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ssierra@eluniversal.com.mx
Tras la polémica en 2017 por el proyecto de la artista estadounidense Jill Magid, que derivó en la exposición Una carta llega siempre a su destino, exhibida en el Museo Universitario de Arte Contemporáneo, MUAC, la relación entre la Fundación Luis Barragán, con sede en Suiza, y la Fundación de Arquitectura Tapatía Luis Barragán, es “compleja” y “no está exenta de divergencias sustanciales”.
Así responde, desde Suiza, la arquitecta Federica Zanco, directora de la Fundación Barragán que posee los derechos de la obra del arquitecto mexicano, Premio Pritzker en 1980.
La Fundación suiza lleva a cabo actualmente los trabajos del Catálogo Razonado de la obra del arquitecto, un acervo que fue adquirido en 1995 por Rolf Fehlbaum, presidente de Vitra (esposo de Federica Zanco), y que incluye 13 mil 500 dibujos, 7 mil 500 fotografías, 3 mil 500 negativos, 290 publicaciones, así como notas, correspondencia y muebles.
Acerca de este trabajo, Zanco comenta: “Avanzamos lenta pero puntualmente en la preparación de la publicación dedicada a Barragán y sus archivos; el material documental es imponente así como la cantidad de texto y notas que lo acompañan”.
En torno de lo que, finalmente, dejó esta exposición que generó tanta polémica, la arquitecta considera que hubo opacidad tanto en el proceso de preparación de la muestra como de su exhibición en el MUAC: “Luego de un año me parece que esa opacidad permanece”.
Dado que durante los recorridos por la Casa, el público que intenta hacer fotografías es advertido de que debe pagar un donativo de $500, y de que si utiliza las imágenes con fines comerciales, deberá pagar derechos de autor, no a la Casa, sino la Fundación Barragán, Federica Zanco expresa: “No hemos recibido ni recibimos ningún otro pago por derechos de autor relacionados con fotografías o videos realizados en Casa Barragán que tome y use el público. Nunca se ha pedido o discutido este tipo de condición, ni considerado interferir con el manejo de ninguno de los dueños o responsables de los edificios que sobreviven de Luis Barragán. Si ellos aplican precios o condiciones particulares al público que acude a sus propiedades, tanto para entrar así como para dejarle hacer tomas fotográficas o videos, o realizan otro tipo de actividades, esto lo hacen de su propia iniciativa y bajo su responsabilidad: nosotros no tenemos nada que ver con estas iniciativas ni tenemos informaciones al respecto”.
En su guía de directrices sobre el uso de la obra de Barragán, la Fundación Barragán responde en uno de sus puntos sobre si se podrá tomar fotos o grabar video de las obras de Barragán (casas, edificios, jardines, paisaje urbano, desarrollos, etc.): “Sí, si las fotos y las videograbaciones son exclusivamente para uso personal y particular. Esto incluye canales de medios sociales personales y excluye toda índole de medios sociales profesionales, corporativos, promocionales, comerciales, enfocados a la publicidad y/o con fines de lucro”.
Otros derechos. La arquitecta detalla que reciben desde México, a través de ProLitteris, 80% de las regalías que SOMAAP aplica en relación con el uso de la obra de Barragán según los casos contemplados por la Ley Federal de Derecho de Autor.
“Casa Barragán (o Fundación de Arquitectura Tapatía: no sé exactamente cuál de las dos instituciones estuvo a cargo del proyecto) en 2011 publicó con una empresa editorial (RM) una monografía. En relación con el tiraje de 40 mil ejemplares de este producto editorial, ha negociado con SOMAAP las regalías correspondientes. Esto es, hasta la fecha, el único pago proporcionado por Casa Barragán”.
La titular de la Fundación Barragán recalca: “Nuestra postura siempre ha sido claramente opuesta a cualquier tipo de explotación comercial de la obra de Barragán, así que tomas fotográficas o videos para publicidad o por cualquier forma de asociación comercial (de moda por ejemplo, o posicionamiento de productos, branding, etc.) quedan expresamente prohibidas. No tenemos nada que ver con eventuales campañas comerciales o de publicidad que hayan salido, ya que éstas no cuentan con ninguna autorización nuestra y al contrario han sido realizadas sin consenso y hasta sin conocimiento por parte de la Barragan Foundation”.
Esta Fundación publicó hace un año y medio el documento con las directrices para todo el público sobre el tema de los derechos de autor. Al respecto, Federica Zanco asegura: “Cada vez que alguien nos contacta pidiendo informaciones sobre visitas y posibilidad de acceso a los edificios de Barragán en México aprovechamos para difundir esta informativa y contestamos especificando que estamos basados en Suiza... Subrayamos que, en la mayoría, se trata de propiedades privadas y por lo tanto recomendamos ponerse directamente en contacto con los responsables por el tramite de correo o teléfono y de actuar de manera respetuosa”.