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Desde el mes de agosto de 2017, El Museo del Prado hace todos los días videos en directo explicando cuadros y mostrándolos en las historias de Instragram.
La experiencia inició con videos que enseñaban un paseo por las salas vacías, ofreciendo a los usuarios “ la posibilidad de ver el Prado de una forma relajada e íntima”, comentó Javier Sainz de los Terreros, técnico de gestión y encargado de Comunicación Digital del Museo.
Tal fue el éxito de esta dinámica que decidieron ofrecer una mayor interacción con sus espectadores y así crear “un relato”. Empezaron a “comentar algunos detalles de las obras o aspectos que suelen pasar desapercibidos en las visitas, todo ello desde un punto de vista informal, más cotidiano” .
Desde entonces mantienen el formato actual. Eligieron hacerlo en historias de Instagram por la juventud de su público en esa red social y porque “al estar disponible solo durante veinticuatro horas, se convertía en un momento especial”.
“El público mayoritario son mujeres de 25 a 35 años de España, pero también de otros países, sobre todo latinoamericanos”. Reciben comentarios de lugares tan diferentes como Chiapas, Alejandría o Moscú.
La iniciativa tiene una dimensión social de que el arte pueda llegar a personas que no tienen acceso a instituciones culturales allá donde viven o que tienen movilidad reducida.
Los encargados de comunicación digital del museo elaboran un calendario de temas que van adaptando según la agenda del museo. “Procuramos incluir obras poco conocidas que seguramente se ignorarían en una visita corta, aunque también mostramos las obras maestras que el público lo pide”.
Cada tema tiene un guion con datos básicos que sirven de apoyo al directo
. Se sirven de estas notas aunque prefieren que el relato sea espontáneo “como cuando se lo cuentas a alguien que conoces”, en palabras de Sainz de los Terreros.
Dentro de esta dinámica, buscan información que ayude al público a entender las obras y el contexto en el que fueron pintadas.
Estos guiones los elabora Diana Olivares, becaria Formarte del Área de Comunicación, y los directos los hace el propio Javier Sainz de los Terreros. Como único equipamiento cuentan con un móvil y un palo selfie.
El principal problema de la iniciativa no ha tenido que ver con derechos de grabación de las obras ni ningún otro asunto legal, sino más bien con “garantizar una buena conexión en un edificio histórico con muros gruesos”.
Después, a veces utilizan galerías de diapositivas para “complementar con imágenes lo que explicamos por la mañana en el directo”. En algunos casos, estos sliders contienen detalles que no podrían verse en una visita por ser diminutos o por mostrar labores de restauración. De nuevo, difunden espacios exclusivos a los que antes solo accedía el que trabajaba en el museo.
En ningún momento les ha preocupado que la gente deje de visitar el museo porque vea las obras de forma gratuita en las redes: “al contrario, verlo en redes sirve de estímulo para la visita física, no hay nada como estar delante de la obra original. Las redes llevan tráfico al museo físico”, asegura el responsable de comunicación.
akc