinier (siglo XVI) que estuvo en posesión de los nazis.
"Esta devolución no borrará ni el dolor, ni el desarraigo que sufrió la familia, pero sí que significa el triunfo del derecho", dijo ante los periodistas Nyssen, quien compareció en el Museo del Louvre junto al matrimonio estadounidense formado por Hertha y Henry Bromberg, descendientes de Henry Bromberg, un alemán judío.
El coleccionista adquirió el tríptico de " La Crucifixión " en la década de los años veinte, pero se vio obligado a venderlo en 1938 en París antes de emigrar a Estados Unidos por el avance del nazismo .
Es la segunda vez que el Estado francés devuelve una obra a los descendientes de Henry Bromberg después de que en 2016 recuperasen una pintura de Joos van Cleve, datada del siglo XVI.
"La Crucifixión" estaba clasificada por el Estado francés como una de las centenares de obras expoliadas o vendidas bajo coacción a los nazis que buscan a sus legítimos herederos mediante una base de datos.
"Sentimos mucha gratitud a la sociedad. Es la emoción que siento, más que la pintura en sí, que es maravillosa", reconoció a la prensa el nieto de Henry Bromberg, residente en Filadelfia y de 75 años.
El descendiente del dueño de "La Crucifixión" adelantó que intentará vender el cuadro para repartir lo sufragado con sus ocho primos y aseveró que su deseo es que la pintura acabe en un museo, que "es donde debería estar".
Los Bromberg descubrieron que esa obra les pertenecía por una foto de los archivos de la familia, que retrataba la pieza en cuestión.
Según Le Figaro, la pieza atribuida al taller de Patinier estuvo registrada en 1944 en unos fondos de arte con sede en Múnich con la meta de exponerse en un gran museo en Linz (Austria), un proyecto inacabado del propio Adolf Hitler.