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Lorenzo Quinn
, hijo del fallecido actor Anthony Quinn , se unió a Art Basel en Miami con una enorme escultura que denuncia la "irresponsabilidad" de los líderes mundiales que están "jugando" con los misiles y acabando con la unidad global.
"Hay que actuar de una forma responsable, estamos actuando como niños", expresó a Efe el artista de 51 años.
La obra, instalada en el barrio de Wynwood, en Miami, es una mano de un niño, lanzando un cohete como si se tratara de un dardo hacia la pared al otro lado de la calle que tendrá pintado el símbolo de la Organización de Naciones Unidas (ONU).
Quinn, quien revisaba hoy los últimos detalles de la obra antes de su inauguración, evitó referirse por su nombre a líderes mundiales.
Su trabajo está principalmente enfocado en concienciar sobre el cambio climático, el aumento del nivel del mar y la proliferación de armas nucleares.
"Yo tengo tres hijos y estoy muy preocupado por su futuro, sea por el tema de medio ambiente, o de seguridad mundial", aseguró el escultor, que además se mostró alarmado por los incendios que azotan por estos días a California.
Aunque sus obras son de temas políticos, Quinn evita polemizar con nombre propios de políticos porque considera que al final "la fuerza la pone el individuo, la gente es la que hace la presión".
"Yo nunca hablo de política directamente, la gente tiene que mirar mi obra y cada uno sacar sus conclusiones", manifestó Quinn.
"A Dangerous Game" (Un juego peligroso), que permanecerá en el distrito de Wynwood durante seis meses, es la secuela de "Support" (Apoyo), dos enormes manos que salen de las aguas de los canales de Venecia para agarrarse a la esquina de un edificio.
La escultura veneciana, que denuncia el aumento del nivel del mar, logró gran notoriedad mundial tras su inauguración en la Bienal de Arte de la ciudad en mayo pasado, que coincidió con el anuncio del presidente de EU, Donald Trump , de su retirada del Acuerdo de París sobre Cambio Climático.
"El cambio climático está claramente causado por nosotros", expresó el artista, quien tienen pensado instalar "Support" en Miami, una de las ciudades consideradas "zona cero" por la elevación del nivel del mar y las inundaciones que ya está causando este fenómeno climático en la costa sureste de Florida.
Explicó que será parte de su apoyo a una campaña de cientos de alcaldes de Estados Unidos, incluidos los de Los Ángeles, Nueva York, Houston y Chicago, comprometidos con hallar soluciones para el calentamiento global.
Agregó que sus obras buscan crear "puentes no barreras", en contraposición con el liderazgo actual que "quiere romper con la unidad mundial".
El escultor explicó que el uso frecuente de manos de niños en sus piezas, que suelen ser un molde de las de su hijo Anthony, de 12 años, es para enviar un mensaje universal sobre el futuro que ellos representan.
Buscará en sus próximas esculturas públicas evocar la esclavitud, el drama de los refugiados y la violencia contra las mujeres, que calificó de "inconcebible".
"Antes la mujer tenía vergüenza de contarlo, por suerte hoy las mujeres empiezan a perder el miedo de hacerlo", expresó sobre la reciente ola de denuncias de abusos contra políticos, directores de cine y artistas en EU.
Quinn indicó, por otra parte, que no estuvo muy interesado en seguir de lleno la carrera de su padre, el icónico actor mexicano Anthony Quinn y que prefiere ser un escultor, pero principalmente, un padre y un esposo.
"Soy un padre y eso es lo más importante, porque te importa la vida de tus hijos", precisó el artista, que vive en Barcelona (España).
nrv