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Las "intersecciones" o "puntos en común" de la obra de dos artistas aparentemente opuestos, Salvador Dalí (1904-1989) y Marcel Duchamp (1887-1968), quedarán expuestas desde el 7 de octubre en una reveladora muestra de la Royal Academy Of Arts (RAA) de Londres.
Distribuida en secciones temáticas, "Dalí/Duchamp" ambiciona transformar la percepción "plagada de prejuicios" que actualmente el espectador alberga sobre ambos genios, al tiempo que desgrana las similitudes entre los dos, partiendo de la profunda amistad que les unía.
Así lo destacó hoy en la presentación a los medios la historiadora y comisaria Dawne Ades, al observar que "probablemente estemos ante los artistas más famosos del siglo XX", cuyas personalidades antagónicas confluían, sin embargo, a través de sus intereses comunes, como el ajedrez, el erotismo o la religión.
"Duchamp era un hombre embarcado en una cruzada contra la comercialización del arte, mientras que Dalí hizo lo que estuvo en su mano para sacar el máximo de dinero posible; Duchamp era considerado como el padre del arte conceptual, mientras que Dalí fue un defensor de la pintura retrógrada", indicó hoy esta experta al comentar las personalidades a primera vista divergentes de los dos.
Dalí y Duchamp se conocieron a principios de los años treinta por mediación del llamado movimiento de los Surrealistas, fraguando una intensa amistad que perduró hasta el fallecimiento del francés en 1968.
Esa relación, que les llevó a colaborar en el plano artístico en alguna ocasión, se enriqueció a lo largo de los años con las visitas de Duchamp a su colega catalán en Cadaqués (noreste de España) y se consolidó cuando el francés comenzó a alquilar allí una vivienda todos los veranos.
"Tenemos a dos artistas unidos por una profunda amistad, cuyo arte, a priori, no se percibe como relacionado y quienes, sin embargo, guardan una fuerte conexión", observó otro de los comisarios de la muestra, William Jeffett.
Esta selección de trabajos, según él, "indaga en los momentos en los que entre ellos se produce una intersección entre sus trabajos, y se les puede llegar a contemplar bajo una luz diferente".
Ese experto destacó además el "fuerte interés" que los dos artistas profesaron por "el erotismo y el sexo como metáfora de la creación humana, y que ha sido un tema central en la obra de ambos, así como uno de los puntos en común".
La primera sección de la muestra, "Identities", ahonda en sus personalidades e identidades artísticas, que trazaron trayectorias parejas, al experimentar, primero, con corrientes como el Impresionismo, el Fovismo, el Cubismo y el Futurismo.
En esta sala se incluyen reconocidos trabajos como "El rey y la reina rodeados de desnudos veloces" (1912), de Duchamp o, por parte de Dalí, "Los primeros días de la primavera" (1929).
En otra de las secciones, denominada "The Body and the Object" (El cuerpo y el objeto), donde queda patente la llamativa fascinación de los dos amigos por lo erótico, se incluyen dibujos, pinturas, grabados y textos con contenido sexual explícito.
Ahí se exhiben obras figurativas, pinturas abstractas y esculturas donde se analiza cómo Dalí y Duchamp se sirvieron de los diversos objetos para explorar los vínculos entre la vida y el arte.
Con "Experimenting With Reality" (Experimentando con la realidad), otro de los espacios, se trata de explicar cuál fue la réplica que dieron el español y el francés ante las nuevas ideas que circulaban en la época sobre nociones como el tiempo y el espacio, la energía o la gravedad.
La comisaria Dawne Ades destaca la monumental "El gran cristal", de Duchamp, aunque en realidad la RAA exhibe una versión "muy, muy fiel" de la obra genuina, hecha por Richard Hamilton con la aprobación y guía del artista francés, pues la original se encuentra en Filadelfia "y no puede moverse".
"De muchas maneras, se trata de la obra central de esta exposición. Probablemente es uno de los trabajos más enigmáticos del siglo XX, que ha atraído todo tipo de interpretaciones", dijo la experta.
Figuran también en esta sala los monumentales cuadros "Cristo de San Juan en la Cruz" (1951) y "Aparición de una cara y un frutero sobre una playa", de Dalí.
sc