A mediados de los 50, Taxco se convirtió en el territorio más importante para el diseño de mobiliario, joyería, moda y cerámica. Esta última práctica fue una de las inspiraciones más grandes de Félix Tissot, un ceramista francés que dedicó parte de su vida a la creación de piezas únicas que fabricaba de la mano de artesanos mexicanos.

La figura de Tissot es el centro de la exposición Felix Tissot. Lo eterno y lo moderno, curada por Ana Elena Mallet, que abrió el Museo Franz Mayer, y que contiene piezas de la autoría de Tissot y otras más que fueron creadas en Taxco pero que lo llevaron a desarrollar cerámicas de reconocimiento internacional.

Félix Tissot, al descubierto en el Franz Mayer
Félix Tissot, al descubierto en el Franz Mayer

En el 56, el francés decidió mudarse a México donde diseñó su propia línea de muebles para su casa colonial de Taxco y encontró que había un mercado turístico interesado en poseer artesanías tradicionales. Entonces retomó su trabajo realizado en California pero agregó formas orgánicas que combinaban lo tradicional con lo moderno.

En el proceso de creación, Tissot llevaba sus trabajos sobre el lomo de un burro a los artesanos Ameyaltepec, expertos en ilustrar con amate. Una vez coloreadas las piezas, Tissot las quemaba a temperatura media para crear una loza resistente como la de su línea “Fantasía”, caracterizada por tener símbolos diferentes y que permitía su uso en restaurantes y hoteles.

En la muestra también hay mobiliario y pinturas a base de cera que el ceramista desarrolló con Jane Keenan —quien fue su esposa por 17 años— con lo cual se dio un diálogo creativo entre ambos. La exposición estará abierta al público hasta el 16 de febrero de 2020 (Av. Hidalgo 45, Centro Histórico).

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